Ataque a Lula: la violencia política dispara las alarmas en Brasil

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Río de Janeiro. - Un ataque con armas de fuego contra una comitiva en la que viajaba el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva disparó hoy el temor a la violencia política en Brasil, en un incidente ocurrido pocos días después de que una popular concejala de Río de Janeiro fuera asesinada a tiros en la calle.

El incidente en torno a Lula, favorito para las elecciones presidenciales de octubre y pese a ello quizá a punto de entrar en prisión, se saldó sin mayores consecuencias, pero volvió a sacudir a un país aún conmocionado por el asesinato de la concejala Marielle Franco.
Dos autobuses de la caravana proselitista de Lula fueron alcanzados en la noche del martes por hasta tres disparos mientras recorría el sur de Brasil, una región tradicionalmente conservadora en la que el mandatario izquierdista hizo frente a varias hostilidades en los últimos días. Nadie resultó herido.
"Lamento lo que ocurrió con la caravana del ex presidente Lula", dijo hoy el actual presidente, el conservador Michel Temer del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). "Desde que asumí el Gobierno vengo diciendo que necesitamos reunificar a los brasileños".
El gobernador de Sao Paulo y líder del centrista PSDB, Geraldo Alckmin, también se mostró consternado, entre otros políticos. "Toda forma de violencia tiene que ser condenada", escribió Alckmin, que aspira también a ser candidato presidencial el 7 de octubre.
"El papel de los hombres públicos es pregonar la paz y la unión entre los brasileños. El país está cansado de la división", agregó.
Las palabras de Temer y Alckmin, aliados políticos en este momento, parecían dirigidas al PT y Lula. El líder izquierdista calificó lo ocurrido el martes en Paraná como un "ataque fascista".
El PT utiliza desde hace meses una retórica que a muchos observadores les parece excesiva cuando habla de Temer y de los círculos conservadores en el poder, a los que acusa de haber dado un "golpe" con la controvertida destitución de Dilma Rousseff en 2016.
La ex presidenta y antigua líder del PT tildó esta semana como "fascistas" a sus adversarios políticos y el martes recordó los tiempos de la dictadura militar (1964-1985) al hablar de los incidentes ocurridos durante el viaje de Lula por el sur de Brasil.
El caso del ex jefe de Estado (2003-2010) divide profundamente a la sociedad brasileña desde hace meses. Muchos votantes, sobre todo de las clases medias y altas, quieren ver al ex presidente entre rejas por sus escándalos de corrupción.
Al mismo tiempo, Lula es favorito en las actuales encuestas con hasta un 36 por ciento de los apoyos. El porcentaje, eso sí, está muy lejos del 80 por ciento de popularidad con el que el ex jefe de Estado se despidió del cargo ocho años atrás.
Lula es el acusado más famoso de los escándalos de "Lava Jato" ("Lavado de autos"), una causa que investiga desde 2014 un enorme entramado de corrupción política en torno a la petrolera estatal Petrobras. El ex presidente fue condenado recientemente a 12 años y un mes de cárcel y podría entrar pronto a prisión.
Para gran parte de los brasileños, sin embargo, la polarización es también responsabilidad de Temer y de las fuerzas conservadoras por las maniobras con que sacaron a Rousseff del poder en 2016, acusándola de irregularidades habituales en otros Gobiernos.
El descrédito de la clase política por esas intrigas y por los escándalos de "Lava Jato" ha conducido también a que el segundo favorito para las presidenciales sea el radical de derechas Jair Bolsonaro, un ex militar al que muchos acusan de exacerbar verbalmente la violencia política.
Bolsonaro fue el único político que no condenó con claridad lo ocurrido con Lula. "Quiso transformar Brasil en un gallinero, ahora está por ahí recibiendo huevos por donde pasa", dijo en alusión a los abucheos y ataques con huevos que sufrió el ex presidente en el sur.
Muchos actores públicos le exigieron a Bolsonaro en vano que condenase lo ocurrido con Marielle Franco hace dos semanas, asesinada a tiros por desconocidos en la calle. La activista negra era una conocida crítica de la violencia policial en las favelas.
A los últimos incidentes se sumó también una denuncia sobre amenazas de muerte hecha al juez de la Corte Suprema Edson Fachin, responsable del caso "Lava Jato" en la máxima corte del país.
El Supremo ordenó el martes reforzar la seguridad del juez después de que Fachin denunciara las amenazas en una entrevista televisiva. Brasil se sigue hundiendo en las turbulencias políticas y en la incertidumbre de cara a las elecciones de octubre.


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