Bahréin, cada día más dividido y en un callejón sin salida político
AFP (Agencia France-Presse)
MANAMA. - La protesta iniciada hace un año por la mayoría chiita contra la dinastía sunita en Bahrein ha multiplicado la tensión entre creencias religiosas en este pequeño país del Golfo que se encuentra hoy en día en un verdadero callejón sin salida político.

"El Wefaq defiende los intereses de su comunidad y no los de la patria", agregó Abdelatif al Mahmud, presidente de la Asamblea de Unidad Nacional (AUN), una federación de grupos sunitas que se creó durante la represión de la protesta contra el régimen en marzo de 2011.
"Los manifestantes están divididos, pero, gracias a Dios, no ha habido enfrentamientos confesionales", puntualizó. No obstante, "no cabe abrir un diálogo entre la AUN y el Wefaq, que no nos reconoce como fuerza política".
Actualmente, la oposición chiita, que realiza manifestaciones casi a diario, pide el fin del reinado de Hamad Bin Isa al Jalifa, quien desciende de dirigentes que empezaron a gobernar el país en 1783.
"¡Abajo Hamad!", gritaba una multitud de unas 3.000 personas congregadas en la Plaza de la Libertad de Meqsha, un pueblo chiita, cerca de Manama, tras una reunión celebrada el lunes 21 de mayo en Ginebra sobre la situación de los Derechos Humanos en Bahréin.
Ese día, varios países pidieron a Bahréin que libere a todos los presos políticos, incluyendo al militante chiita bahreiní encarcelado Abdulhadi al Jawaya, en huelga de hambre desde el 8 de febrero
En cambio, retratos del rey, del príncipe heredero y de su tío, el primer ministro, dominan las plazas de los barrios en los que los sunitas son mayoritarios, constató un periodista de la AFP.
"Tiene que haber concesiones de ambas partes", suelen repetir sistemáticamente representantes chiitas y sunitas.
"De lo contrario, todos pagaremos las consecuencias", dijo un chofer de taxi, quien se negó a precisar su confesión.
La oposición reclama una monarquía constitucional, con un primer ministro que represente a la mayoría parlamentaria.
Representantes gubernamentales aseguran que "la puerta del diálogo siempre está abierta".
"Queremos un diálogo serio y sin condiciones para lograr un acuerdo que permita salir de la crisis", replicó Yawad Fairuz, del Wefaq. No obstante, "ese diálogo no tendrá éxito si no se libera a los presos políticos y se organiza un referéndum para avalar sus conclusiones", agregó, en declaraciones a la AFP.
Además, el gobierno tendrá que "aplicar las recomendaciones de la comisión investigadora independiente", que estimó que había habido un "uso excesivo y injustificado de la fuerza", el año pasado, cuando la represión de la protestas dejo 35 muertos, afirmó por su parte Yusef al Jaja, del movimiento de izquierda laico Waed.
En cualquier caso, en las manifestaciones contra el gobierno, participan tanto chíies como sunís.