383.000 colombianos y peruanos podrán votar en las próximas municipales
El País, España
El Consejo de Ministros aborda hoy sendos acuerdos con Bogotá y Lima
El Gobierno exigirá a los inmigrantes cinco años de residencia legal
En ambos acuerdos (el canje de notas es un instrumento diplomático equivalente a un acuerdo) y en los que en los próximos meses puedan alcanzarse con otros países, el Gobierno exigirá a los inmigrantes un mínimo de cinco años de residencia legal (lo cual equivale a la posesión del permiso de residencia permanente) y la inscripción en el censo electoral. Los canjes de notas entrarán en vigor una vez que se cumplan las exigencias legales de los países implicados, lo cual supone que deberán ser sometidas a la aprobación de sus respectivos parlamentos.
Los acuerdos con Colombia y Perú han sido negociados por el secretario general de Asuntos Consulares, Javier Elorza, y por el embajador en misión especial para negociar el voto inmigrante, Emilio de Benito. Su próximo paso es cerrar otro con Trinidad y Tobago. Se trata de un acuerdo testimonial, pues Trinidad y Tobago es un país tan irrelevante a efectos de inmigración que ni siquiera aparece por sí mismo en las estadísticas del Ministerio de Trabajo, sino bajo el epígrafe "Otros Iberoamérica", que el pasado octubre sumaba a 696 personas.
La mayor colonia de inmigrantes no comunitarios es la marroquí (654.338 residentes legales), pero el principio de reciprocidad es difícilmente aplicable con ese país, pues su legislación no contempla el voto de los extranjeros. Aunque Zapatero comentó el asunto al Rey Mohamed VI el pasado mes de julio, el Gobierno todavía no ha obtenido una respuesta de Rabat.
Más probable es que España logre alcanzar un acuerdo con Ecuador, cuyos ciudadanos forman la segunda colonia más numerosa (367.687 personas). Aunque la Constitución vigente en ese país rechaza el voto de los extranjeros, se halla en trance de reforma y parece que acabará por admitirlo.
En el caso de Argentina, donde residen la mayoría de los emigrantes españoles, las negociaciones tropiezan con un escollo distinto: la legislación varía según las provincias.
La reciprocidad también es imposible, en principio, con países en los que no se celebran elecciones democráticas. Es el caso de China, cuyos ciudadanos forman la cuarta colonia en España, con 129.156 personas. O de Cuba (25.862 inmigrantes). Pero expertos constitucionalistas del PSOE se basan en que el Tribunal Constitucional nunca ha interpretado la reciprocidad para afirmar a continuación que la Ley Fundamental busca que los españoles no sean discriminados. Y concluyen que no habría discriminación para ellos puesto que ni chinos ni cubanos votan, al menos en el estricto sentido democrático.