La Vanguardia, Barcelona, España
Es la autora de 'Manifiesto Puta', un ensayo en defensa de la libertad sexual y la prostitución. "Ahora las putas promiscuas hablamos, por tanto, que tiemblen aquellos que perpetúan persecuciones tras años de tiranías antisexuales".
Beatriz Espejo es fundadora del Colectivo de Transexuales de Cataluña. Actualmente vive en Barcelona, en dónde inmigró hace 21 años después de un largo periplo por diversas ciudades españolas. Sin embargo, Bea no esconde sus raíces cordobesas ya que nació en Iznájar, "al igual que José Montilla", comenta riendo la autora de Manifiesto Puta.
- ¿Qué le llevó a escribir este libro?
- El hecho de que estamos viviendo un momento donde existe una persecución explícita hacia las trabajadoras del sexo y hacia el resto de mujeres. Cuando se persigue a una mujer por la gestión de su sexualidad, en cierto modo nos están agrediendo a todas.
- Usted sostiene que perseguir la prostitución es machista.
- Sí. Por eso tenemos que luchar contra los prejuicios sexuales y dejar bien claro que nosotras decidimos libremente qué hacer, que no hace falta que nadie nos proteja.
- ¿Qué opina sobre la polémica suscitada por la prostitución en la Rambla de Barcelona?
- No hay que confundir determinadas molestias puntuales con la prostitución, que es sólo un contacto sexual y punto, no es un atentado terrorista, un asesinato, una trama de corrupción… no es grave. Hay un montaje destinado a estigmatizar a la mujer, sobre todo si es extranjera y negra. Esto es una postura racista y clasista.
- Pero en el Raval hay prostitutas que incluso roban carteras...
- ¿Y qué tiene que ver el tocino con la velocidad? Entonces no serán prostitutas, serán ladronas. No representan a la mayoría de las trabajadoras sexuales.
- A su parecer, las prostitutas están estigmatizadas.
- Depende de qué tipo. No lo están las monocontractuales – mujeres con una relación estable -, pero sí las que tienen relaciones promiscuas. Y no es por el hecho remunerador, sino por la promiscuidad en sí. Lo que duele es que la mujer sea sexualmente explícita.
- ¿Por qué?
- El problema es la sociedad patriarcal y machista. Esta estructura social intenta que la mujer sea asexual, es decir, castrada psicológicamente e, incluso, a veces la castración puede llegar a ser física.
- Pero la sociedad ha evolucionado en este aspecto.
- No demasiado. ¿Piensa que el electorado votaría a una presidenta del gobierno que se montara unas orgías como las de Berlusconi? ¿Estaría bien visto?
- No.
- ¿Entonces?
- ¿Cuál es la solución?
- Que las mujeres tienen que hacer lo que les apetezca respecto al sexo. Esto incluye que si te apetece pagar por estar con un hombre, pagues y experimentes. Las mujeres deberían ser más promiscuas porque esto les proporcionaría un mayor conocimiento de sí mismas.
- La clave está en el sexo.
- No me cabe la menor duda de que si la sociedad follara más todo funcionaría mejor. De hecho los sectores más reprimidos sexualmente son los que tienen más fobias sociales. Fíjese en los países donde hay una mayor libertad sexual. Son los más avanzados.
- Un mal ejemplo sería España.
- No. Lo que pasa es que en nuestro país el discurso sobre la sexualidad es esquizofrénico e incoherente. Se persigue a las prostitutas, pero luego la administración concede licencias a locales donde se practica la prostitución.
- En el libro también critica duramente a las feministas abolicionistas.
- Es el disparate absoluto. Cuando sumas dos cosas buenas, sexo y dinero, no puede dar como resultado una mala. Entonces, el discurso de estos grupos feministas sólo se entiende por los prejuicios que hay en torno a la sexualidad femenina.
- ¿Son feministas machistas?
- En el fondo sí que lo son. Es el prejuicio de la mujer contra la mujer. Muchas de las feministas odian a las prostitutas, no es que las quieran salvar, es que las quieren decapitar.
- ¡Eso suena muy fuerte!
- El esquema vital de estas mujeres es la casita de chocolate con su marido, sus hijos… y ahí una puta no encaja. Por tanto, es la guerra de una mujer contra otra mujer a quien le echan la culpa de lo que le gusta a su hombre. Nada que ver con el feminismo.
- Si se mira desde ese punto de vista…
- No les gustan las mujeres sexys como las actrices porno, las streappers ni mucho menos las prostitutas. Pero cuando el objeto de deseo es el hombre todo cambia, ¿O alguien piensa que Nacho Vidal es un pobre hombre instrumentalizado por las mujeres?
- Claro, también hay hombres prostitutos.
- Conozco a muchos hombres a quienes les gustaría cobrar por practicar sexo y preguntan qué pueden hacer por ganarse la vida de esa manera. En cambio, cuando una mujer se quiere dedicar a la prostitución, la respuesta de la gente es: "¿Por qué no deja eso y se dedica a otra cosa?"
- Es cuestión de género.
- Pero es que las prostitutas no son un caso excepcional. Antes las madres solteras eran putas y actualmente las que dejan al marido para irse con otro también lo son, y hay que andarse con mucho ojo para que no te acaben tildando de puta.
- ¿Y cómo pueden convivir las mujeres con la prostitución?
- Hay que dejar de ver a nuestra pareja como algo que nos pertenece. Hay muchas mujeres que son capaces de aguantan carros y carretas con sus maridos y, luego, les dejan sólo porque les han puesto los cuernos. Pero tienen que entender que el hombre es testosterona pura, le gusta su mujer y también las demás.
- Pero el tráfico de mujeres existe.
- Hay abusos en la medida que no está protegida la trabajadora del sexo. Todo lo que es clandestino está expuesto a determinados tipos de abusos, como el proxenetismo y la esclavitud.
- Hay quien apuesta por regular la prostitución.
- Está bien siempre y cuando se respete el principio de autonomía y de autogestión. Pero me da miedo que se regule la prostitución con la mentalidad que tienen los políticos. Piensan que para proteger hay que prohibir y no es así. ¿A caso se podría proteger a la mujer de la violencia de género prohibiendo el matrimonio?
- Pero las prostitutas no están bien vistas.
- La prostituta ha sido como el modelo que la mujer no tiene que imitar. Al machismo le da miedo la mujer que va por libre. Fíjate que en todos los sistemas patriarcales se crean mecanismos para someter a la mujer. Se preocupan de cómo te vistes, te mueves, dónde vas, y si eres puta, te encierran en un burdel.
- En el libro afirma "Todos y todas somos putas".
- Si el sexo tiene que ser sin intereses materiales, lo siento pero todos somos putas porque supeditamos nuestros intereses a nuestra doctrina cultural. Si tú haces lo que la sociedad espera de ti, no estás haciendo lo que quieres y por lo tanto eres puto o puta. Por eso es tan importante la reivindicación de la sexualidad autogestionada e insumisa.
- ¿Qué opina sobre el matrimonio?
- El matrimonio es un vulgar contrato putativo donde el interés patrimonial y material prevalece por encima del sentimiento, que se presume.
- Pero mucha gente dice que se casa por amor.
- ¡Y también hay prostitutas que sienten amor por sus clientes! El sexo genera amor y a veces ese amor llega a consolidarse en una relación más o menos estable. En definitiva, hay muchas maneras de amar.