Al menos 35 muertos en ataque contra mercado cerca de Damasco
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Damasco/Beirut. - Al menos 35 civiles murieron y 23 personas resultaron heridas por el impacto de un misil en un mercado situado al este de la capital siria Damasco, mientras la situación humanitaria sigue empeorando en los enclaves kurdo de Afrin y rebelde de Guta Oriental, según alertan las organizaciones de ayuda.
El ataque contra Damasco podría proceder de Guta Oriental, según insinuó hoy la agencia de noticias oficial Sana, que responsabilizó a "terroristas" del disparo de misil contra el barrio de Kashkool, en las afueras al sur de Damasco. Ese término es el que emplea el Gobierno para referirse a los opositores, cuyo bastión más cercano a Damasco es Guta Oriental.
El ataque en el que murieron al menos 35 civiles, según informó una fuente de la policía a dpa, sería uno de los ataques más graves perpetrados contra la capital, controlada por el Gobierno de Bashar al Assad y considerada relativamente bien asegurada.
El Gobierno sirio acusa a los rebeldes del lugar de atacar continuamente la capital siria con artillería y misiles y matar a civiles. La región es objetivo desde el 18 de febrero de una de las olas de ataques más graves desde que comenzó la guerra hace siete años.
Además, se ha producido un éxodo masivo de civiles de cuya situación alertan las organizaciones humanitarias. Grave es también la situación en la región kurda de Afrin, donde un convoy de ayuda humanitaria entró hoy en una ciudad donde miles de desplazados habían buscado refugio tras la conquista el domingo por las tropas kurdas de la capital homónima regional.
El convoy conjunto del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Media Luna Roja Siria, integrado por 14 camiones llevó 25 toneladas de alimentos y agua a Tel Rifaat, que sigue bajo control de la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG). El reparto de pan, mantas y botellas de agua ya ha comenzado.
Robert Mardini, director regional del CICR, señaló que la medida es alentadora, pero advirtió de la situación que atraviesan los desplazados como consecuencia de la ofensiva turca. "Desperados y aterrorizados, miles han abandonado #Afrin en los últimos días, sin un lugar para quedarse y con poca comida, agua y medicinas", tuiteó.
El domingo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció que sus soldados y aliados sirios habían tomado el control total del centro de la ciudad de Afrin, en el marco de su ofensiva lanzada el 20 de enero contra las YPG kurdas, a quienes acusa de terrorismo por su vinculación con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Las fuerzas turcas rodearon y asediaron la ciudad el año pasado desencadenando un éxodo masivo de la ciudad. Unas 250.000 personas han huido desde el viernes, según las cifras estimadas por los activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Mientras tanto, el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, anunció hoy que investigará las informaciones de saqueo en Afrin si le piden que lo haga. "No permitiremos que nadie lleve a cabo saqueos. Si hay quejas o una demanda de esas áreas, las investigaremos allí meticulosamente, dijo a la prensa en Ankara.
El lunes activistas y fuentes kurdas denunciaron saqueos en Afrin y difundieron fotos que muestran a los rebeldes del Ejércitio Libre de Siria (ELS) cargando propiedad privada en camiones. El Ministerio de Exteriores turco había dicho que las fuerzas de su país y el ELS no "recurren a esas vías".
Por otra parte, los combatientes de la milicia terrorista Estado Islámico (EI) conquistaron el barrio de Al Qadam, una zona cercana a la capital Damasco en un ataque sorpresa en el que murieron 36 combatientes fieles al Gobierno de Bashar al Assad, informó hoy el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Decenas de personas resultaron heridas o desaparecidas. La milicia terrorista informó del ataque, que tuvo lugar en la noche del lunes, en un comunicado.
El EI, que llegó a contar en 2014 con varias provincias de Siria e Irak bajo su control , fue expulsado de la mayoría de sus principales feudos a finales del año pasado y muchos lo dan por vencido. Sin embargo, los analistas alertan que no lo está en su totalidad: en los dos países persisten numerosas células capaces de perpetrar atentados y ataques.
En otro frente de guerra, al menos nueve personas, entre ellas cuatro niños, murieron en un bombardeo contra un campo de refugiados en las afueras de Idlib, en el noroeste de Siria, informó el Observatorio. La zona está en gran medida controlada por rebeldes, mayoritariamente de una facción vinculada a Al Qaeda. Decenas de personas resultaron heridas en el ataque que se cree fue perpetrado por un avión gubernamental.
