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Política
Conocido por su gusto por lo barroco y la exuberancia, Olivier Py, que dirige el festival por segundo año consecutivo, se propuso restituir "la deflagración de la violencia en el mundo moderno" a través de la tragedia de este rey caído en desgracia que toma las decisiones equivocadas y paga su precio hasta la locura.
El patio de honor del Palacio Papal de Aviñón fue transformado el sábado por la noche en arena de tierra oscura en la que se enfrentan los hombres en un delirio de violencia y sexo. Un diluvio de fuego se abate incluso sobre la escena con disparos de ametralladora y banderillas rojas que caen sobre ella.
En la olla de grillos que es "El rey Lear", la "locura, el poder, la meditación sobre la palabra y la muerte trabajan juntos para abordar un poderoso tema filosófico", explicó Py a la AFP antes del estreno.
El francés soñaba con este "Rey Lear" desde hace 30 años. Lo tradujo durante un año para intentar restituir su modernidad, excesivamente prosaica según sus detractores. Aunque tampoco Shakespeare fue avaro en insultos o vocabulario procaz.
La traducción buscaba dar "limpidez" para los ojos del espectador actual a esta tragedia de un rey envejecido que comparte su reino entre sus tres hijas a cambio de su declaración de amor. Ciego ante la hipocresía de las dos mayores que juran su amor para luego despojarlo, el rey castiga a Cordelia, su preferida, que se niega a prestarse a ese juego interesado.
"Lear comete tres errores: no debería haber dividido su corona en tres, no debería haber exigido a sus hijas que expresen lo inexpresable, es decir el amor, y debería haber sabido escuchar, en el silencio de Cordelia, al verdadero amor superior en lugar de una afrenta. Comete esos tres errores muy muy rápido, todo se precipita al cabo de tres minutos, y después ya no es posible evitar la catástrofe", explica el director.
Lear, "es la muerte de lo político, el desmoronamiento del humanismo", asegura Py. "Es una obra que nos debe servir de advertencia: cuando la política pierde sentido, produce violencia, guerra, destrucción de los reinos. En dos horas y media asistimos a la balcanización de un reino, lo cual recuerda muchas cosas, y cosas recientes".
Desde el fondo del escenario se destacan grandes carteles en tubos de neón: "Tu silencio es una máquina de guerra" o "Nada". La puesta en escena subraya con insistencia los presupuestos del director y actores vociferantes con escasa variedad de registro terminan perdiendo la atención del espectador, especialmente Philippe Girard (Lear) y su bufón Jean-Damien Barbin.
Hay cuadros visualmente disfrutables, como ese agujero que se traga a muertos y vivos, que según el director evoca "el vacío, esa meditación sobre el hecho de que no somos nada".
Los abucheos -matizados por aplausos- que recibió la obra demostraron que la pasión por el teatro sigue viva en el festival de teatro y danza más importante de Francia y Europa, junto con el de Edimburgo en Escocia. Una acogida con controversia que probablemente no deje del todo insatisfecho a su director, partidario de una manifestación "política".
El 69º Festival de Aviñón incluye 38 espectáculos del 4 al 25 de julio. Hecho sin precedentes, tres directores argentinos integran este año el programa oficial: Sergio Boris pondrá en escena su obra "Síndrome", Claudio Tolcachir "Dínamo" y Mariano Pensotti "Cuando vuelva a casa voy a ser otro".
El patio de honor del Palacio Papal de Aviñón fue transformado el sábado por la noche en arena de tierra oscura en la que se enfrentan los hombres en un delirio de violencia y sexo. Un diluvio de fuego se abate incluso sobre la escena con disparos de ametralladora y banderillas rojas que caen sobre ella.
En la olla de grillos que es "El rey Lear", la "locura, el poder, la meditación sobre la palabra y la muerte trabajan juntos para abordar un poderoso tema filosófico", explicó Py a la AFP antes del estreno.
El francés soñaba con este "Rey Lear" desde hace 30 años. Lo tradujo durante un año para intentar restituir su modernidad, excesivamente prosaica según sus detractores. Aunque tampoco Shakespeare fue avaro en insultos o vocabulario procaz.
La traducción buscaba dar "limpidez" para los ojos del espectador actual a esta tragedia de un rey envejecido que comparte su reino entre sus tres hijas a cambio de su declaración de amor. Ciego ante la hipocresía de las dos mayores que juran su amor para luego despojarlo, el rey castiga a Cordelia, su preferida, que se niega a prestarse a ese juego interesado.
"Lear comete tres errores: no debería haber dividido su corona en tres, no debería haber exigido a sus hijas que expresen lo inexpresable, es decir el amor, y debería haber sabido escuchar, en el silencio de Cordelia, al verdadero amor superior en lugar de una afrenta. Comete esos tres errores muy muy rápido, todo se precipita al cabo de tres minutos, y después ya no es posible evitar la catástrofe", explica el director.
- La muerte de la política -
Lear, "es la muerte de lo político, el desmoronamiento del humanismo", asegura Py. "Es una obra que nos debe servir de advertencia: cuando la política pierde sentido, produce violencia, guerra, destrucción de los reinos. En dos horas y media asistimos a la balcanización de un reino, lo cual recuerda muchas cosas, y cosas recientes".
Desde el fondo del escenario se destacan grandes carteles en tubos de neón: "Tu silencio es una máquina de guerra" o "Nada". La puesta en escena subraya con insistencia los presupuestos del director y actores vociferantes con escasa variedad de registro terminan perdiendo la atención del espectador, especialmente Philippe Girard (Lear) y su bufón Jean-Damien Barbin.
Hay cuadros visualmente disfrutables, como ese agujero que se traga a muertos y vivos, que según el director evoca "el vacío, esa meditación sobre el hecho de que no somos nada".
Los abucheos -matizados por aplausos- que recibió la obra demostraron que la pasión por el teatro sigue viva en el festival de teatro y danza más importante de Francia y Europa, junto con el de Edimburgo en Escocia. Una acogida con controversia que probablemente no deje del todo insatisfecho a su director, partidario de una manifestación "política".
El 69º Festival de Aviñón incluye 38 espectáculos del 4 al 25 de julio. Hecho sin precedentes, tres directores argentinos integran este año el programa oficial: Sergio Boris pondrá en escena su obra "Síndrome", Claudio Tolcachir "Dínamo" y Mariano Pensotti "Cuando vuelva a casa voy a ser otro".
