Aulas españolas para frenar en Marruecos la emigración

Público, Madrid, España

El Estado construye 17 centros de formación que pretenden además facilitar los retornos voluntarios. Las repatriaciones de menores extranjeros no acompañados de España a sus países de origen se han estancado en 2009.

Una clase en un centro de formación para adolescentes marroquíes del programa Catalunya-Magrib, en la ciudad de Tánger.
Una clase en un centro de formación para adolescentes marroquíes del programa Catalunya-Magrib, en la ciudad de Tánger.
Después de tres años de descensos se pasó de los 111 de 2006 a 10 en 2008, según la memoria de la Fiscalía General del Estado, "los procesos se han paralizado por la presión de los tribunales y la jurisprudencia que sentó una sentencia del Tribunal Constitucional [TC] de 2008", explica Ignacio de la Mata, el abogado especializado en derechos de los menores que llevó aquella causa. En total, desde 2004, se han devuelto 270 menas, como se conoce a estos niños y adolescentes. El auto del TC reconoció el derecho de estos menores a acceder a la Justicia y a ser escuchados, aun en contra de la decisión de sus tutores. Según UNICEF, en España viven unos 5.200 niños y adolescentes marroquíes no acompañados, aunque ya no representan el 90% de la inmigración, como ocurría en años anteriores.

Las nuevas dependencias

A pesar del bloqueo de los retornos, Catalunya, Comunidad de Madrid y Andalucía (las competencias de los menas están transferidas a las autónomías) siguen construyendo centros en Marruecos. El Estado está levantando otros dos. En total, son 17, con más de 1.400 plazas. A los centros ya terminados (uno de Madrid y otro de Catalunya), se invita a regresar de forma voluntaria a los menas que se localizan por toda España.
También sirven como centros de cooperación en los que se da formación a chicos en riesgo de migración. Para disuadirlos y mejorar su situación, se da una formación profesional. Mantener a un mena en España ronda los 80 euros al día, mientras que en Marruecos no supera los cinco euros.
Con la nueva Ley de Extranjería, "habrá que ver si se inician procedimientos de repatriación en masa", apunta De la Mata, que ve con recelo los centros que España está construyendo en Marruecos "al amparo de la cooperación".
Las instituciones autonómicas que han retornado ya a menas insisten en que las devoluciones se realizan siempre cumpliendo con todas las garantías legales.

La iniciativa catalana

El proyecto Catalunya-Magrib 2007-2009 de la Generalitat fue el primero que se creó y terminará el próximo 29 de diciembre con apenas una veintena de chicos retornados en tres años. El 15 de noviembre, el balance era de 16 retornos. La Generalitat ha terminado por centrar el presupuesto, de tres millones de euros, en cursos de formación en la escuela que tiene en Tánger, uno de los ejes del proyecto.
Desde 2007, los servicios sociales catalanes han contactado con más de 400 menas en las calles y centros de acogida en Catalunya, explica el director del programa, Andreu Camps. La repatriación voluntaria no ha funcionado en el 96% de los casos. Muchos rechazaron las ayudas e, incluso, abandonaron los centros por miedo a ser expulsados a la fuerza.

Grandes centros

La casa de acogida catalana en Tánger, de 12 plazas, dista de los centros que preparan Madrid y Andalucía, con capacidades para cerca de 100 chicos (1.360, en 14 dependencias). Catalunya critica este modelo porque "aleja a los menores de sus familias", asegura la directora del Liceu Catalunya Marroc de Tánger, Fàtima Ilyas. Sobre las repatriaciones, asegura que, si no son voluntarias, "los menores terminan volviendo a intentar cruzar".
En el centro catalán, los alumnos reciben clases de informática, carpintería de aluminio y hostelería. Todos son de la provincia de Tánger, tienen entre 15 y 18 años y repiten al unísono que ya no quieren migrar a España, que han encontrado en la escuela lo que buscaban en Europa. Sin embargo, los sueldos en España son hasta diez veces superiores y el flujo de entrada de menores continúa.
Andalucía anunció a finales de verano que construirá 12 centros en el norte de Marruecos, seis en Nador y otros seis en Tánger y Tetuán. Madrid está construyendo uno en Marrakech. El segundo, en Taghramt, ha recibido las críticas de varias ONG, que dudan de que estas antiguas dependencias militares españolas, en una zona rural a 60 kilómetros de Tánger, sean un lugar óptimo. Al pueblo se llega después de sortear los socavones y rebaños de ovejas de una carretera de 10 kilómetros que separan el lugar del puerto TangerMed, la principal esperanza profesional que tendrán los alumnos.
En la Unión Europea, hay unos 15.000 menas. Con vistas a la Presidencia española del próximo semestre, el Gobierno ha logrado incluir el debate sobre qué hacer con ellos en el Programa de Estocolmo, que marcará las prioridades de la UE en el espacio de justicia y seguridad para los cuatro próximos años.


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