AFP (Agencia France-Presse)
Washington, Estados Unidos. - Las autoridades estadounidenses autorizaron este viernes la comercialización de papas genéticamente modificadas para resistir a cambios de temperatura, así como nuevas variedades de manzanas que no ennegrecen cuando son cortadas.
"Estos alimentos son tan seguros y nutritivos como los convencionales", subrayó la FDA, la autoridad estadounidense encargada de regular medicamentos y alimentos.
El permiso abarca seis variedades de papas vendidas bajo el nombre de Innate y genéticamente modificadas por la empresa J. R. Simplot, del estado de Idaho (noroeste).
Estas papas resisten los cambios de temperatura, pero producen menor cantidad de acrilimida, una sustancia que puede aparecer durante la cocción a alta temperatura de algunos alimentos y que, según ensayos de laboratorio con ratas, puede ser cancerígena.
La FDA aprobó también la comercialización de dos especies de manzanas genéticamente modificadas para resistir al "ennegrecimiento" provocado por la oxidación cuando se las corta. Estas frutas, llamadas "Arctic", son producidas por la empresa canadiense Okanagan Specialty.
La agencia dijo que "no tiene ningún interrogante suplementario respecto a la seguridad de los alimentos surgidos de estas variedades vegetales".
La FDA basó sus conclusiones en "un examen de las informaciones brindadas por las empresas respecto a la naturaleza de los cambios moleculares en la composición nutricional de los alimentos, comparada con las variedades cultivadas de manera tradicional", subrayó Dennis Keefe, un alto funcionario del organismo.
El Center for Science in the Public Interest, una organización que propugna que la industria agroalimentaria estadounidense proponga una alimentación más sana, dijo que no ve en qué las papas y manzanas en cuestión "podrían amenazar la seguridad alimentaria o el medio ambiente".
Sin embargo, cuestionó, por presentar "serios defectos", "el proceso que condujo a que estos nuevos cultivos sean autorizados", según dijo Gregory Jaffe, director de su proyecto de biotecnología.
La institución llamó al Congreso estadounidense a "adoptar una nueva ley que obligue a someter los nuevos cultivos biotecnológicos a un examen riguroso y obligatorio antes que los alimentos surgidos de ellos sean puestos en venta".