AFP (Agencia France-Presse)
MIAMI. - Puerto Rico se está despoblando de forma acelerada, con un éxodo masivo hacia Estados Unidos en busca de empleo, una tendencia preocupante que impulsa el envejecimiento de la población de la isla caribeña sumida desde hace años en una crisis económica.
Para 2012, unos 4,9 millones de puertorriqueños vivían en alguno de los 50 estados norteamericanos o el Distrito de Columbia, mientras que 3,5 millones de ellos lo hacían en la isla, según un informe divulgado en días pasados por el centro de análisis en Washington Pew Hispanic.
En 2006 se había constatado por primera vez que había mas puertorriqueños fuera de la isla que en ella.
Lo más preocupante es que desde 2010 se aceleró la fuga: entre ese año y 2013 Puerto Rico perdió a 144.000 personas.
"Estamos observando la más grande emigración de Puerto Rico a Estados Unidos desde al menos la década de 1950", cuando se produjo lo que se llamó la "gran migración" luego de la Segunda Guerra Mundial, explicó a la AFP el principal autor del estudio del Pew Hispanic, Mark Hugo López.
"Parece que la isla se encuentra inmersa en un ciclo a largo plazo de declinación de la población", señaló López. El censo estadounidense prevé que esta tendencia se mantenga al menos hasta mediados de siglo.
El tradicional vaivén de personas entre Puerto Rico y Estados Unidos, especialmente desde 1917 cuando el Congreso norteamericano dio la ciudadanía a los nativos del estado libre asociado, es cosa del pasado.
- Caída inédita -
El éxodo "se ha profundizado", señaló el antropólogo Jorge Duany, profesor de la Florida International University y experto en los procesos migratorios de Puerto Rico.
Entre el 2000 y el 2010 se observó una caída inédita de la población de 2,2%, luego de casi un siglo de crecimiento, señaló a la AFP.
Casi la mitad (42%) de los que emigran afirman que buscan empleo, según Pew Hispanic.
Efectivamente, el éxodo masivo ha coincidido con la prolongada crisis económica, que estalló en 2006, cuando culminó un programa de exenciones fiscales que sostuvo a la industria manufacturera. El desempleo fue de 13,1% en junio en la isla, según cifras oficiales, más del doble del 6,1% ese mes en Estados Unidos.
El movimiento también ha reconfigurado los asentamientos en Estados Unidos: Orlando, Florida, se ha convertido en el destino número uno y se espera que para fines de esta década ese estado del sureste de Estados Unidos supere a Nueva York como lugar de mayor concentración de puertorriqueños.
La sangría impulsa el envejecimiento de la población en la isla, reduce la población productiva y obliga a un menor número de personas a sostener el sistema impositivo y de pensiones.
Para 2010, la proporción de la población mayor de 65 años en Puerto Rico superaba a la de Estados Unidos y casi todos los países de América Latina, con excepción de Cuba, dice Duany.
La caída en la tasa de natalidad no ayuda. Actualmente de 1,7 niños por mujer, está por debajo de la tasa de reproducción natural.
"A esa proporción es imposible que la población puertorriqueña crezca", apunta Duany.
- Círculo vicioso -
La fuga no solo incluye a profesionales, sino a obreros y trabajadores poco calificados, en una hemorragia que "ha contribuido al declive de la economía", dijo a AFP Kurt Birson, investigador del Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College de Nueva York.
Un estudio del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico identificó que un cuarto del PIB entre 2006 y 2011 se perdió por el éxodo.
Es un círculo vicioso, explica a la AFP Edwin Meléndez, director del Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College.
"Si decae la población, pues hay menos demanda, y si hay menos demanda, hay menos economía, y si hay menos economía, hay menos trabajo y la gente se va. (...) El decrecimiento poblacional y el desarrollo económico están enlazados y en el caso de Puerto Rico los indicadores son que eso no se va a resolver", asevera.
"Eventualmente van a mejorar la cosas, pero a saber cuánta población va a quedar y a saber en qué año es eso", se pregunta Meléndez, quien no observa señales de cambio para los próximos años.