El partido independentista flamenco N-VA de Bart De Wever rechazó el jueves la última oferta que podría haber permitido reactivar las negociaciones para intentar formar un gobierno en Bélgica y sacar al país de la crisis política más larga de su historia.
La N-VA, principal partido belga, consideró insuficientes las propuestas de Di Rupo, encargado a mediados de mayo por el rey Alberto II de formar un nuevo gobierno, tras casi un año de infructuosas negociaciones de coalición entre el sur, de habla francesa, y el norte, de habla flamenca(holandés).
El dirigente socialista propuso un programa de gobierno de rigor presupuestario y un proyecto de reforma institucional que preveía aumentar la autonomía de las regiones belgas, para tomar en cuenta reivindicaciones de representantes flamencos.
"Incluso con la mejor voluntad del mundo, no creo que se pueda lograr nada negociando en base" a estas propuestas, había declarado De Wever en rueda de prensa.
Las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno están estancadas desde las elecciones de junio de 2010 debido a las fuertes divergencias entre flamencos y francófonos sobre el futuro de las instituciones del país.
La N-VA es una formación liberal-conservadora que propone la independencia a mediano o largo plazo de la parte flamenca del país.
Di Rupo parecía tener previsto renunciar este viernes a su tarea de intentar formar un nuevo gobierno.
Para el politólogo Carl Devos, "se puede considerar que estamos ante una crisis de sistema. Ninguna hipótesis ofrece una salida aceptable. Está todo bloqueado", agregó.
Se trata de un "salto hacia lo desconocido", estimó este viernes el periódico en francés Le Soir, mientras el diario flamenco De Standaard consideró que "el 7/7/2011 se convirtió en el 11 de septiembre de Bélgica", aludiendo a los atentados cometidos en Estados Unidos en 2001.
Solicitar a De Wever que intente nuevamente acercar las posiciones de unos y otros parece ilusorio, dadas las divergencias entre su programa nacionalista y las posiciones de los francófonos que temen que se divida el país si se hacen concesiones que juzgan excesivas en materia de autonomía regional.
La formación de un gobierno sin la N-VA podría contar con el apoyo de los francófonos y la izquierda flamenca, pero los democristianos flamencos del CD&V se niegan a entrar en una coalición sin el partido independentista.
Por último, una división del país requeriría decidir qué hacer con Bruselas, una ciudad mayoritariamente francófona en zona flamenca que es, además, sede de las instituciones de la Unión Europea.