Banderas a media asta en memoria de JFK, asesinado hace 50 años
AFP (Agencia France-Presse)
DALLAS. - Todas las banderas de Estados Unidos fueron colocadas este viernes a media asta para recordar a John F. Kennedy, asesinado hace cincuenta años y cuyos restos siguen en el panteón de los presidentes estadounidenses.
Para "llorar la pérdida de un extraordinario servidor de Estado, visionario y sabio idealista", las banderas de los edificios oficiales deben estar a media asta, anunció el jueves el presidente Barack Obama, quien decretó el día 22 de noviembre como "Jornada del recuerdo del presidente John F. Kennedy".
El presidente pidió a los ciudadanos -muchos de los cuales lucen con frecuencia la bandera de las estrellas en el frente de sus casas o empresas- hacer lo mismo.
"Hagamos fructificar su herencia, hoy y en las décadas por venir", escribió Obama. "Enfrentemos los desafíos actuales con el espíritu que él encarnaba: ese carácter valiente, tan típicamente estadounidense, que siempre llevó a nuestro país a sobrellevar la adversidad, a escribir nuestro propio destino y a construir un mundo nuevo".
A través de misas, minutos de silencio y lecturas, el país entero se recogerá para recordar al 35º presidente de Estados Unidos.
A las 12H30 (18H30 GMT), el minuto de silencio que se guardará en Dallas (Texas) marcará el instante preciso en el que cayó John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dealey Plaza como consecuencia de los disparos de Lee Harvey Oswald, según la investigación oficial de la comisión Warren.
Del otro lado del Atlántico también se conmemora el asesinato de Kennedy. sobre todo en Berlín, con una ceremonia cerca del lugar donde el presidente estadounidense pronunció su histórica frase "Ich bin ein Berliner".
En Londres, el museo de arte moderno Tate Modern expone la única pintura conocida del asesinato de JFK en Dallas.
Para el expresidente francés Valéry Giscard d'Estaing, "con el hombre asesinaron el sueño". "Fue muy inspirador para mí", declaró a la radio RTL, recordando la atmósfera que reinaba entonces en la Casa Blanca: "era la juventud en el poder. La juventud que quería cambiar el mundo".
Medio siglo después, el "mito Kennedy", eternamente joven, bello y moderno, sigue intacto en el corazón de los estadounidenses.
El 75% ubican a JFK a la cabeza de la lista de los líderes estadounidenses modernos que quedarán en la historia como "destacados", por delante de Ronald Reagan y Bill Clinton, según un sondeo de Gallup.
"Ich bin ein Berliner"
John F. Kennedy, nacido en una familia rica e influyente de Boston (Massachusetts, noreste), se convirtió en el presidente estadounidense más joven y en el primero de religión católica, encarnando una era de esperanza para la generación de los denominados baby-boomers.
De su mandato trágicamente truncado, la historia se acuerda particularmente de su enfrentamiento con los soviéticos durante la llamada crisis de los misiles instalados en Cuba, la derrota de Bahía de Cochinos y el programa Apolo para enviar a un estadounidense a la Luna.
Su "Ich bin ein Berliner" (soy un berlinés) lanzada en un Berlín dividido, y "No pregunten qué puede hacer su país por ustedes; pregunten qué pueden hacer ustedes por su país", pronunciada el día de su investidura, permanecen grabadas en la memoria mundial.
Pero el mito también es el de "Camelot", la corte del rey Arturo trasplantada a la Casa Blanca, donde Kennedy vivía con Jackie, su bella, joven y siempre impecable esposa, y unos pequeños hijos que eran retratados jugando en el Salón Oval.
El momento del anuncio del asesinato del presidente y las imágenes de su desplazamiento en la limusina descapotable, al lado de Jackie vistiendo un traje Chanel rosado, donde fue alcanzado por los disparos, forma parte de la memoria colectiva.
JFK está enterrado en el cementerio de Arlington, en los suburbios de Washington, visitado por cerca de 3 millones de personas cada año y ante cuya tumba el presidente Obama ofrendó el miércoles una corona de flores.
La ciudad de Dallas, apodada "la ciudad del odio" a causa del atentado, albergará una ceremonia de una hora en Dealey Plaza, lugar del magnicidio, donde serán escuchados extractos de discursos del presidente, oraciones y música solemne interpretada por militares de la Armada, el cuerpo militar en el que sirvió el mandatario. Aviones militares sobrevolarán la ciudad.
Todos los lugares que de alguna manera estuvieron vinculados a, o recuerdan, la vida del presidente, tienen programados eventos el viernes: un minuto de silencio y música en la biblioteca JFK en Boston, misas en el museo JFK en Hyannis, lugar de veraneo familiar en el estado de Massachusetts; oraciones en la universidad JFK de Pleasant Hill, California.
Una corona de flores será depositada cerca de su busto en el Kennedy Center, el gran complejo de espectáculos de la capital que lleva su nombre, antes de observarse un minuto de silencio.
