Arundhati Roy: "La raza humana está sobre un cementerio"

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Nueva Delhi. – Veinte años después de debutar con su primera novela, "El dios de las pequeñas cosas", con la que ganó el prestigioso Premio Booker, la escritora india Arundhati Roy regresa con su segundo libro de ficción, "El ministerio de la máxima felicidad" ("The Ministry of Utmost Happiness").

"El dios de las pequeñas cosas" trataba sobre una familia y un pueblo y era una historia sobre el declive, sobre ser diferente, sobre la exclusión y las injusticias del sistema de castas. La nueva novela, que ya ha sido seleccionada como candidata al Booker 2017, también habla de personas que se sienten distintas y excluidas, pero en un escenario mucho más amplio que refleja las dos últimas décadas de Roy como activista.
Los protagonistas son mujeres transgénero, musulmanes, miembros de la casta más baja y rebeldes que luchan por la independencia en Cachemira.
Roy (Shillong, 1961) habló con dpa sobre el libro, sobre sus creencias y su temor al futuro:
dpa: ¿Cómo surgió la nueva novela?
Roy: La génesis fue que vino a visitarme toda esta gente del libro. Me lo empecé a imaginar en mi cabeza. Todo el trabajo que he hecho en los últimos 20 años (...) me dio tramas, pero esto es un universo, algo muy distinto. Un universo con el que me fui familiarizando a través de esos viajes y la vida que tuve. No creo que este universo pudiera haberse construido con otra cosa que la ficción.
Así que empecé a trabajar en ello, y fue algo parcialmente experimental en cuanto sentía que quizás la ficción y sus formas necesitaban ser desafiadas un poco para tratar con los tiempos actuales, que están hechos añicos y erizados de púas. No puedes llegar con algo prolijo, con un lazo alrededor, por la manera en que son las cosas, especialmente aquí.
dpa: La decisión de no escribir otra novela entre "El dios de las pequeñas cosas" y esta no fue consciente, ¿verdad?
Roy: No del todo. Lo que sí fue una decisión consciente es que nunca sentí que fuese mi obligación escribir libros a intervalos regulares o novelas a intervalos regulares (...) es algo que tiene que ver con la imaginación, que los personajes te visiten, y lo salvaje. No tengo nada en contra de quienes producen un montón de novelas, pero yo quería escribir una si y cuando tuviera un libro que escribir.
dpa: ¿Cómo funciona esto de que los personajes la visitan? ¿Le pasa después de conocer a ciertas personas? 
Roy: Casi todos los personajes están parcialmente inspirados o basados en personas. Pero a veces literalmente se siente como que dan vueltas por mi casa y fuman y tienen opiniones y cosas así.
dpa: ¿Le preocupa que pueda haber expectativas muy altas por el éxito de "El dios de las pequeñas cosas"?
Roy: Creo que 20 años es tiempo suficiente para olvidarse de eso. Pienso que quienes esperaban "El hijo del dios de las pequeñas cosas" o "El dios de las pequeñas cosas 2" se quedarán un poco atónitos porque es tan diferente. Pero eso no me preocupaba en realidad, porque si yo fuese de las personas que viven de acuerdo con las expectativas de los demás, no creo que hubiese escrito una sola cosa de las que he escrito.
dpa: En lo que se refiere a sus personajes, ¿siente usted una afinidad con los marginales y las personas que son discriminadas? 
Roy: No se trata de discriminación. Especialmente en el mundo occidental, India suele ser descrita como esta adorable democracia, un poco salvaje y anárquica, con Bollywood y todo eso, pero en verdad es justo lo opuesto a eso. Todos viven en su fina red de la casta. No hay ni un cinco por ciento de personas que se casen fuera de su casta. La anarquía podría estar en el tráfico o la devolución de impuestos, pero socialmente (la India) no es nada anárquica.
Nueva y Vieja Delhi
Como hija de un matrimonio divorciado entre una cristiana y un hindú, a Roy siempre le decían cuando era joven que nadie se casaría con ella. "Cuando se está marginada, uno tiende a juntarse con otros marginados", señala la autora.
Los principales protagonistas de su libro encuentran refugio en la casa de huéspedes Jannat (Paraíso), construida por una mujer transgénero sobre las tumbas de un cementerio musulmán en Vieja Delhi, la parte antigua de la capital india.
dpa: ¿Piensa que existen muchos lugares para personas que no encajan o piensa que en la India es especialmente difícil progresar para aquellos que son diferentes?
Roy: Si me está preguntando si hay muchas Jannat Guest House, no, no hay. ¿Y es una coincidencia que esté en un cementerio? No, no lo es. Porque muchos de nosotros somos empujados allí de un modo u otro, para escenificar nuestro retorno si podemos, algún día. De alguna forma siento que toda la raza humana está sobre un cementerio, si piensas en el cambio climático y todo lo que está pasando. Podemos no saberlo o no querer verlo, pero estamos allí.
dpa: Usted llegó a Nueva Delhi cuando tenía 16 años y nunca más se marchó. ¿Qué es lo que le gusta de la ciudad? 
Roy: Nueva Delhi es como este río con un montón de cosas tóxicas flotando en la superficie. Obviamente, es una ciudad que todo el mundo ama u odia. La contaminación del aire es terrible. Y después tienes el lío de los diplomáticos, partidos, el Gobierno y el poder y todo eso. Pero por debajo, tienes esta parte (Vieja Delhi) y tienes esta historia antigua.
Tienes una ciudadanía bastante desafiante que no cede. Adoro a mucha de la gente que vive aquí. Somos un grupo de extrañas criaturas (...) Me doy cuenta de que disfruto del clima intelectual de este 'underground'. Es el lugar, como en la novela, por donde pasan tantos movimientos. Todos pasan por aquí: maoístas y cachemires, todo.
dpa: ¿Se imagina alguna circunstancia en la que la situación política de la India se volviera tan mala que prefiriera irse? 
Roy: Claro que las cosas van muy mal. Esta pregunta no es teórica. Pero me siento como un árbol, sería trasplantada a otro sitio. No sería feliz. Se me caerían las hojas. No porque sea una patriota ni nada por el estilo, sino porque soy la complicada escritora que soy.


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