Autos solares superan etapa más difícil de carrera en desierto chileno

AFP (Agencia France-Presse)

CALAMA, Chile. - Los quince equipos que compiten en la carrera solar 'Atacama Solar Challenge', única en Latinoamérica, superaron la etapa más difícil de los 1.300 km que deben recorrer por el desierto de Atacama, en el norte de Chile, y emprendían este sábado los últimos tramos.

El coche del equipo antakari, que venció el año pasado
El coche del equipo antakari, que venció el año pasado
La segunda etapa, desde la ciudad de Calama hasta la turística localidad de San Pedro de Atacama -famosa por sus fabulosos paisajes desérticos, salares y volcanes-, se convirtió en la prueba más difícil para los autos solares, debido a las pendientes de la ruta, que ascendió hasta más de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar.
"El tramo fue un desafío único en Chile, donde se demostró el potencial de estos vehículos en carrera", dijo el director de la competencia, Leandro Valencia.
Finalizada la primera mitad de la carrera, el equipo Antakari de la Universidad de La Serena -ganador de la primera versión- lideraba la tabla de posiciones, seguido por el equipo Eolian, de la Universidad de Chile.
Este sábado, los equipos partieron desde Calama hasta la localidad de Baquedano, recorriendo un tramo de 215 km. El domingo, en tanto, la carrera finalizará en un tramo de 357 km desde la exoficina salitrera Chacabuco hasta la exsalitrera de Humberstone, una mini cuidad abandonada en medio del desierto, desde donde el jueves pasado partió la carrera.
Triciclos: los otros protagonistas de la carrera solar
No solo autos alimentados por energía solar compiten en la Carrera Solar Atacama. Las naves futuristas forradas de placas solares comparten la competencia con los triciclos solares, unos vehículos híbridos movidos a tracción humana y la energía del sol.
Entre los participantes de esta categoría, bautizada como Ruta Solar, se encuentra un equipo argentino, el Pampa Solar de la Universidad Nacional del Centro, que en la pasada edición obtuvo el premio al mejor uso de la energía del sol durante la carrera.
Su triciclo cuenta con un techo con placas solares que se inclinan siguiendo el ángulo de los rayos de sol, para aprovechar al máximo su potencia. Pero su principal distinción es que la fuerza que generan con los pedales carga directamente la batería.
Los argentinos recorrieron 2.800 km para llegar a Chile, con su triciclo a cuestas, transportado en un remolque. "Fue matador, nada recomendable", dice a la AFP el profesor y capitán del equipo, Marcelo Spina, quien sin embargo se muestra satisfecho de competir.
"Siempre es atractivo poner en la ruta el trabajo de ocho meses. Que el vehículo ande por estas rutas tan difíciles demuestra que esto no es un milagro, sino que se consiguió lo que queríamos", asegura Spina.
De momento, a este equipo ya le encargaron el diseño y construcción de un auto solar urbano biplaza, que varias municipalidades argentinas están interesadas en tener como un vehículo de uso público, para concientizar a sus vecinos de la importancia del uso de energías renovables.
En esta categoría hasta ahora lidera el equipo Acapomil, perteneciente a la Academia Politécnica Militar del Ejército de Chile, y en segundo lugar el equipo de la Universidad Andrés Bello.


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