Ali Al Arid, ministro del Interior tunecino designado primer ministro

AFP (Agencia France-Presse)

TÚNEZ. - El actual ministro tunecino del Interior, Ali Al Arid, fue designado este viernes por su partido, el islamista Annahda, primer ministro para ponerse al frente del gobierno e intentar formar un equipo capaz de sacar al país de la profunda crisis política que desencadenó el asesinato de un opositor.

Ali Al Arid-izquierda-y Rashed Gannushi
Ali Al Arid-izquierda-y Rashed Gannushi
El jefe del partido islamista, Rashed Ghannoushi, presentó este viernes a última hora de la mañana la candidatura de Al Arid al presidente Munsef Marsuki.
"El presidente desea éxito a Al Arid, a quien entregará esta noche la carta de designación oficial" como primer ministro, dijo el portavoz de la presidencia, Adnèn Manser.
La reunión entre los dos hombres se celebrará poco después de las 16H00, hora local (15H00 GMT). Desde que sea nombrado oficialmente, Al Arid tendrá 15 días para formar su equipo, el cual deberá obtener la confianza de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
El jefe del Estado deseó que el ministro del Interior saliente se ponga a trabajar "lo más rápidamente posible" en la formación de su gabinete, ya que "el país no soporta esperar más", según el portavoz.
Annahda, primera fuerza política del país con 89 diputados, puede alcanzar con facilidad los 109 votos necesarios de un total de 217 diputados para la aprobación del gobierno.
Este partido prometió formar un gabinete que mezcle personalidades políticas y tecnócratas para ampliar lo máximo posible su base y salir de la crisis política en la que el país se encuentra desde el asesinato del opositor antiislamista y izquierdista Shukri Belaid, el pasado 6 de febrero.
Ali Al Arid, prisionero torturado bajo el régimen tunecino del depuesto Sin Al Abidin Ben Ali y después ministro del Interior, tiene 57 años y está considerado como un partidario del diálogo dentro de la corriente moderada de Annahda.
Sucede en el cargo a Hamadi Jebali, otro islamista moderado, quien dimitió a principios de semana después de haber fracasado en el intento de convencer a su propio partido de la formación de un gobierno de tecnócratas. Annahda se opone a esta iniciativa esgrimiendo que las elecciones de octubre de 2011 le dieron la legitimidad para gobernar.
Jebali se despidió de los tunecinos el jueves por la noche en un discurso televisado. Advirtió a su sucesor y al conjunto de la clase política de que solo un "gobierno neutral" podía sacar al país de la crisis.
La vida política tunecina, que ya vivía una crisis latente desde hacía meses, está paralizada desde el asesinato de Shukri Belaid.
Después de dos semanas de silencio sobre la investigación, Al Arid anunció el jueves que sospechosos habían sido detenidos, pero no dio ninguna precisión.
Además de esta crisis, el país se enfrenta a las frustraciones sociales que habitualmente degeneran en actos violentos, ya que el paro y la miseria, en el centro de la revolución que expulsó del poder a Ben Ali en enero de 2011, no mejoraron.
La elaboración de la Constitución también se encuentra bloqueada debido a una falta de compromiso sobre la naturaleza del futuro régimen, lo que impide organizar nuevas elecciones.
Sin olvidar el ascenso de la influencia islamista yihadista, responsable de numerosos golpes de efecto en los dos últimos años.


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