Animalario arrasa una vez más en los Max junto al Teatre Lliure

El País, España

El grupo madrileño se hace con cuatro estatuillas.- Carles Santos, Àlex Rigola, Juan Mayorga, Carmen Machi y Teresa Nieto, entre los ganadores. Animalario, el grupo más controvertido y polémico del teatro español contemporáneo, ha vuelto a arrasar en los premios Max de las Artes Escénicas.

Animalario arrasa una vez más en los Max junto al Teatre Lliure
Se hizo con cuatro estatuillas de las cinco a las que aspiraba (director de escena para Andrés Lima, mejor adaptación teatral para Alberto San Juan, mejor actor protagonista para Javier Gutiérrez y mejor productor privado de artes escénicas, galardón éste último que se lleva por cuarta vez en cinco años) y dejó para otro la de mejor espectáculo teatral, que recayó en 2666, espectáculo del Teatre Lliure dirigido por Àlex Rigola e inspirado en la novela de Roberto Bolaño, el desaparecido escritor que está arrasando por medio mundo, montaje que también se hizo con la mejor escenografía de Max Glaenzel y Estel Cristià. Cabaret líquido, de Lavi e bel, obtuvo el Max al mejor espectáculo musical, y Sirena a la plancha, de Sol Picó, el de danza.
También los hubo que se llevaron las estatuillas por partida doble, como Carles Santos (dirección musical y composición para espectáculo), el espectáculo Germanas (mejor autor en catalán para Carol López y mejor actor de reparto para Paul Berondo), Teresa Nieto (mejor coreografía y mejor intérprete de danza), La tortuga de Darwin, que logró los dos premios a los que optaba (Juan Mayorga como mejor autor en castellano y Carmen Machi mejor actriz), y Barroco (mejor iluminación de Juan Gómez-Cornejo y figurinista para Angelina Adlagic).
Dentro de estos premios hay una serie de galardones que decide el comité ejecutivo, como el Max de Honor, que ha recaído en el director Miguel Narros, que recibió una calurosa ovación con todo el público puesto en pie; el Hispanoamericano, que obtuvo el argentino Roberto Cossa, y el de Nuevas Tendencias, que fue a parar a Escena Contemporánea. El Premio de la Crítica, que concede un jurado de expertos teatrales de toda España, se concedió a El Mes de Danza de Sevilla.
Otros galardonados fueron Damián Muñoz por Staff, como mejor intérprete de danza, y las compañías Kukai y Tanttaka, que ganaron en la categoría de espectáculo revelación por Hnuy illa. El premio al mejor autor teatral en euskera recayó en Raúl Cancedo, Izpiñe Soto, Argia Gardeazabal, Pío Ortiz y Julen Gabiria por Superplast. En gallego le tocó a Eduardo Alonso por Extrarradios (Comedia das mulleres desamparadas). La vida de un piojo llamado Matías, de El Espejo Negro, se llevó el galardón al mejor espectáculo infantil.
Una gala llena de humor
La ceremonia de esta duodécima edición de los Max se inició con la bienvenida de Eduardo Bautista, presidente del consejo de dirección de la SGAE, entidad organizadora de estos premios, que se entregaron anoche en el teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria. Tras él intervino Asunción Balaguer y la voz de su inolvidable marido, Paco Rabal, cantando unas coplillas a este teatro que él mismo inauguró hace 10 años.
La gala, que fue una especie de homenaje a los que hoy son los herederos del teatro independiente y tuvo un marcado tono humorísitico, ofreció momentos brillantes que llegaron de la mano del grupo Sexpeare, del conductor de la gala, Ángel Ruiz, y de Leo Bassi, menos provocador y numerero que nunca, pero que llenó el espacio de una poética bufoescénica muy de agradecer.
También fueron muchos los conocidos profesionales que se subieron al escenario a entregar premios, como María Esteve, Irma Correa, Ernesto Caballero, Isabel Prinz, Jordi Millán, y no sólo conocidos de los escenarios sino también de otras artes como las que maneja el ministro de Cultura, César Antonio Molina, el director general de Arteria, Ramiro Osorio, José Luis Borau, presidente de la SGAE, y otras autoridades canarias, como el cantante Caco Senante, al que muchos consideran como tal.
El fin de fiesta llegó de la mano del showman de origen italoamericano Leo Bassi, quien afirmó que "lo más revolucionario y provocador que hay hoy en día es mantener la inocencia", y para aclarar que no mentía añadió "palabra de bufón" y concluyó sosteniendo que más allá de los premios lo esencial y profundo era ver a una gran familia en la que todos juntos se dedican a crear emociones. Y la juerga terminó con un gigantesco patito, réplica de los que hay en tantas bañeras de niños.



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