AFP (Agencia France-Presse)
FALUYA. - Milicianos vinculados a Al Qaida controlaban este sábado por completo la ciudad iraquí de Faluya, días después del inicio de los enfrentamientos provocados por el desmantelamiento de un campamento de opositores al primer ministro chiita, Nuri al Maliki, en la provincia sunita de Al Anbar.
"Faluya está bajo control del Estado Islámico en Irak y en Levante (EILL)", pero "los sectores alrededor de Faluya (60 km al oeste de Bagdad) están en manos de la policía local", dijo una fuente de los servicios de seguridad.
La misma fuente agregó que el grupo extremista sunita "designó un gobernador" para la ciudad, declarada el día anterior como "estado islámico" por el EIIL.
Faluya y la capital de la provincia de Al Anbar, Ramadi, fueron los bastiones de la insurrección que siguió a la invasión americana de Irak en 2003. En esta provincia, Estados Unidos perdió un tercio de sus tropas en Irak, según el sitio independiente icasualties.org.
Un periodista de la AFP en Faluya señaló el sábado que al parecer este grupo vinculado a Al Qaida tomó el control de la ciudad, al no observar fuerzas de seguridad ni milicias opuestas a Al Qaida en las calles.
En las afueras de la ciudad se registraron combates esporádicos, un día después de bombardeos del ejército y de combates entre el EIIL y la policía apoyada por tribus locales, indicó el periodista.
La electricidad está completamente cortada y los grupos electrógenos no funcionan a causa de la falta de carburante.
Al menos 32 civiles y 71 combatientes de Al Qaida murieron el viernes en enfrentamientos en Faluya y Ramadi (100 km al oeste de Bagdad), según fuentes del ministerio de Interior.
"Las fuerzas de la policía y de las tribus controlan la mayoría de los sectores (de Ramadi) y la ciudad está tranquila", dijo un oficial de policía el sábado, agregando que "se registraron pocos combates durante la mañana".
Los combates entre insurgentes y fuerzas de la seguridad empezaron el lunes en Ramadi a raíz del desmantelamiento del campamento de opositores al gobierno, que lo consideraba como un "nido de Al Qaida". La violencia se propagó después a Faluya.
Un testigo dijo a la AFP que en Faluya varios cientos de hombres armados acudieron a la tradicional oración de los viernes en el centro de Faluya. Varios de ellos subieron al estrado, donde el imán dirigía la oración, "portando banderas de Al Qaida".
"Uno de ellos se dirigió a los fieles, declarando Faluya "estado islámico" y instándoles a apoyarlos contra el ejército (del primer ministro, Nuri) al Maliki", añadió.
Los insurgentes del EIIL se aprovecharon de que la policía abandonó sus puestos el miércoles en Faluya y Ramadi tras los ataques, así como de los combates entre soldados y miembros de tribus opuestas al desmantelamiento del campo para tomar el control de sectores de las dos ciudades.
Dos años después de la retirada de los últimos soldados estadounidenses en diciembre de 2011, Al Anbar es de nuevo el escenario de un aumento del poder de los extremistas. Bagdad intenta hacer frente a estos insurgentes, alentados por el conflicto en la vecina Siria y el descontento de la minoría sunita.
La provincia de mayoría sunita de Al Anbar se ha convertido desde hace un año en el epicentro de las protestas contra el primer ministro Nuri Al Maliki, un chiita acusado de acaparar el poder y marginar a los sunitas.
Faluya y Ramadi fueron bastiones de la insurrección que siguió a la invasión estadounidense de Irak que depuso al presidente Sadam Husein, un sunita, en 2003.