Doce personas fallecieron y 28 quedaron heridas en la provincia de Herat, cuando dos hombres --a bordo de un automóvil perseguido por la policía-- hicieron explotar el vehículo a la entrada de un inmueble que alberga los servicios de un gobierno de distrito, indicó el ministerio del Interior.
Al menos dos policías y un miembro de los servicios secretos murieron en este ataque.
Horas después, cuatro policías perdieron la vida y cinco resultaron heridos en la región de Helmand (sur), cuando tres kamikazes que portaban explosivos se hicieron explotar en un complejo de inmuebles gubernamentales, según un portavoz de la administración provincial.
El tercer atentado suicida, en el que fallecieron otros tres policías y resultaron heridos seis, se produjo cuando un kamikaze en moto se hizo explotar cerca de un grupo de la policía local que iba a asistir a los policías víctimas del ataque en Helmand.
En total, al menos diez miembros de las fuerzas de seguridad perecieron el martes en estos atentados.
Los talibanes --que han hecho de los atentados suicidas y de las bombas artesanales sus principales armas-- reivindicaron los ataques de Helmand, aunque no el de Herat.
Expulsados a fines de 2001 del poder, que ocupaban desde 1996, por una coalición internacional liderada por Estados Unidos, los rebeldes talibanes combaten desde entonces al gobierno afgano y a sus aliados de la OTAN.