Al menos 29 muertos en ataque de los talibanes contra base aérea en Pakistán
AFP (Agencia France-Presse)
Peshawar, Pakistán. - Un comando talibán atacó el viernes una base de las fuerzas aéreas paquistaníes en el noroeste del país, provocando la muerte de 29 personas en una operación en la que murieron los insurgentes, que constituye el peor atentado desde la masacre contra una escuela en Peshawar.
El ejército dijo que un comando de 14 asaltantes uniformados atacaron en la mañana del viernes la base militar de Badaber, ubicada en las afueras de Peshawar, encrucijada al noroeste de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán.
El general Asim Bajwa, portavoz del ejército paquistaní, dijo en una rueda de prensa que el enfrentamiento con los rebeldes duró varias horas y que todos los atacantes fueron abatidos.
"Al menos 29 personas fueron martirizadas, 23 de la fuerza aérea, tres del ejército y tres civiles", informó el funcionario, que precisó que hay 29 heridos.
El portavoz de Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), grupo islamista armado en lucha desde hace ocho años contra el Gobierno y el Ejército, reivindicó en un correo electrónico a la AFP este asalto realizado según él por un "comando de kamikazes".
Dieciséis de los soldados muertos estaban rezando en una mezquita al interior de la base, a la cual lograron acceder algunos de los asaltantes.
"Los atacantes vinieron de Afganistán, el ataque fue planeado y controlado desde allá", precisó Bajwa.
Un alto responsable de las Fuerzas Aéreas que requirió anonimato indicó que la base sirve únicamente para alojar a militares. "En esta base no está desplegado ningún aparato del ejército del aire, ningún avión de combate", dijo.
"El ataque comenzó temprano por la mañana con disparos de granadas y armas automáticas", contó a la AFP Kifayatulá, un testigo dueño de un comercio próximo a esta base militar.
"Estaba orando en una mezquita, muy cerca. Era imposible salir por la puerta principal, por lo que tuvimos que saltar por la ventana para escapar", agregó.
"Las explosiones y los disparos era ensordecedores. Fue aterrador", dijo por su parte Khan Sabitulá, un jornalero cuya casa fue parcialmente dañada por el ataque. La base Badaber se encuentra cerca de una zona residencial.
El TTP cometió en diciembre 2014 el atentado más mortífero de la historia moderna de Pakistán cuando uno de sus comandos se infiltró en una escuela de Peshawar para matar fríamente a más de 150 personas, en su mayoría niños.
Después de ese ataque, el Ejército paquistaní intensificó las operaciones contra los bastiones yihadistas en el noroeste del país, en particular en las zonas tribales de Khyber y Waziristán del Norte, sector que sirvió de cuartel general al TTP, a la red Haqani y a Al Qaida en el transcurso de la última década.
Esta misma semana, la aviación paquistaní bombardeaba el valle de Shawal, un sector apartado de Waziristán del Norte cubierto por un bosque denso que permite a los insurgentes ocultarse. Estas operaciones militares contribuyeron a reducir el número de atentados islamistas a través del país estos últimos meses.
Como reacción al ataque contra la escuela de Peshawar, Pakistán reanudó las ejecuciones de condenados a muerte y creó tribunales antiterroristas controvertidos porque autorizan al ejército a juzgar a civiles a puerta cerrada.
Desde entonces, Pakistán ha ahorcado a más de 200 condenados a muerte, algunos de ellos sin relación alguna con atentados o con los talibanes locales, denuncian organizaciones de defensa de los derechos humanos, que piden a Islamabad que vuelva a instaurar una moratoria de la pena capital.
El general Asim Bajwa, portavoz del ejército paquistaní, dijo en una rueda de prensa que el enfrentamiento con los rebeldes duró varias horas y que todos los atacantes fueron abatidos.
"Al menos 29 personas fueron martirizadas, 23 de la fuerza aérea, tres del ejército y tres civiles", informó el funcionario, que precisó que hay 29 heridos.
El portavoz de Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), grupo islamista armado en lucha desde hace ocho años contra el Gobierno y el Ejército, reivindicó en un correo electrónico a la AFP este asalto realizado según él por un "comando de kamikazes".
Dieciséis de los soldados muertos estaban rezando en una mezquita al interior de la base, a la cual lograron acceder algunos de los asaltantes.
"Los atacantes vinieron de Afganistán, el ataque fue planeado y controlado desde allá", precisó Bajwa.
Un alto responsable de las Fuerzas Aéreas que requirió anonimato indicó que la base sirve únicamente para alojar a militares. "En esta base no está desplegado ningún aparato del ejército del aire, ningún avión de combate", dijo.
"El ataque comenzó temprano por la mañana con disparos de granadas y armas automáticas", contó a la AFP Kifayatulá, un testigo dueño de un comercio próximo a esta base militar.
"Estaba orando en una mezquita, muy cerca. Era imposible salir por la puerta principal, por lo que tuvimos que saltar por la ventana para escapar", agregó.
"Las explosiones y los disparos era ensordecedores. Fue aterrador", dijo por su parte Khan Sabitulá, un jornalero cuya casa fue parcialmente dañada por el ataque. La base Badaber se encuentra cerca de una zona residencial.
- Recuerdos amargos en Peshawar -
El TTP cometió en diciembre 2014 el atentado más mortífero de la historia moderna de Pakistán cuando uno de sus comandos se infiltró en una escuela de Peshawar para matar fríamente a más de 150 personas, en su mayoría niños.
Después de ese ataque, el Ejército paquistaní intensificó las operaciones contra los bastiones yihadistas en el noroeste del país, en particular en las zonas tribales de Khyber y Waziristán del Norte, sector que sirvió de cuartel general al TTP, a la red Haqani y a Al Qaida en el transcurso de la última década.
Esta misma semana, la aviación paquistaní bombardeaba el valle de Shawal, un sector apartado de Waziristán del Norte cubierto por un bosque denso que permite a los insurgentes ocultarse. Estas operaciones militares contribuyeron a reducir el número de atentados islamistas a través del país estos últimos meses.
Como reacción al ataque contra la escuela de Peshawar, Pakistán reanudó las ejecuciones de condenados a muerte y creó tribunales antiterroristas controvertidos porque autorizan al ejército a juzgar a civiles a puerta cerrada.
Desde entonces, Pakistán ha ahorcado a más de 200 condenados a muerte, algunos de ellos sin relación alguna con atentados o con los talibanes locales, denuncian organizaciones de defensa de los derechos humanos, que piden a Islamabad que vuelva a instaurar una moratoria de la pena capital.