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La decisión fue tomada al término de una reunión extraordinaria con arqueólogos, administradores y especialistas del sector durante la cual se establecieron una serie de medidas indispensables para que funcione la máquina que debería garantizar el mantenimiento de las célebres ruinas, entre los lugares turísticos más visitados de Italia.
Situada cerca de Nápoles, Pompeya fue sepultada por la violenta erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79 y su descubrimiento en 1738 permitió tener un cuadro exacto de la vida romana durante el siglo I.
La Unión Europea aprobó hace dos años un paquete de financiamientos para la restauración de Pompeya, los cuales no han sido empleados en su totalidad, lo que ha generado polémicas y denuncias.
"Tenga la seguridad de que el Estado italiano se encargará de cuidar Pompeya, tanto para los asuntos urgentes como a largo plazo", aseguró el nuevo ministro de Cultura, Dario Franceschini, en una carta enviada al Comisario Europeo, Johannes Hahn.
El nuevo ministro examinó en una reunión extraordinaria la situación actual del conjunto arqueológico, que desde 1997 forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO.
El ministerio precisó que el gobierno desbloqueó "dos millones de euros" del presupuesto ordinario para Pompeya y aceleró el nombramiento del superintendente, que se encontraba paralizado por problemas administrativos.
Según el diario Il Corriere della Sera, de los 105 millones aprobados para recuperar Pompeya, entre ellos 40 millones aportados por la Unión Europea, sólo han sido empleados 588.000 euros, es decir el 0,56%.
De 55 proyectos, sólo 14 han sido presentados en las licitaciones, precisa el diario, que denuncia también la incuria, el abandono, el recorte de recursos económicos y las políticas de austeridad entre las causas del deterioro de ese inmenso y único patrimonio histórico.
El sector de la cultura en Italia ha sido entre los más afectados por los planes de austeridad exigidos por la Unión Europea.
El presupuesto para este año bajó a 1.400 millones de euros con respecto a los 1500 millones del año precedente.
Desde hace tres años se han registrado desmoronamientos en el sitio provocando fuertes polémicas con el gobierno central por la falta de mantenimiento de uno de los grandes tesoros de la península.
Pese al alto nivel de preparación de sus arqueólogos y restauradores, Italia no logra elaborar proyectos que sean aprobados por las autoridades europeas, debido en buena parte al caos burocrático, que impide elaborar respuestas eficaces.
