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Política
"Los rebeldes abandonaron la ciudad en ruinas de Shirokino", situada a una decena de kilómetros de Mariupol, última gran ciudad de la zona en conflicto aún bajo control de las fuerzas ucranianas y escenario desde hace meses de intensos combates, declaró un portavoz del ejército ucraniano Olexander Motozianyk.
"Se retiraron al este, hacia las localidades de Sajanka y Bezimené", precisó, confirmando el anuncio de los rebeldes el día anterior.
Interrogados por la AFP, los soldados ucranianos en el terreno consideraron que se trataba de una retirada "táctica" y que las hostilidades podían reanudarse en cualquier momento.
"Han retirado sus tropas permanentes, lo que no tiene ninguna influencia sobre la situación. Existe siempre una amenaza de ataque con tanques y artillería, que se encuentran cerca", comentó el comandante adjunto del batallón Donbass.
"Los rebeldes no respetan en absoluto los acuerdos de Minsk que prevén la retirada del armamento pesado", aseguró, en referencia a los acuerdos de paz firmados en febrero gracias a una mediación francoalemana y en presencia del presidente ruso Vladimir Putin.
Esos acuerdos estipulan la instauración de una tregua, que entró en vigor el 15 de febrero, así como la retirada del frente de las armas de un calibre superior a 100 metros.
Para Pavlo, otro miembro del batallón Donbass, subordinado al ministerio ucraniano del Interior, se trata de una trampa de los rebeldes.
"Esto no es una tregua. Se preparan (a una ofensiva) y nosotros estamos preparados" para repelerla, afirmó.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, estimó a finales de junio que había "un riesgo de reanudación de combates", ya que Rusia "seguía apoyando a los separatistas".
Kiev y los occidentales acusan al Kremlin de suministrar armas a los rebeldes y de haber desplegado sus tropas. Moscú desmiente toda implicación en el conflicto, que ha dejado más de 6.500 muertos desde abril de 2014.
"Se retiraron al este, hacia las localidades de Sajanka y Bezimené", precisó, confirmando el anuncio de los rebeldes el día anterior.
Interrogados por la AFP, los soldados ucranianos en el terreno consideraron que se trataba de una retirada "táctica" y que las hostilidades podían reanudarse en cualquier momento.
"Han retirado sus tropas permanentes, lo que no tiene ninguna influencia sobre la situación. Existe siempre una amenaza de ataque con tanques y artillería, que se encuentran cerca", comentó el comandante adjunto del batallón Donbass.
"Los rebeldes no respetan en absoluto los acuerdos de Minsk que prevén la retirada del armamento pesado", aseguró, en referencia a los acuerdos de paz firmados en febrero gracias a una mediación francoalemana y en presencia del presidente ruso Vladimir Putin.
Esos acuerdos estipulan la instauración de una tregua, que entró en vigor el 15 de febrero, así como la retirada del frente de las armas de un calibre superior a 100 metros.
Para Pavlo, otro miembro del batallón Donbass, subordinado al ministerio ucraniano del Interior, se trata de una trampa de los rebeldes.
"Esto no es una tregua. Se preparan (a una ofensiva) y nosotros estamos preparados" para repelerla, afirmó.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, estimó a finales de junio que había "un riesgo de reanudación de combates", ya que Rusia "seguía apoyando a los separatistas".
Kiev y los occidentales acusan al Kremlin de suministrar armas a los rebeldes y de haber desplegado sus tropas. Moscú desmiente toda implicación en el conflicto, que ha dejado más de 6.500 muertos desde abril de 2014.
