AFP (Agencia France-Presse)
Saná, Yemen. - El presidente de Yemen Abd Rabbo Mansour Hadi y los milicianos chiitas lograron el miércoles en Yemen un acuerdo de salida de crisis, luego de varios días de violencia sangrienta en la capital y la toma del palacio presidencial.
Según el texto, publicado por la agencia de prensa oficial Saba, los milicianos de Ansaruala, también llamados Huthis, se comprometieron a dejar el palacio, donde habían ingresado el martes y donde se apoderaron de armamento, y a liberar al director de gabinete de Hadi, Ahmed Awad ben Mubarak, secuestrado el sábado.
A cambio, el proyecto de Constitución al que se oponen, será enmendado, y los Huthis, como "el movimiento sudista pacífico, y todas las otras facciones políticas privadas de representación equitativa en las instituciones del Estado, tendrán derecho a ser nombrados en esas instituciones".
El presidente y los milicianos acordaron "normalizar" la situación en Saná, donde por lo menos 35 personas murieron y 94 resultaron heridas entre lunes y martes. El texto llama a los empleados a regresar al trabajo y a abrir las escuelas.
Tales medidas deben aplicarse de "inmediato".
El gobierno de Yemen se vio obligado a aceptar la mayoría de las demandas impuestas por la milicia rebelde chiita en un intento por terminar la crisis política, afirmó este miércoles el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, John Kerry.
Kerry dijo a los periodistas que, según entendió, el gobierno del presidente Abd Rabo Mansur Hadi "va a aceptar, si no todas, la mayoría de las objeciones que los huthis tenían" a fin de hallar una salida a la crisis.
Kerry también reveló que este miércoles iría a la Casa Blanca para discutir la crisis que ha afectado al aliado estadounidense, un componente clave del combate de Washington contra Al Qaida.
"La situación estaba en calma en Yemen hace un rato. Nuestro personal está bien protegido", agregó.
La portavoz del departamento de estado, Jen Psaki, dijo previamente que un vehículo del servicio diplomático estadounidense había sido atacado en un punto de control cerca de la embajada.
"Hombres armados de la milicia huthi abrieron fuego contra el vehículo en un punto de control, pero no se registraron heridos", dijo a los periodistas, y agregó que se inició una investigación sobre el caso.
La embajada de Estados Unidos en Saná ha estado operando con el mínimo del personal desde septiembre, cuando la milicia tomó control de gran parte de la capital de Yemen, enfatizó Kerry.
- Huthis desafiantes -
La situación se había agravado este miércoles con el avance de las milicias chiitas en Yemen.
Los chiitas, que ya habían tomado el palacio presidencial, obligaron el miércoles al primer ministro a abandonar su residencia, lo que debilitó considerablemente al gobierno, que aún cuenta con el apoyo del sur del país y de las monarquías del Golfo.
Las autoridades en el sur del país cerraron este miércoles el aeropuerto internacional y el puerto de Aden, en protesta contra "el ataque al símbolo de la soberanía nacional y la legalidad constitucional que es el presidente", según el comunicado de un Comité de Seguridad de la provincia de Adén.
El primer ministro yemení, Jaled Bahah, abandonó la residencia del centro de Saná, donde estaba bloqueado desde hace dos días por milicias chiitas, tras negociar su salida, indicó un portavoz del gobierno.
El Consejo de Seguridad de la ONU ya había condenado el ataque contra el palacio presidencial del martes y expresó su apoyo al mandatario, Abd Rabo Mansur Hadi, al que considera la "autoridad legítima", y pidió para él el respaldo de "todos los partidos y actores políticos" de Yemen.
Este rebrote de violencia en Yemen es el más grave en los últimos cuatro meses en la capital y se debe al rechazo de los huthis a aceptar un proyecto de Constitución que, dividiendo el país en seis regiones, los privaría de acceso al mar.
Responsables militares fieles al presidente yemení acusan al expresidente Ali Abdalá Saleh de apoyar activamente a las milicias Huthis desde que ingresaron en la capital en septiembre.
Saleh fue expulsado del poder tras un levantamiento popular en 2011, pero mantiene una notable influencia y contactos en el ejército y las tribus, que estableció en sus 33 años en el poder.
Yemen, un país que limita con Arabia Saudita, es estratégico en el tránsito del crudo que sale del Golfo, y sufre desde hace meses una ola de violencia, que aumenta los temores de que se convierta en un Estado fallido.