Decenas de emisiones y reportajes serán difundidos este viernes. Numerosos libros, películas y documentales fueron publicados o difundidos desde hace ya varias semanas en Estados Unidos para explorar el mito Kennedy.
La biblioteca pública de Nueva York organizará una exposición de cartas de condolencias enviadas a Jackie Kennedy.
El presidente pidió a los ciudadanos -muchos de los cuales lucen con frecuencia la bandera de las estrellas en el frente de sus casas o empresas- hacer lo mismo.
"Hagamos fructificar su herencia, hoy y en las décadas por venir", escribió Obama. "Enfrentemos los desafíos actuales con el espíritu que él encarnaba: ese carácter valiente, tan típicamente estadounidense, que siempre llevó a nuestro país a sobrellevar la adversidad, a escribir nuestro propio destino y a construir un mundo nuevo".
A través de misas, minutos de silencio y lecturas, el país entero se recogerá para recordar al 35º presidente de Estados Unidos.
A las 12H30 (18H30 GMT), el minuto de silencio que se guardará en Dallas (Texas) marcará el instante preciso en el que cayó John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dealey Plaza como consecuencia de los disparos de Lee Harvey Oswald, según la investigación oficial de la comisión Warren.
Del otro lado del Atlántico también se conmemora el asesinato de Kennedy. sobre todo en Berlín, con una ceremonia cerca del lugar donde el presidente estadounidense pronunció su histórica frase "Ich bin ein Berliner".
En Londres, el museo de arte moderno Tate Modern expone la única pintura conocida del asesinato de JFK en Dallas.
Para el expresidente francés Valéry Giscard d'Estaing, "con el hombre asesinaron el sueño". "Fue muy inspirador para mí", declaró a la radio RTL, recordando la atmósfera que reinaba entonces en la Casa Blanca: "era la juventud en el poder. La juventud que quería cambiar el mundo".
Medio siglo después, el "mito Kennedy", eternamente joven, bello y moderno, sigue intacto en el corazón de los estadounidenses.
El 75% ubican a JFK a la cabeza de la lista de los líderes estadounidenses modernos que quedarán en la historia como "destacados", por delante de Ronald Reagan y Bill Clinton, según un sondeo de Gallup.
"Ich bin ein Berliner"
John F. Kennedy, nacido en una familia rica e influyente de Boston (Massachusetts, noreste), se convirtió en el presidente estadounidense más joven y en el primero de religión católica, encarnando una era de esperanza para la generación de los denominados baby-boomers.
De su mandato trágicamente truncado, la historia se acuerda particularmente de su enfrentamiento con los soviéticos durante la llamada crisis de los misiles instalados en Cuba, la derrota de Bahía de Cochinos y el programa Apolo para enviar a un estadounidense a la Luna.
Su "Ich bin ein Berliner" (soy un berlinés) lanzada en un Berlín dividido, y "No pregunten qué puede hacer su país por ustedes; pregunten qué pueden hacer ustedes por su país", pronunciada el día de su investidura, permanecen grabadas en la memoria mundial.
Pero el mito también es el de "Camelot", la corte del rey Arturo trasplantada a la Casa Blanca, donde Kennedy vivía con Jackie, su bella, joven y siempre impecable esposa, y unos pequeños hijos que eran retratados jugando en el Salón Oval.
El momento del anuncio del asesinato del presidente y las imágenes de su desplazamiento en la limusina descapotable, al lado de Jackie vistiendo un traje Chanel rosado, donde fue alcanzado por los disparos, forma parte de la memoria colectiva.
JFK está enterrado en el cementerio de Arlington, en los suburbios de Washington, visitado por cerca de 3 millones de personas cada año y ante cuya tumba el presidente Obama ofrendó el miércoles una corona de flores.
La ciudad de Dallas, apodada "la ciudad del odio" a causa del atentado, albergará una ceremonia de una hora en Dealey Plaza, lugar del magnicidio, donde serán escuchados extractos de discursos del presidente, oraciones y música solemne interpretada por militares de la Armada, el cuerpo militar en el que sirvió el mandatario. Aviones militares sobrevolarán la ciudad.
Todos los lugares que de alguna manera estuvieron vinculados a, o recuerdan, la vida del presidente, tienen programados eventos el viernes: un minuto de silencio y música en la biblioteca JFK en Boston, misas en el museo JFK en Hyannis, lugar de veraneo familiar en el estado de Massachusetts; oraciones en la universidad JFK de Pleasant Hill, California.
Una corona de flores será depositada cerca de su busto en el Kennedy Center, el gran complejo de espectáculos de la capital que lleva su nombre, antes de observarse un minuto de silencio.
Decenas de emisiones y reportajes serán difundidos este viernes. Numerosos libros, películas y documentales fueron publicados o difundidos desde hace ya varias semanas en Estados Unidos para explorar el mito Kennedy.
La biblioteca pública de Nueva York organizará una exposición de cartas de condolencias enviadas a Jackie Kennedy.