Los combatientes de la red extremista atacaron simultáneamente el aeropuerto y el cuartel general militar de Seyun, la segunda ciudad de la provincia de Hadramut. El doble ataque se cobró la vida de ocho soldados.

El aeropuerto y el cuartel general ya habían sido blanco en mayo de asaltos de Al Qaida pero es la primera vez que la red, muy asentada en la región, logra entrar en un aeropuerto y sabotear el material de telecomunicaciones.

Pese a los golpes asestados por el ejército y los ataques con aviones teledirigidos estadounidenses (drones), Al Qaida sigue siendo capaz de cometer ataques espectaculares en Yemen.

De hecho el brazo yemení de Al Qaida es considerado por Estados Unidos como el más peligroso de la red.

En el primer ataque, "los atacantes irrumpieron en el aeropuerto, matando a tres soldados en la entrada, antes de entrar en la torre de control", donde dinamitaron el centro de telecomunicaciones, informó un responsable de la seguridad.

Los combatientes secuestraron a un número indeterminado de empleados, añadió, sin poder precisar si los rehenes han sido liberados.

Según él, las unidades del ejército enviadas al lugar rodearon el aeropuerto, donde hubo fuertes enfrentamientos. Seis miembros de los comandos de Al Qaida murieron y a media jornada "sólo quedaban unos focos de resistencia".

Un avión de la compañía nacional Yemenia aterrizó en el momento del ataque, lo que hizo temer por la vida de los pasajeros.

Pero las unidades del ejército lograron "evacuar sanos y salvos a todos los pasajeros", informó un miembro de los servicios de seguridad.

El aeropuerto de Seyun se utiliza tanto para vuelos comerciales, algunos de ellos internacionales, como para el ejército del aire.

En el mismo momento, "un kamikaze de Al Qaida hizo estallar su coche bomba frente al cuartel general de la comandancia de la primera zona militar, matando a cinco soldados" en Seyun, declaró un mando del ejército.

El 24 de mayo, al menos 15 personas ya murieron en combates entre el ejército yemení e insurgentes de Al Qaida en esa misma ciudad.

Al Qaida aprovechó el debilitamiento de la administración central en Saná tras la revuelta popular de 2011 contra el expresidente Ali Abdalá Saleh para reforzar su presencia en el país.