Barcelona paraliza la concesión de nuevas licencias hoteleras
AFP (Agencia France-Presse)
Barcelona, España. - El ayuntamiento de Barcelona, gobernado por la "indignada" Ada Colau, aprobó este jueves una moratoria en la concesión de nuevas licencias hoteleras que afectará a una treintena de proyectos, algunos ya iniciados, en esta ciudad con 27 millones de visitantes anuales.
"Es una herramienta temporal de un año para elaborar un plan estratégico sobre alojamientos turísticos", explicó Ada Colau, nueva alcaldesa de este puerto mediterráneo muy apreciado por sus playas y su arquitectura, en una rueda de prensa.
"El turismo es uno de los principales activos de esta ciudad y por tanto es una responsabilidad colectiva mimarlo, cuidarlo y hacerlo sostenible en el tiempo", se justificó la nueva alcaldesa, apoyada por una plataforma de partidos de izquierda como los antiliberales de Podemos.
Aunque genera entre un 10 y un 12% del PIB municipal, parte de esta ciudad de 1,6 millones de habitantes ve al turismo como un problema por la saturación de los espacios públicos, el encarecimiento del nivel de vida y los ruidos ocasionados por las fiestas de los visitantes más jóvenes.
El ayuntamiento no ofreció una lista detallada pero afirmó que alrededor de una treintena de hoteles y otros alojamientos turísticos se verán afectados por la moratoria.
En algunos de estos proyectos, parte de la inversión ya se había ejecutado como es el caso de la emblemática Torre Agbar, uno de los símbolos del 'skyline' barcelonés, comprada por 150 millones de euros por el fondo Emin Capital para convertirla en un hotel de la cadena estadounidense Hyatt.
Las obras para convertir este edificio de oficinas en un hotel de 5 estrellas con 410 habitaciones debían empezar en octubre y su inauguración estaba prevista para inicios de 2017.
"Esto nos afectará mucho, mantener el edificio es muy caro, 2,5 millones cada año aunque el edificio esté vacío. ¿Cómo se lo explico a mis inversores?", lamentaba a la AFP el presidente de Emin Capital, Jordi Badia.
Según sus previsiones, el hotel iba a generar 425 puestos de trabajo directos y 450 indirectos, más otros 750 empleos en las tareas de rehabilitación del edificio en un país con una tasa de paro que afecta a uno de cada cuatro activos.
"¿Cuántos camareros, carpinteros y pintores se van a quedar sin trabajo este año? La decisión no se entiende", afirmó Badia.
En esta ciudad, con una economía dinámica pero con casi 100.000 personas desempleadas, el turismo da alrededor de 120.000 trabajos. Unos 25.000 proceden directamente de los 600 hoteles que tiene la ciudad, según el gremio de hoteleros de Barcelona.
En un comunicado, este gremio celebró el anuncio de la medida, prometida durante la campaña electoral, porque "se estaba generando un estado de incertidumbre sobre su total aplicación o no" y reclamaron un desarrollo del alojamiento turístico "sin generar afectaciones a los vecinos ni incurrir en un crecimiento indiscriminado".
La principal asociación de apartamentos turísticos de Barcelona, Apartur, consideró que esta decisión "favorecerá el diálogo".
"Queremos aprovechar esta moratoria para hacer un pacto global para que el turismo no vuelva a ser fuente de quejas en Barcelona", dijo a la AFP Enrique Alcántara, presidente de esta asociación cuyos miembros tienen más de 7.000 pisos.
El sector de los apartamentos turísticos ya llevaba un año de moratoria en la emisión de nuevas licencias aprobada en abril de 2014 por el ayuntamiento anterior con tal de frenar el crecimiento descontrolado de este tipo de alojamientos.
"El turismo es uno de los principales activos de esta ciudad y por tanto es una responsabilidad colectiva mimarlo, cuidarlo y hacerlo sostenible en el tiempo", se justificó la nueva alcaldesa, apoyada por una plataforma de partidos de izquierda como los antiliberales de Podemos.
Aunque genera entre un 10 y un 12% del PIB municipal, parte de esta ciudad de 1,6 millones de habitantes ve al turismo como un problema por la saturación de los espacios públicos, el encarecimiento del nivel de vida y los ruidos ocasionados por las fiestas de los visitantes más jóvenes.
El ayuntamiento no ofreció una lista detallada pero afirmó que alrededor de una treintena de hoteles y otros alojamientos turísticos se verán afectados por la moratoria.
En algunos de estos proyectos, parte de la inversión ya se había ejecutado como es el caso de la emblemática Torre Agbar, uno de los símbolos del 'skyline' barcelonés, comprada por 150 millones de euros por el fondo Emin Capital para convertirla en un hotel de la cadena estadounidense Hyatt.
Las obras para convertir este edificio de oficinas en un hotel de 5 estrellas con 410 habitaciones debían empezar en octubre y su inauguración estaba prevista para inicios de 2017.
"Esto nos afectará mucho, mantener el edificio es muy caro, 2,5 millones cada año aunque el edificio esté vacío. ¿Cómo se lo explico a mis inversores?", lamentaba a la AFP el presidente de Emin Capital, Jordi Badia.
Según sus previsiones, el hotel iba a generar 425 puestos de trabajo directos y 450 indirectos, más otros 750 empleos en las tareas de rehabilitación del edificio en un país con una tasa de paro que afecta a uno de cada cuatro activos.
"¿Cuántos camareros, carpinteros y pintores se van a quedar sin trabajo este año? La decisión no se entiende", afirmó Badia.
En esta ciudad, con una economía dinámica pero con casi 100.000 personas desempleadas, el turismo da alrededor de 120.000 trabajos. Unos 25.000 proceden directamente de los 600 hoteles que tiene la ciudad, según el gremio de hoteleros de Barcelona.
En un comunicado, este gremio celebró el anuncio de la medida, prometida durante la campaña electoral, porque "se estaba generando un estado de incertidumbre sobre su total aplicación o no" y reclamaron un desarrollo del alojamiento turístico "sin generar afectaciones a los vecinos ni incurrir en un crecimiento indiscriminado".
La principal asociación de apartamentos turísticos de Barcelona, Apartur, consideró que esta decisión "favorecerá el diálogo".
"Queremos aprovechar esta moratoria para hacer un pacto global para que el turismo no vuelva a ser fuente de quejas en Barcelona", dijo a la AFP Enrique Alcántara, presidente de esta asociación cuyos miembros tienen más de 7.000 pisos.
El sector de los apartamentos turísticos ya llevaba un año de moratoria en la emisión de nuevas licencias aprobada en abril de 2014 por el ayuntamiento anterior con tal de frenar el crecimiento descontrolado de este tipo de alojamientos.