El campamento golpeado está localizado en las afueras de la ciudad de Haas y alberga sobre todo a refugiados de la provincia de Hama. Los activistas creen probable que aumente la cifra de víctimas ante la gravedad de algunos lesionados.
El ataque en el que murieron al menos 35 civiles, según informó una fuente de la policía a dpa, sería uno de los ataques más graves perpetrados contra la capital, controlada por el Gobierno de Bashar al Assad y considerada relativamente bien asegurada.
El Gobierno sirio acusa a los rebeldes del lugar de atacar continuamente la capital siria con artillería y misiles y matar a civiles. La región es objetivo desde el 18 de febrero de una de las olas de ataques más graves desde que comenzó la guerra hace siete años.
Además, se ha producido un éxodo masivo de civiles de cuya situación alertan las organizaciones humanitarias. Grave es también la situación en la región kurda de Afrin, donde un convoy de ayuda humanitaria entró hoy en una ciudad donde miles de desplazados habían buscado refugio tras la conquista el domingo por las tropas kurdas de la capital homónima regional.
El convoy conjunto del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Media Luna Roja Siria, integrado por 14 camiones llevó 25 toneladas de alimentos y agua a Tel Rifaat, que sigue bajo control de la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG). El reparto de pan, mantas y botellas de agua ya ha comenzado.
Robert Mardini, director regional del CICR, señaló que la medida es alentadora, pero advirtió de la situación que atraviesan los desplazados como consecuencia de la ofensiva turca. "Desperados y aterrorizados, miles han abandonado #Afrin en los últimos días, sin un lugar para quedarse y con poca comida, agua y medicinas", tuiteó.
El domingo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció que sus soldados y aliados sirios habían tomado el control total del centro de la ciudad de Afrin, en el marco de su ofensiva lanzada el 20 de enero contra las YPG kurdas, a quienes acusa de terrorismo por su vinculación con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Las fuerzas turcas rodearon y asediaron la ciudad el año pasado desencadenando un éxodo masivo de la ciudad. Unas 250.000 personas han huido desde el viernes, según las cifras estimadas por los activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Mientras tanto, el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, anunció hoy que investigará las informaciones de saqueo en Afrin si le piden que lo haga. "No permitiremos que nadie lleve a cabo saqueos. Si hay quejas o una demanda de esas áreas, las investigaremos allí meticulosamente, dijo a la prensa en Ankara.
El lunes activistas y fuentes kurdas denunciaron saqueos en Afrin y difundieron fotos que muestran a los rebeldes del Ejércitio Libre de Siria (ELS) cargando propiedad privada en camiones. El Ministerio de Exteriores turco había dicho que las fuerzas de su país y el ELS no "recurren a esas vías".
Por otra parte, los combatientes de la milicia terrorista Estado Islámico (EI) conquistaron el barrio de Al Qadam, una zona cercana a la capital Damasco en un ataque sorpresa en el que murieron 36 combatientes fieles al Gobierno de Bashar al Assad, informó hoy el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Decenas de personas resultaron heridas o desaparecidas. La milicia terrorista informó del ataque, que tuvo lugar en la noche del lunes, en un comunicado.
El EI, que llegó a contar en 2014 con varias provincias de Siria e Irak bajo su control , fue expulsado de la mayoría de sus principales feudos a finales del año pasado y muchos lo dan por vencido. Sin embargo, los analistas alertan que no lo está en su totalidad: en los dos países persisten numerosas células capaces de perpetrar atentados y ataques.
En otro frente de guerra, al menos nueve personas, entre ellas cuatro niños, murieron en un bombardeo contra un campo de refugiados en las afueras de Idlib, en el noroeste de Siria, informó el Observatorio. La zona está en gran medida controlada por rebeldes, mayoritariamente de una facción vinculada a Al Qaeda. Decenas de personas resultaron heridas en el ataque que se cree fue perpetrado por un avión gubernamental.
El campamento golpeado está localizado en las afueras de la ciudad de Haas y alberga sobre todo a refugiados de la provincia de Hama. Los activistas creen probable que aumente la cifra de víctimas ante la gravedad de algunos lesionados.