"La terrible situación en el Mediterráneo no es una realidad nueva ni pasajera", subrayó en un comunicado el presidente del ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, quien urgió a la "solidaridad" en el bloque "con las personas que huyen de la guerra y la persecución" y con Italia.

Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), desde enero, más de 85.000 migrantes llegaron a través del Mediterráneo a las costas de Italia, que junto a Grecia, donde llegaron casi 9.300, están en primera línea de la reciente crisis migratoria.

Para apoyar a Italia, cuyas autoridades reclamaron recientemente ayuda a la UE, Bruselas prevé "un proyecto de 46 millones de euros elaborado conjuntamente con Italia" para "reforzar todavía más las capacidades de las autoridades libias".

Además, el ejecutivo comunitario planea una ayuda adicional de 35 millones de euros, que podría movilizarse "de manera inmediata".

La Comisión también expresó su deseo de "apoyar la creación, en Libia, de un centro de coordinación y salvamento marítimo completamente operativo", así como ayudar a Libia a reforzar los controles en su frontera sur.

Si Roma lo solicita, Bruselas indicó que pueden poner a disposición "el contingente de reacción rápida de la Guardia Europea de Fronteras y Costas, formado por quinientos expertos en retorno".

"Tenemos que actuar, en apoyo de Libia, para luchar contra los traficantes y reforzar el control de las fronteras, con objeto de reducir el número de personas que emprenden viajes peligrosos con destino a Europa", añadió Juncker.