Aristide: de sacerdote de los pobres a presidente expulsado de Haití
AFP (Agencia France-Presse)
PUERTO PRÍNCIPE, (AFP) - Jean-Bertrand Aristide, que prevé regresar este jueves a Haití después de siete años de exilio, mantiene su popularidad entre los más humildes gracias a un discurso perfeccionado en los años en que fue sacerdote, y pese a que fue expulsado dos veces de la presidencia haitiana.
Jean Bertrand Aristide
Al justificar la vuelta a su país al diario británico The Guardian subrayó que quería consagrarse a mejorar "la educación", más de un año después del devastador sismo que dejó más de 250.000 muertos.
Sin embargo su vuelta probablemente afectará la situación política del país más pobre de América. Sobre todo porque ocurre poco antes de la segunda vuelta electoral prevista para el domingo y dos meses después del regreso al país de su enemigo Jean-Claude Duvalier.
Los dos hombres no pueden ser más distintos. Aristide es carismático, mientras que "Baby Doc" Duvalier es más bien tímido. Pero sobre todo la gran diferencia radica en que Aristide goza, incluso después de siete años de ausencia, de una gran popularidad.
El ex presidente supo conquistar un sector clave entre la población haitiana: los más pobres, cuyas necesidades conoce muy bien ya que él mismo nació en uno de los barrios más sumergidos del país, Port Salut, en el suroeste de Haití en 1953.
Aristide se convirtió en sacerdote a los 29 años y enarboló la Teología de la liberación.
En 1985 ingresó a la escena pública, pronunciando sus primeros discursos encendidos, en creole, contra la dictadura de Baby Doc Duvalier, que se hunde un año más tarde.
Sus discursos son tan enardecidos que en 1988, la jerarquía católica lo excluye de la orden de los salesianos por "incentivo al odio y a la violencia y exaltación de la lucha de clases".
Dos años más tarde, respaldado por los barrios más pobres, fue elegido para la presidencia, en rechazo a los abusos del brazo armado de Duvalier, conocido como el grupo de los 'Tontons Macoutes', y a Estados Unidos.
Ocho meses después de asumir, el 30 de septiembre de 1991 fue derrocado por un golpe militar encabezado por el general Raoul Cédras.
Forzado al exilio, logra azuzar a la diáspora de Haití para ejercer presión sobre el gobierno de Estados Unidos, que termina por intervenir militarmente en Haití con 20.000 hombres.
Regresa al poder en octubre de 1994 gracias a la ayuda de Estados Unidos.
Pero no olvida algunas de sus ideas más radicales: reconoce a Cuba antes de dejar el poder el 7 de febrero de 1996 y disuelve al Ejército en 1995.
Se convierte en padre de familia tras su matrimonio con una abogada haitiana-estadounidense, Mildred Trouillot, con quien tuvo dos niñas.
Su amigo y colaborador René Preval le sucedió en la presidencia al ganar las elecciones de diciembre de 1995. Preval permaneció en el poder hasta 2001, año en que le entregó de nuevo la presidencia.
Poco a poco su partido político Lavalas comienza a recibir fuertes acusaciones como participación en asesinatos, enriquecimiento ilícito y tráfico de drogas.
La oposición acusaba a Aristide de autoritario. También de armar y financiar bandas de los barrios populares y utilizar a la Policía Nacional para reprimir a la oposición.
Aristide siempre rechazó las acusaciones y las tildó de "calumnias".
Pero no llega a culminar su mandato: es expulsado en febrero de 2004, en medio de una fuerte insurrección popular y la presión de Estados Unidos y Francia.