La blasfemia, una forma de amordazar a los liberales en Pakistán


Islamabad, Pakistán. - Los conservadores paquistaníes encontraron la forma de acallar a los detractores: bombardearlos en Twitter y en Facebook con acusaciones de blasfemia, lo que en este país equivale a incitar a matarlos.



El ISI, servicios de inteligencia paquistaníes
El ISI, servicios de inteligencia paquistaníes
Cinco activistas críticos con la intolerancia religiosa y a veces con el ejército desaparecieron al comienzo de enero sin dejar rastro. Una campaña en las redes sociales intenta hacerlos pasar por blasfemadores que merecen la pena de muerte.
Las modalidades y la casi simultaneidad de estas desapariciones hacen temer una implicación de las fuerzas de seguridad. Estas lo niegan.
A medida que la sociedad civil se moviliza por estos desaparecidos, algunos observadores, como la oenegé Fundación por los derechos en la red, se alarman por este fenómeno en internet.
"Algunos intentan hacer pasar a estos blogueros desaparecidos por blasfemadores. Y a las personas que los apoyan también se les acusa de blasfemia", explicó a la AFP Nighat Dad, fundadora de la oenegé.
Estas acusaciones vienen a ser como una incitación al asesinato en Pakistán, una nación islámica muy conservadora en la que al menos 17 personas condenadas por blasfemia se encuentran en el corredor de la muerte.
Una simple acusación, propagada por el altavoz de una mezquita local, provocó en el pasado linchamientos.
Pero donde realmente prosperan es en internet.
"El grupo de ateos que comete blasfemia en Facebook fue derrotado", afirma un mensaje publicado por Pakistan Defence, una influyente página de Facebook favorable al ejército y a la derecha, administrada por personas anónimas y con 7,5 millones de seguidores.
Este mensaje cuenta con más de 5.400 "me gusta". Algunos de los internautas van más allá, como un mensaje que desea que los "cuerpos acribillados de balas (de los cinco desaparecidos) aparezcan cerca de una alcantarilla".
Otras páginas similares, como ISI Pakistan1, que cuenta con 192.000 seguidores, piden que estos "enemigos del islam" sean "eliminados".
 

- Autocensura -

 
Este tipo de ataques son obra de los trols de la derecha paquistaní, como Farhan Virk, un internauta de 25 años, que admite tener pocos amigos pero cuenta con 54.000 seguidores en su cuenta Twitter.
Propagando las acusaciones de blasfemia, Virk y los demás amplifican el impacto, lo que acaba influyendo en el trato dispensado por parte de la prensa al caso de los activistas desaparecidos.
Los observadores y las oenegés estiman que las campañas encaminadas a acallar a los liberales están orquestadas.
La activista Nighat Dad constata la existencia de campañas regulares en cuentas Twitter con pocos seguidores, "con el único objetivo de atacarnos".
Estos ataques persiguen la autocensura, describe la periodista Rabia Mehmood. Ella había criticado en la web a las autoridades paquistaníes por el asesinato en 2015 de la militante de derechos humanos Sabeen Mahmud. 
El asesinato llegó precedido de un diluvio de amenazas en Twitter y Facebook, muchas de las cuales de perfiles recientes, que la acusaban de ser hostil al islam y al país.
"Durante el día, había tuits advirtiéndome que balas con mi nombre grabado me estaban destinadas por haber criticado al ejército y a las agencias de inteligencia", cuenta. "Desde entonces empecé a cuidar lo que decía".
La nueva oleada de acusaciones de blasfemia contra activistas desaparecidos llevó a muchos comentaristas liberales a cerrar completamente las cuentas y páginas en las que se expresaban.
 

- Disidencia marginal -

 
En 2014, Pakistán se las arregló para suspender cuentas de usuarios de izquierda en Facebook y Twitter y el año pasado votó una ley contra la cibercriminalidad que permite sofocar cualquier contestación en la red, según las voces críticas con el gobierno.
Sin embargo otras páginas como Pakistan Defence prosperan sin problemas, pese a contenidos que pueden ser considerados ofensivos.
Un portavoz de Twitter aseguró que sus equipos están formados para aplicar el reglamento sobre la incitación al odio tomando en consideración las diferencias culturales.
Facebook afirma esforzarse por "prohibir los contenidos de odio y retirar las amenazas creíbles".
Pero los observadores sostienen que las acusaciones de blasfemia ponen en peligro a los activistas desaparecidos.
"Si los encuentran, no creo que puedan retomar una vida normal en este país", estima Shahzad Ahmed, director de la oenegé Bytes for All.
Martes, 17 de Enero 2017
AFP (Agencia France-Presse)
           


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