Suenan campanas de quiebra en Argentina; Gobierno transmite tranquilidad


BUENOS AIRES. - Argentina empieza la semana al borde de un nuevo cese de pagos si no alcanza un acuerdo antes del miércoles con los fondos especulativos por el caso de los bonos que no fueron pagados de su deuda soberana, un escenario que el Gobierno baraja como probable mientras intenta transmitir tranquilidad.



La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, a la izquierda
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, a la izquierda

En una carrera contra el reloj, el gobierno argentino tiene dos días -hasta el 30 de julio- para llegar a un acuerdo con los fondos a los que califica de "buitres" y que ganaron un fallo en la justicia estadounidense que ordenó pactar con los demandantes antes de seguir cumpliendo con sus pagos a los tenedores de deuda de los canjes de 2005 y 2010.

Argentina giró los pagos a los bonistas reestructurados el 26 de junio, pero el juez federal estadounidense Thomas Griesa bloqueó ese dinero depositado en Nueva York y si no cobran el miércoles, la tercera economía de América Latina caería nuevamente en cesación de pagos, después de la quiebra de 2001, aunque con consecuencias imprevisibles.

"Vamos a defender los intereses del país y vamos a garantizar que el sistema económico siga funcionando", dijo el sábado a la prensa el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.

"Los argentinos tienen que estar tranquilos porque la vida sigue andando", aseguró el portavoz de la presidenta centroizquierdista Cristina Kirchner, en momentos que la prensa asegura que el Gobierno agotó todas las opciones en esta pelea y estudian las implicaciones de enfrentar una quiebra.

El viernes, cuando se realizaron las últimas reuniones con el mediador designado por Griesa, Daniel Pollack, éste afirmó en un comunicado que "no se ha alcanzado ninguna solución en el impasse entre las partes".

Ese mismo día el gobierno argentino denunció otra vez ser víctima de una "extorsión" judicial promovida por esos fondos, y aseguró que seguirá pagando su deuda reestructurada pese al fallo del juez que bloquea el dinero depositado en Nueva York.

La magnitud de una suspensión de pagos en Argentina divide a los analistas, dado que el país, que se autoexcluyó de las fuentes de financiamiento internacional después de la quiebra por 100.000 millones de dólares de su deuda en 2001, no tiene el mismo peso en la región y confronta otras dificultades económicas.

 

- Recesión acelerada -

 

Diversas consultoras privadas aseguran que una quiebra potenciaría los signos de recesión en la alicaída economía argentina, que desde finales de 2013 acentuó la caída de su actividad económica tras cerrar con una inflación de 28%, y que en lo que va de año se ubica en 15%.

"Una caída del 3,5% del PIB, la inflación anual alcanzando el 41% y una retracción del consumo del orden del 3,8%, son las principales variables con las que terminaría el 2014 en un escenario con quiebra", señaló un informe de la consultora Abeceb.com  divulgado el fin de semana.

De haber un acuerdo con los fondos especulativos, el informe señala que los indicadores pasarían a "una caída del 1,5% en el PIB, una inflación del 34,5%" y una reducción del consumo del 1,8%.

El economista Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres, advirtió a la AFP que la quiebra de alguna manera afectará al ciudadano.

"Todo lo que está viviendo hoy Argentina se puede potenciar", afirmó. El principal temor es que empiecen los despidos en este país cuya tasa de desempleo se sitúa en 7,1%.

Para 2015, año de elecciones presidenciales en octubre, las perspectivas si hay quiebra prevén una merma del 0,5% del PIB, una inflación del 24,1% y una retracción del consumo del 0,8%.

Para la consultora Ferreres y Asociados, sin quiebra podría registrarse un crecimiento de 1% del PIB, recuperación del consumo, aunque la inflación seguiría por encima del 25%.

Los analistas coinciden en que una cesación de pagos alejaría la posibilidad de acceder al financiamiento externo.

 

- La clave del 'stay' -

 

Capitanich reiteró el sábado la condición para llegar a un acuerdo: "Argentina necesita tiempo para negociar y ese tiempo se llama 'stay'", como se denomina en inglés la medida cautelar que levantó Griesa cuando su fallo fue convalidado por la Corte Suprema en junio, y que da una prórroga para el pago de las obligaciones hasta enero de 2015, cuando vence la denominada "cláusula Rufo" de los bonos.

Esta cláusula, que Argentina quiere evitar a toda costa, establece que el país no puede mejorar antes de esa fecha la oferta recibida por los acreedores que cambiaron sus bonos so pena de tener que igualar los pagos.

A su vez, a los fondos demandantes tampoco les convendría una quiebra, puesto que si Argentina tiene que reestructurar su deuda nuevamente pierden la posición de acreedores privilegiados que tienen ahora y entrarían a negociar como uno más entre todos los bonistas.

Según el diario Clarín del domingo, los propios abogados estadounidenses de Argentina recomendaron "permitir que la Corte fuerce una quiebra y luego inmediatamente reestructurar todos los bonos externos de modo tal que el mecanismo de pago y demás aspectos relacionados queden fuera del alcance de los tribunales norteamericanos".

Lunes, 28 de Julio 2014
AFP (Agencia France-Presse)
           


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