El elegante adiós al escenario de Juliette Gréco


París, Francia. - La cantante francesa Juliette Gréco sigue enamorada del escenario pero la musa de los existencialistas asegura que la gira que inicia el próximo viernes en Bourges (centro de Francia) con 88 años será la última, porque quiere "partir de pie".



Juliette Gréco en 1979
Juliette Gréco en 1979

"Le estoy diciendo 'no' a aquello que más amo, a algo que es esencial para mí, pero quiero partir de pie, con la mayor elegancia posible", confía Juliette Greco a la AFP.

"Hace 65 años que canto, es una larga vida de trabajo, hay que saber parar antes de ya no poder. No quiero irme disminuida. Y además, soy una mujer. A un hombre se le perdona envejecer, no a una mujer", agrega, cuando le recuerdan que Charles Aznavour, tres años mayor que ella, sigue cantando.

La gira de adiós bautizada "Merci" (Gracias), lanzada en apertura del 39º festival de la Primavera de Bourges, durará mas de un año. Se conocen por el momento 25 fechas, hasta abril de 2016, y es posible que se agreguen otras etapas.

Acompañada por su marido pianista, Gérard Jouannest, de 81 años, Juliette Gréco cantará en distintos escenarios de París (Teatro del Chatelet, Cigale, Teatro de Champs-Elysées, Louvre y teatro de la  Ville) y se presentará en otras ciudades de Francia y del extranjero (Italia, Bélgica, Canadá, Alemania o Israel). 

"Voy a países que me recibieron para decir 'gracias'", comenta la intérprete de "Si tu t'imagines" y "Déshabillez-moi", al confirmar que cantará el 4 de mayo en Tel Aviv a pesar de los llamados al boicot contra Israel.

 

- La voz, más que el escote -

 

"Es importante ir a lugares con los que uno tiene diferencias profundas. Siempre hay que ir a todas partes, es una cobardía no hacerlo", contesta Juliette Gréco. "El boicot no sirve para mucho, creo en la palabra y el intercambio", agrega esta hija de una resistente a la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial, y cuya hermana fue deportada.

La "Jolie môme" (chica linda) de la canción está decidida a seguir haciendo lo que quiere y aquello que considere "útil y bello": su única línea de conducta, hoy al igual que durante la posguerra, una época en la que sus pantalones y su independencia de espíritu la convirtieron en una de las figuras de Saint-Germain-des-Prés, el barrio literario e intelectual de París frecuentado por Boris Vian, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir.

Su carácter independiente comienza por aquella forma de vestirse para el escenario, a la que sigue fiel: vestido negro con mangas largas que sólo deja expuesto a la luz un rostro sin maquillaje en los labios y manos agraciadas: "La gente durante años se habrá preguntado si tenía realmente piernas y busto", sonríe. "Pero lo importante era lo que yo decía, y no mi escote. Y además estaba aterrorizada, sólo deseaba una cosa, era ocultar lo más que podía".

Para decidirla a lanzarse al escenario --su debut fue en junio de 1949-- fue necesaria toda la fuerza de persuasión de Jean-Paul Sartre, que le había pedido elegir tres poemas para transformarlos en canciones: "Nunca había cantado en mi vida, y todo se decidió en diez días". Aquella noche, la aspirante a actriz se convirtió en cantante gracias a "Si tu t'imagines" de Raymond Queneau, "L'éternel féminin" de Jules Laforgue y "La rue des Blancs-Manteaux" de Sartre, todos musicalizados por Joseph Kosma.

Para cerrar con broche de oro, Gréco tiene previsto retomar en su gira de adiós "Si tu t'imagines", una canción sobre el tema del "carpe diem" y el paso del tiempo, que volverá a entonar por última vez en los escenarios, aunque no descarta actuar en alguna obra de teatro, en un papel "que pueda interpretar con tranquilidad".

Miércoles, 22 de Abril 2015
AFP (Agencia France-Presse)
           


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