Avance de extrema derecha en Holanda marca el arranque de comicios
AFP, Agence France-Presse
Un partido de extrema derecha dio la campanada en las elecciones europeas celebradas el jueves en Holanda, primer país en votar junto a Gran Bretaña en el conjunto de la Unión Europea (UE), mientras irlandeses y checos estaban llamados el viernes a las urnas.
Dirigidos por el líder de extrema derecha Geert Wilders, el Partido por la Libertad (PVV) holandés obtuvo el 16,9% de los votos y cuatro escaños, por detrás únicamente de los demócrata-cristianos del primer ministro, Jan Peter Balkenende, con el 20%, tras el recuento del 92,1% de las papeletas.
Era la primera vez que el PVV se presentaba a los comicios europeos, con una campaña basada en el rechazo a la entrada de Turquía en la Unión, la denuncia de una "islamización catastrófica" de Europa y el deseo de "derrocar desde el interior" al parlamento de Estrasburgo.
La publicación de los resultados provisionales en Holanda infringió no obstante las reglas europeas, que exigen que éstos sean divulgados a la vez por los 27 países de la UE cuando cierren los últimos colegios electorales el domingo por la noche.
La Comisión Europea afirmó el viernes que pedirá explicaciones a Holanda, al tiempo que estudiaba emprender acciones punitivas.
En Gran Bretaña, las elecciones europeas y locales celebradas el jueves amenazaban con inflingir un golpe mortal al primer ministro británico, Gordon Brown, que esta semana ha visto partir de su gabinete a cuatro ministros, en medio de un escándalo sobre los dispendios parlamentarios.
Tal y como se temía, la abstención marcó un nuevo récord en Holanda, una tendencia que amenaza con extenderse por toda la Unión Europea.
Unicamente el 36,5% de los electores holandeses acudieron el jueves a las urnas, frente al 39,1% en los comicios anteriores de 2004.
La participación ha caído progresivamente desde los primeros comicios en 1979, pese a los poderes crecientes que ha ido asumiendo el Parlamento Europeo, pronunciándose sobre asuntos que afectan a la vida diaria de los europeos, desde el "precio" de sus facturas de teléfono hasta la "duración" de su jornada laboral.
Varios sondeos indicaron que la participación en los 27 países de la UE podría ser inferior al 45,6% de 2004.
Desde Luxemburgo, en una reunión de ministros europeos de Justicia, el titular español, Francisco Caamaño, admitió que las elecciones europeas "levantan menos pasiones que algunas que son más próximas al ciudadano", pero confió en que la participación de los españoles, que votarán el domingo, "sea aceptable".
Su par francesa, Rachida Dati, admitió que los líderes políticos deben asumir parte de la "responsabilidad" del desinterés ciudadano y lograr explicar a su electorado el peso de las instituciones europeas en las políticas nacionales.
República Checa, un país abiertamente euroescéptico que ejerce actualmente la presidencia de la UE, empezó a votar el viernes, así como Irlanda, cuyo gobierno de coalición, dirigido por Brian Cowen, se enfrentaba a una posible debacle como consecuencia de la recesión en la que se ha sumido el país.
Diecinueve de los 27 países de la UE votarán el domingo, en unos comicios en que los conservadores se mantendrán como primera fuerza del Parlamento, a la luz de las encuestas. Los socialistas seguirían en segunda posición, aunque podrían perder algunos escaños.
La balanza podrían desequilibrarla los partidos 'anti' - eurófobos, euroescépticos -, situados en los extremos políticos, sobretodo en la extrema derecha, tal y como parecieron advertir los resultados holandeses y el auge del Partido de la Libertad.
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