Argentina celebra 50 años de "Rayuela" con lanzamiento del Año Cortázar
AFP (Agencia France-Presse)
BUENOS AIRES. - Argentina celebra el 50 aniversario de la publicación de "Rayuela", la novela emblemática del escritor argentino Julio Cortázar, con el lanzamiento este viernes del Año Cortázar 2014 al cumplirse el año próximo un siglo de su nacimiento.
Julio Cortázar
Bocetos, dibujos y fragmentos de esta mítica novela, un famoso retrato de Cortázar (1914-84) de la fotógrafa Sara Facio, y más de 30 primeras ediciones de libros de este autor que revolucionó la literatura latinoamericana, integran la muestra "Rayuela 50 años", que se inaugura este viernes en Buenos Aires, dijo a la AFP la curadora Liliana Piñeiro.
La exposición, que podrá verse hasta el 10 de julio en la sede del estatal canal 7, propone también un espacio dedicado a "La raíz del ombú", una historieta escrita por Cortázar e ilustrada por el artista plástico Alberto Cedrón, quien relata en un documental el extraño proceso de su creación.
Tres formas de leer "Rayuela"
"Rayuela" tiene la originalidad de que su autor propone tres maneras de leerlo: de forma tradicional desde la primera a la última página, saltando y alternando capítulos según un "Tablero de dirección", o como "el lector lo desee", una posibilidad que también exploró en su obra "62 Modelo para armar", editado en 1968.
"Cortázar abrió la novela en lengua española a una larga tradición de renovadores, sería imposible pensar la novela argentina o latinoamericana sin esa vía abierta por él", estimó Graciela Speranza Crítica, narradora, doctora en Letras y docente en la Universidad de Buenos Aires.
Speranza dijo que "el lector de "Rayuela" tiene la experiencia gráfica de perderse en el laberinto, esa posibilidad de pasar de una tradición a otra, de una cultura a otra, de un espacio a otro".
El famoso bar London City, a cien metros de la histórica Plaza de Mayo, donde Cortázar escribió y situó su novela "Los Premios", publicada en 1960, no quiso quedarse afuera de la celebración, constató la AFP.
Quienes este viernes se sientan a tomar un café o a comer en esa tradicional confitería de Buenos Aires, tendrán en sus manos un folleto para turistas en el que se sugiere al comensal que en la mesa donde está comiendo puede estar flotando el fantasma literario de Cortázar.
La muestra oficial sobre "Rayuela" es además el marco elegido para presentar el Año Cortázar 2014, que homenajeará al también autor de "Bestiario" (1951) y "El Libro de Manuel" (1973), entre una treintena de títulos, al cumplirse el 26 de agosto del año próximo el centenario de su nacimiento en Bruselas, Bélgica.
Exposiciones de fotografías, jornadas internacionales de literatura, un concurso de guiones y videojuegos y la edición de un libro de historietas, entre otras propuestas, serán organizadas por la secretaría de Cultura junto con la Televisión Pública, el Museo Nacional de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional y el Museo del Libro y de la Lengua, para celebrar el aniversario de su natalicio.
"Una novela de ruptura"
En la Feria internacional del libro de Buenos Aires de este año, se llevó a cabo un curso gratuito sobre "Rayuela", a cargo del escritor Mario Goloboff (autor de "Cortázar. La biografía") en el que se hizo hincapié en el proyecto del literato argentino de "crear una novela de ruptura y en los procedimientos para llevarla a cabo".
Hijo de padres argentinos, Cortázar llegó a Buenos Aires a los cuatro años, pasó su infancia en la ciudad de Banfield, en la periferia sur de la capital, se graduó de maestro en una escuela pública porteña y trabajó como docente en varios pueblos de Argentina, sin poder terminar sus estudios universitarios por razones económicas.
En 1951, se instaló en París donde trabajó como traductor independiente de la Unesco y siguió escribiendo, sin perder sus vínculos con los movimientos políticos y creativos latinoamericanos.
En los años 1960, Cortázar fue un admirador de la revolución cubana y a finales de los 1970 simpatizó con la revuelta sandinista en Nicaragua, a la que donó los derechos de su libro "Los autonautas de la cosmopista", escrito en colaboración con su esposa Carol Dunlop y editado en 1983, poco antes de su muerte el 12 de febrero de 1984 en París, donde su tumba en el Cementerio de Montparnasse es una atracción para miles de turistas.