Cumbre de bosques tropicales: desafío de desarrollarse sin talar


BRAZZAVILLE, (AFP) - Los países del tercer mundo y sobre todo los países africanos de la cuenca del Congo se enfrentan a una misión imposible: desarrollarse sin tocar los bosques, que son indispensables para la humanidad.



Río Congo.
Río Congo.
El debate es uno de los temas abordados por los expertos en la cumbre sobre tres cuencas forestales tropicales, en Brazzaville (28 mayo-3 junio).
"Está excluido renunciar al desarrollo, nuestro objetivo sigue siendo el bienestar de nuestra población", estimó antes de la cumbre Etienne Massard, consejero especial del presidente gabonés, Ali Bongo Ondimba, que aboga por un desarrollo "verde".
"En cambio, hay que reflexionar sobre nuestras acciones y nuestra estrategia para no hipotecar el futuro", advirtió.
Mette Loyche Wilkie, responsable de bosques de la FAO, es consciente del problema: "Para 2050, tenemos que aumentar la producción global agrícola un 70% si queremos alimentar al mundo".
Para ello hay que "aumentar la productividad de la agricultura, así como las zonas agrícolas en detrimento de los bosques", recuerda, por lo que aconseja que eso se haga en "lugares adecuados y no en zonas fundamentales para la biodiversidad".
Partidaria de superar los "paradigmas", "hoy, sabemos que no lograremos conservar si no integramos a las poblaciones y sus necesidades".
Por eso, recomienda un "plan de utilización de tierras" que permita decidir qué bosques serán protegidos, en cuáles se puede permitir la explotación de la madera y cuáles pueden ser transformados.
"Está claro que en algunos países, hay que cortar árboles para hacer un nuevo puerto, nuevas carreteras, viviendas o tierras arables", concluye.
Mario Boccucci, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) defiende la "economía verde".
"Lo que queremos es encontrar catalizadores para un nuevo tipo de economía: una economía que siga produciendo crecimiento, exportaciones, empleos pero que lo haga sin destruir bosques. Y eso solo se puede hacer con un equilibrio entre gastos públicos e inversiones privadas".
Boccucci pone de ejemplo a Indonesia que quiere desarrollar el aceite de palma, para lo que necesita nuevas tierras.
El plan es ganárselas al bosque, pese a que el país dispone potencialmente de tierras degradadas que podrían ser utilizadas, pero estas tierras están a menudo ocupadas o con un derecho de propiedad en litigio.
"Es demasiado arriesgado para el sector privado", que "no invertirá 2.000 millones de dólares en tierras en disputa" y prefiere por tanto deforestar.
Si el Estado logra aclarar la situación, el privado puede invertir en tierras ya degradadas en un momento en que el mercado busca productos ecológicos, subraya.
El nivel de deforestación en Congo es del 0,03%. "Esta frontera no se ha abierto. Hay una oportunidad de planificar, de encontrar caminos de desarrollo alternativo. Todos los países necesitan crecer y desarrollarse pero se puede hacer sin necesidad de deforestar", dice.
Gaston Foutou, director de Conservación del ministerio congoleño de la Economía Forestal, subraya que "es necesario que la población sienta a la vez resultados de la producción forestal y la protección de los ecosistemas".
"No se puede desarrollar sin deforestar. Si necesito una mesa y una silla, necesito talar. Es necesaria una política viable para que el bosque sea explotado racionalmente y duraderamente. Y que revierta en la población", recuerda.
Jueves, 2 de Junio 2011
AFP (Agencia France-Presse)
           


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