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Política
Un momento de las Jornadas.
En la primera charla, sobre las fosas comunes de personas asesinadas por la dictadura militar (1939-1975), Empar Salvador, la presidenta del Fòrum per la Memòria del País Valencià, dice que, tras presentar su denuncia el Fòrum per la Memòria, el juez Baltasar Garzón no quiso tomar en cuenta los datos aportados, a pesar de que otras asociaciones habían aportado datos menos precisos, como por ejemplo víctimas sin identificar.
En total, sumando todas las denuncias presentadas por diferentes asociaciones, hay 152.237 desaparecidos/as en España, incluyendo a los de Valencia.
Cuenta un ejemplo, de una mujer, cuya nieta, más de 60 años después de la muerte de su abuela, averigua donde está, en las fosas comunes del cementerio de Valencia, consultando la copia del archivo del cementerio divulgada por el Fòrum per la Memòria en su página web y en un libro.
Afirma que el franquismo fue un genocidio, dado que la combinación de ejecuciones, por un lado, y de denegar medicamentos y alimentos, sobretodo en las cárceles, por otro lado, mató a muchas personas, fundamentalmente gente de izquierdas, republicanos, socialistas o anarquistas.
Dice que hoy, en España, no se puede permitir que salga a la luz lo de las fosas de Valencia, ya que se exigirían responsabilidades, de las que podría tener que responder el rey, heredero "legal" del dictador Francisco Franco.
A continuación, interviene Amalia Alejandre, abogada que representó al Fòrum per la Memòria en el proceso judicial. Cuenta cómo el fiscal de la audiencia nacional reunió de urgencia, incluso interrumpiendo algunos juicios para que todos los jueces estuviesen presentes, al pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia nacional, para paralizar los trámites y declararse la Audiencia incompetente, evitando así que se abran algunas fosas relevantes, como las de Valencia, la del Valle de los Caídos y la de Federico García Lorca, poeta fusilado en Granada.
Añade, respecto al futuro del proceso judicial, que cuando la audiencia nacional se declaró incompetente, se recurrió al Tribunal Supremo, y de ahí se pasará al Tribunal Constitucional, y de ahí al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo.
Luego toma la palabra Josep Cruanyes, un historiador, que empieza afirmando que el franquismo hizo un genocidio, por voluntad de los propios militares sublevados.
A partir del bando del 28 de julio de 1936, se crea la estructura represiva, para acabar con sus enemigos políticos. Esto se completó con otros bandos, y con la creación del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.
Se crearon bases de datos masivas, con el nuevo servicio de recuperación de datos, que llegó a tener 3 millones de fichas, y con la recién creada "Brigada Político-Social" de la policía.
Hubo muertos de la represión-fusilados-, muertos en prisión-por enfermedades y hambre-, y luego la humillación de los familiares, que no podían ni ver ni tocar el cadáver, enterándose de que la persona había sido ejecutada, cuando ya la habían enterrado. Son, por tanto, desaparecidos y desaparecidas.
Cruanyes comenta, además, la situación actual en Cataluña, con la nueva ley de fosas aprobada por el gobierno catalán.
Dice que, por ejemplo, al descubrir unos cadáveres, se debe dar parte a un juzgado, automáticamente, cosa que sí establece la "ley de memoria" española, pero no la catalana.
Afirma también, ante el argumento de los jueces de la audiencia nacional de que la ley de amnistía de 1977 había amnistiado todos los "delitos políticos", que fue el argumento usado para declararse incompetentes, que por encima de esa ley de amnistía está la protección de la tutela judicial, establecida en la constitución española.
Amalia Alejandre añade, como aclaración respecto al hecho de que Garzón cerró él mismo la causa, al haber fallecido los acusados, que hay más de 100 falangistas acusados, que están aún vivos, aunque los máximos dirigentes de la sublevación hayan muerto.
Después, en la segunda charla, Henry Ettinghausen, otro historiador, hace un resumen de los genocidios que ha habido en la historia, de los convenios internacionales contra los crímenes de guerra, y de los tribunales internacionales.
En la tercera charla de las Jornadas, Joan Carrero cuenta cómo se ha hablado en los medios de la matanza en Ruanda en 1994, pero se ha silenciado la muerte de 8 millones de personas, en la guerra en la República Democrática del Congo, llevada a cabo fundamentalmente por aliados de Estados Unidos, que les financió y armó. Explica que la presencia de minerales preciosos, diamantes, coltán, petróleo,etc. es lo que ha llevado a este genocidio.
Después, habla Emili Chalaux, de la acción de los cristianos por la abolición de la tortura.
La cuarta y última charla la realizan dos mujeres, Jasmina Mujezinovic, que habla sobre Sarajevo durante la guerra, y Hamida Haidar, que habla sobre la situación de la mujer en el mundo árabe.
Haidar afirma que las mujeres árabes están en lucha, y cuenta que ella ha luchado contra la violencia contra las mujeres. También dice que las mujeres sufren por ser mujeres, no por ser negras o blancas, o cristianas, musulmanas o judías.
Cuenta que en Jordania, las leyes en general, y especialmente las de la familia, son leyes islámicas. Por ejemplo, desde hace diez años una mujer puede viajar sola por Jordania, pero no con los niños.
