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Se trata de dos edificios que se encuentran en Sheij Yarrah, un barrio palestino en el que viven familias acomodadas. Allí se encuentran los consulados británico, italiano y turco, así como el hotel American Colony.
La familia Freitekh tenía ambos edificios desde hacía varias generaciones. "El difunto abuelo Ali Asaad Freitekh los legó a sus descendientes con la condición de que sólo se pudieran vender si así lo autorizaba el Tribunal Islámico", una institución que depende de las autoriades israelíes a cargo del derecho familiar de los palestinos de Jerusalén Oriental, afirma el abogado de la familia, Hani Tannus.
La voluntad del difunto abuelo se transcribió en 2009 en los documentos catastrales.
A fines de agosto, la familia descubrió con gran sorpresa y de pura casualidad que la mitad de cada uno de los dos edificios había pasado a pertenecer a una sociedad llamada Jerusalem Golden City, agrega el abogado.
La sorpresa fue aun mayor cuando se supo que los documentos de venta estaban a nombre de Wafiqa Freitekh, la madre de la familia, puntualiza.
La familia presentó una denuncia contra Jerusalem Golden City y los servicios de catastro, por tratarse estos últimos de un posible cómplice.
La construcción de nuevos edificios de colonias en la parte oriental de Jerusalén es una fuente de tensión. A ella se agregan los casos en los que colonos israelíes se apropian de casas ya existentes en los barrios palestinos.
En el caso de la familia Freitekh, Jerusalem Golden City actuó en lugar de miembros de la colonia de Beitar Ilit, cerca de Belén, en Cisjordania ocupada, según Tannus.
Para él, documentos burdamente falsificados habrían posibilitado la seudotransacción, tales como papeles con el sello del Tribunal Islámico o certificados en los que los Freitekh aceptaban la venta. El notario que se ocupó de esta venta habría muerto hace siete años y "ni siquiera era notario", agrega el abogado.
Jerusalem Golden City, que no ha reclamado el pago de los alquileres que se le deberían si fuera dueña de los edificios, habría quebrado, recalca Tannus.
La AFP no logró entrar en contacto con ningún representante de Jerusalem Golden City.
Un tribunal israelí habrá de pronunciarse sobre este caso en los próximos días.
Por su parte, el Teatro Nacional Palestino afirma tener un contrato de alquiler por 99 años. "Todavía nos quedan 95 años de alquileres pagados por adelantado y, pase lo que pase, nadie nos podrá sacar de aquí ni poner en peligro al teatro", declaró a la AFP el director del establecimiento, Mohamed Halayqa.
Además de los 360.000 colonos israelíes que viven en Cisjordania, hay cerca de 200.000 más en las zonas de colonización de Jerusalén Oriental, donde también viven 290.000 palestinos.
La comunidad internacional considera ilegales todas las colonias en estos territorios palestinos ocupados en 1967, independientemente de si han sido o no autorizadas por el gobierno israelí.
Por lo tanto, la comunidad internacional no reconoce la anexión de la parte oriental de la ciudad, que los palestinos quieren convertir en capital de su futuro Estado.
Actualmente, los palestinos de Jerusalén Oriental tienen sólo un estatuto de residentes. No tienen ninguna nacionalidad, ni israelí ni palestina. Para el abogado israelí Daniel Seidemann, estos palestinos "se dan cuenta de que los están marginando".
