AFP (Agencia France-Presse)
Ferguson, Estados Unidos. - Siete meses después de darse a conocer al mundo en circunstancias dramáticas, la pequeña ciudad estadounidense de Ferguson lucha por recuperarse de la muerte de Michael Brown, un joven negro desarmado que fue abatido por un policía blanco.
Las manifestaciones nocturnas, y en su mayoría pacíficas, delante de la sede de la Policía en esta ciudad de 21.000 habitantes de Misuri (centro de Estados Unidos) ya son parte del paisaje.
Pero el miércoles dos policía resultaron heridos de bala, lo que aumentó las tensiones en una comunidad que sólo aspira a dar vuelta la página, pese a que muchos critican que el oficial que mató en agosto al joven negro de 18 años no haya sido juzgado.
Susan Brown --que comparte apellido pero no parentesco con Michael-- abrió una tienda de ropa barata para niños de tres meses antes del fatal episodio en agosto.
Las ventas iban bien al abrir, dijo el viernes a la AFP, pero su facturación mensual cayó 70% desde agosto.
"Me gusta Ferguson. Creo que tengo una muy buena ubicación", señaló la comerciante de 53 años, que alquila la propiedad, aunque reside en otro suburbio de Saint Louis.
"Desde (que ocurrió lo de) Mike Brown, los negocios se redujeron casi a la mitad, pero aún estamos aquí".
- Miedo a quedar metidos en el caos -
Los clientes que viven en los suburbios vecinos no vienen más, señaló, porque "siempre tienen miedo de que algo pueda estallar en cualquier momento. No quieren quedar metidos en el caos".
El anuncio hecho por el departamento de Justicia la semana pasada de que no había pruebas suficientes para procesar al policía Darren Wilson en virtud de la ley federal de Derechos Civiles, no sorprendió a demasiadas personas en Ferguson, donde dos tercios de los residentes son negros, mientras que los policías son en su gran mayoría blancos.
El oficial ya había sorteado un juicio penal tras la decisión de un gran jurado de no acusarlo. Él alegó haber actuado en defensa propia.
Aunque no se libró completamente del asunto, ya que la familia del joven y la ciudad tienen la intención de demandarlo por la vía civil.
El informe del ministerio de Justicia fue lapidario: detalla las prácticas racistas de la policía y la municipalidad y demostrando con cifras la desigualdad de trato reservado a los negros.
Hasta ahora seis personas han dimitido tras la publicación del mismo, incluido el jefe de la policía y un juez.
- Sistema corrupto e inhumano -
"El ministerio de Justicia ha determinado por unanimidad que el dispositivo al que pertenecía Darren Wilson era corrupto, ilegal e inhumano", dijo DeMarco Davidson, un activista local y curador del Memorial Michael Brown.
"Sin embargo, Darren Wilson sigue en su puesto... y eso siempre es un problema para nosotros", dijo a la AFP en el marco de una manifestación que reunió a cerca de 200 personas el jueves, vigilados por decenas de policías y un número aún mayor de periodistas.
También dijo que esperaba que "el movimiento" --al que se unieron muchos jóvenes norteamericanos blancos que participaron en las manifestaciones Occupy de 2011-- perdure, mientras Ferguson pasa a formar parte de los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos.
"El viejo sistema no funciona, es una de las cosas más importantes", dijo. "Hay ahora una oportunidad para reunir a la gente que habla en nombre de los habitantes de Ferguson y, esperamos, para cambiar las cosas".