Ante un tribunal jordano, una mujer que denuncie a su marido por violencia o violación, necesita dos testigos, si son hombres, o cuatro testigos, si son mujeres.
Explica también que, aunque sobre el papel, el divorcio es legal en Jordania, luego en la práctica es muy difícil conseguirlo.
En total, sumando todas las denuncias presentadas por diferentes asociaciones, hay 152.237 desaparecidos/as en España, incluyendo a los de Valencia.
Cuenta un ejemplo, de una mujer, cuya nieta, más de 60 años después de la muerte de su abuela, averigua donde está, en las fosas comunes del cementerio de Valencia, consultando la copia del archivo del cementerio divulgada por el Fòrum per la Memòria en su página web y en un libro.
Afirma que el franquismo fue un genocidio, dado que la combinación de ejecuciones, por un lado, y de denegar medicamentos y alimentos, sobretodo en las cárceles, por otro lado, mató a muchas personas, fundamentalmente gente de izquierdas, republicanos, socialistas o anarquistas.
Dice que hoy, en España, no se puede permitir que salga a la luz lo de las fosas de Valencia, ya que se exigirían responsabilidades, de las que podría tener que responder el rey, heredero "legal" del dictador Francisco Franco.
A continuación, interviene Amalia Alejandre, abogada que representó al Fòrum per la Memòria en el proceso judicial. Cuenta cómo el fiscal de la audiencia nacional reunió de urgencia, incluso interrumpiendo algunos juicios para que todos los jueces estuviesen presentes, al pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia nacional, para paralizar los trámites y declararse la Audiencia incompetente, evitando así que se abran algunas fosas relevantes, como las de Valencia, la del Valle de los Caídos y la de Federico García Lorca, poeta fusilado en Granada.
Añade, respecto al futuro del proceso judicial, que cuando la audiencia nacional se declaró incompetente, se recurrió al Tribunal Supremo, y de ahí se pasará al Tribunal Constitucional, y de ahí al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo.
Luego toma la palabra Josep Cruanyes, un historiador, que empieza afirmando que el franquismo hizo un genocidio, por voluntad de los propios militares sublevados.
A partir del bando del 28 de julio de 1936, se crea la estructura represiva, para acabar con sus enemigos políticos. Esto se completó con otros bandos, y con la creación del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.
Se crearon bases de datos masivas, con el nuevo servicio de recuperación de datos, que llegó a tener 3 millones de fichas, y con la recién creada "Brigada Político-Social" de la policía.
Hubo muertos de la represión-fusilados-, muertos en prisión-por enfermedades y hambre-, y luego la humillación de los familiares, que no podían ni ver ni tocar el cadáver, enterándose de que la persona había sido ejecutada, cuando ya la habían enterrado. Son, por tanto, desaparecidos y desaparecidas.
Cruanyes comenta, además, la situación actual en Cataluña, con la nueva ley de fosas aprobada por el gobierno catalán.
Dice que, por ejemplo, al descubrir unos cadáveres, se debe dar parte a un juzgado, automáticamente, cosa que sí establece la "ley de memoria" española, pero no la catalana.
Afirma también, ante el argumento de los jueces de la audiencia nacional de que la ley de amnistía de 1977 había amnistiado todos los "delitos políticos", que fue el argumento usado para declararse incompetentes, que por encima de esa ley de amnistía está la protección de la tutela judicial, establecida en la constitución española.
Amalia Alejandre añade, como aclaración respecto al hecho de que Garzón cerró él mismo la causa, al haber fallecido los acusados, que hay más de 100 falangistas acusados, que están aún vivos, aunque los máximos dirigentes de la sublevación hayan muerto.
Después, en la segunda charla, Henry Ettinghausen, otro historiador, hace un resumen de los genocidios que ha habido en la historia, de los convenios internacionales contra los crímenes de guerra, y de los tribunales internacionales.
En la tercera charla de las Jornadas, Joan Carrero cuenta cómo se ha hablado en los medios de la matanza en Ruanda en 1994, pero se ha silenciado la muerte de 8 millones de personas, en la guerra en la República Democrática del Congo, llevada a cabo fundamentalmente por aliados de Estados Unidos, que les financió y armó. Explica que la presencia de minerales preciosos, diamantes, coltán, petróleo,etc. es lo que ha llevado a este genocidio.
Después, habla Emili Chalaux, de la acción de los cristianos por la abolición de la tortura.
La cuarta y última charla la realizan dos mujeres, Jasmina Mujezinovic, que habla sobre Sarajevo durante la guerra, y Hamida Haidar, que habla sobre la situación de la mujer en el mundo árabe.
Haidar afirma que las mujeres árabes están en lucha, y cuenta que ella ha luchado contra la violencia contra las mujeres. También dice que las mujeres sufren por ser mujeres, no por ser negras o blancas, o cristianas, musulmanas o judías.
Cuenta que en Jordania, las leyes en general, y especialmente las de la familia, son leyes islámicas. Por ejemplo, desde hace diez años una mujer puede viajar sola por Jordania, pero no con los niños.
Ante un tribunal jordano, una mujer que denuncie a su marido por violencia o violación, necesita dos testigos, si son hombres, o cuatro testigos, si son mujeres.
Explica también que, aunque sobre el papel, el divorcio es legal en Jordania, luego en la práctica es muy difícil conseguirlo.
