Una persona murió por disparos en Ain Lahdjel, en la región de M'sila, a 300 km al sureste de Argel, declaró el ministro argelino del Interior, Dahou Ould Kablia, en la radio nacional, confirmando una información adelantada por el periódico El Khabar.
"Murió cuando intentaba entrar en un puesto de policía", precisó Ould Kablia.
Otro hombre murió en Bu Smail, a 50 km al oeste de Argel. "Fue recogido cuando estaba herido y el médico forense constató que murió por las secuelas de sus heridas en la cabeza. Sin embargo, las causas de su muerte no se han dilucidado totalmente", añadió el ministro.
Una fuente médica había declarado a la AFP horas antes que esta persona había muerto tras haber recibido en la cabeza el impacto de una granada lacrimógena.
El ministro informó que la policía tiene orden de contener las manifestaciones para evitar todo desbordamiento, haciendo referencia al número de heridos entre los agentes policiales.
"Hay más de 300 agentes, entre la policía y la gendarmería, que han sido heridos, mientras que en el otro bando hay menos de cien heridos", dijo Ould Kablia.
Un consejo interministerial está previsto este mismo sábado para examinar cómo frenar el alza de precios de los productos básicos, que han provocado los disturbios en todo el país,
En Annaba, a más de 600 km al oeste de Argel, 17 personas resultaron heridas en la noche del viernes, según la protección civil y un policía que pidió el anonimato.
De estos 17 heridos, tres son policías y uno de ellos se encuentra en estado grave tras haber sido apedreado en la cabeza.
En el barrio popular de esa ciudad de 800.000 habitantes, los enfrentamientos continuaron durante la noche del viernes y numerosos edificios oficiales, incluyendo la daira (sub alcaldía), fueron saqueados, según los testimonios.
En Tizi Uzu, la ciudad más importante de Cabilia, la noche estuvo marcada por actos violentos, según los habitantes. En el barrio de Bukhalfa los manifestantes bloquearon el camino que lleva a la capital con neumáticos incendiados.
Desde hace más de una semana, pequeños grupos de jóvenes denuncian en muchas partes del país lo que llaman su "malvivir", sea por desempleo --más de 20% de los jóvenes están sin trabajo-- o por falta de vivienda.
Los jóvenes --que constituyen el 75% de los 35,6 millones de argelinos-- protestaban también contra el elevado costo de la vida y la corrupción generalizada.
Las autoridades argelinas salieron de su mutismo el viernes cuando el ministro argelino de Juventud y Deportes, Hachemi Djiar, llamó a los jóvenes manifestantes a "dialogar de manera pacífica".