Sin muchas luces de cómo cumplir su cometido, se topa en la calle con un panfleto que le sugiere el camino a seguir, aunque Michael malinterpreta el mensaje del aviso.

Siete minutos dura el cortometraje, cuyo guión fue escrito por el propio Albi de Abreu, y que fue rodado en julio durante una semana con las actuaciones de Juliana Cuervos y los niños Rosmel Bustamante y José Manuel Rodríguez.

Lo de dirigir, dice De Abreu, es una necesidad de vieja data. "Yo creo que la inclinación de dirigir siempre estuvo ahí, sólo que llegó primero la actuación. Fue algo que no escogí, pero la verdad, siempre tuve el gusto por ambas", agrega el actor.

Y su paso por la televisión -primero por el show infantil Nubeluz y luego por no pocas telenovelas-, asegura Albi De Abreu, le ha proporcionado suficientes herramientas como facilitar el trabajo como director.

"Creo que tengo un entendimiento mucho más claro con los actores, trato de respetarles su espacio, disponer lo menos posible y jugar con recursos que les funcionen", confiesa ahora que está del otro lado de la cámara.

¿Que si se siente satisfecho con los resultados finales del corto Música del cielo? "Lo importante es que la historia está contada de la forma en que yo quería: está redonda", dice sin modestias. Y aunque hubo cambios entre lo que escribió y lo que llegó a la pantalla, él se justifica. "Así creo que pasa con todos los sueños: uno se los imagina de cierta forma y en el camino las cosas van cambiando un poco".

Luego del estreno, Música del cielo emprenderá recorrido por diversos festivales. En planes está inscribirlo en el CNAC para inflarlo a 35 mm y tener un ramo más amplio para distribuirlo. Mientras que acerca de la difusión de su ópera prima, De Abreu comenta: "Voy a buscar proyectarlo en salas de cine nacionales antes de algunas películas". Y ya vislumbra el próximo corto. Se llamará Colmillo y los protagonistas son un mendigo y su perro.