AFP (Agencia France-Presse)
ARGEL. - Después de haber vivido largo tiempo de espaldas al mar, Argel (El Djazair, las Islas) se lanza ahora a la reconquista del Mediterráneo gracias a un gran proyecto urbanístico con el que recuperará todo su esplendor perdido, con 2030 como horizonte.
Ambicionado por el presidente Abdelaziz Buteflika, este plan estratégico tiene por objetivo transformar los varios kilómetros de bahía, desde el Almirantazgo, pasando por el centro de la ciudad, hasta Tamentfust, al este de la ciudad-puerto.
"El reordenamiento de la bahía, corazón latente de la nueva imagen de Argel, contribuye a eliminar una paradoja, la de ver el mar y no acceder directamente al mismo ni poder disfrutarlo", subraya el arquitecto urbanista Akli Amruche.
Es la gran paradoja de esta ciudad. Nacida sobre un conjunto de islotes dominado por una colina que ofrece una vista panorámica impresionante, se encuentra actualmente aislada del mar por fábricas, vías férreas, carreteras y el puerto comercial más importante del país, protegido por una imponente fortificación detrás de la que sólo emergen las altas grúas en permanente actividad.
Las fortificaciones fueron construidas durante la guerra civil de los años noventa para proteger el puerto de los ataques de grupos armados islamistas, que asesinaron a varios marinos extranjeros.
Las sucias aguas del Ued El Harrach, principal fuente de contaminación de la bahía, hicieron el resto, provocando que se prohibiera a la gente bañarse en las bellas playas locales, otrora invadidas por los veraneantes.
Progresivamente, la ciudad se ha extendido detrás de las colinas, bordeando las fértiles tierras de Mitidja, desde donde no se puede ver el Mediterráneo.
Ahora, Argel sueña con poder convertirse en un polo turístico capaz de rivalizar con grandes metrópolis mediterráneas como Marsella o Barcelona, que también se abrió al mar con ocasión de los Juegos Olímpicos de 1992.
Este plan estratégico prevé la construcción de un paseo marítimo, un reordenamiento del centro de la ciudad y la restitución del puerto pesquero.
Varios barrios cercanos al centro serán conectados al mar a través de obras que vinculen tecnologías limpias (verdes) con diseños ultramodernos, explicó Amruche.
- Redescubrir la playa -
El objetivo es "devolverles espacios de ocio y el acceso a la playa a los argelinos", añade el responsable.
Este reordenamiento de la bahía de Argel privilegia todo lo verde, con un primer objetivo que es descontaminar el Ued El Harrach de aquí a 2016.
Esta operación con un costo de casi 400 millones de euros permitirá descontaminar este curso de agua, de unos 67 kilómetros de largo y que desemboca en la bahía.
Unos cinco kilómetros de la desembocadura del 'ued' serán destinados y acondicionados para la práctica de deportes náuticos.
"También está previsto construir un teatro al aire libre, seis parques infantiles, áreas de césped, jardines con árboles diversos, puentes y pasarelas", precisó Ahcene Ait Amara, responsable del ministerio de Recursos Acuíferos.
El Ued El Harrach se convertirá así en "el nuevo centro de gravedad de la bahía de Argel", alrededor del cual se implementarán otros proyectos estructurales, como la Gran Mezquita de Argel -en construcción a un costo de 1.000 millones de euros-, el futuro museo de África, un centro de negocios, comercial y de ocio, frente al mar.
Recientemente se abrió al público el gran paseo de las Sablettes. En este lugar solía "pegarse un baño" el escritor Albert Camus (1913-1960) cuando era adolescente.
Del otro lado del puerto se construye una escollera para bloquear el oleaje del mar, y permitir así a los habitantes del exbastión islamista de Bab-el-Ued redescubrir la playa y la orilla del mar.
"La gente quiere pasar página de los años de duelo y lágrimas. La rehabilitación de estas playas y la multiplicación de los lugares de ocio pueden contribuir a sofocar cualquier intento de hacer resurgir ideas extremistas", afirma Yahid, un habitante del barrio.