Con una gran eficacia, ayudado por una pléyade de actores como Jeremy Irons, Demi Moore, Paul Bettany y Kevin Spacey, JC Chandor, joven cineasta neoyorquino, cuenta las 24 horas decisivas que precedieron a la quiebra de ese banco imaginario que recuerda mucho la bancarrota del banco Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008, a causa de la crisis desatada por los préstamos hipotecarios de riesgo.
"La crisis financiera se desató a causa de la avidez de todo un país: Estados Unidos. Todo el mundo en Estados Unidos es codicioso, por eso el sistema se derrumba. Y a causa de la especulación, los bebés nacen endeudados", declaró Chandor, quien dijo que al escribir el guión trató de humanizar a esos banqueros que especulan y se enriquecen, aunque con ello arruinen a otros.
Tras examinar la contabilidad del banco un joven analista, Peter Sullivan, interpretado por Zachary Quinto, descubre que los valores sobre los que se basa la estructura de la compañía son falsos, y que los activos del sector hipotecario les han llevado al borde de la quiebra.
Durante la noche, esa revelación se propaga entre los directivos del banco que se reúnen para tratar de salvarlo. John Tuld, el gran patrón, interpretado por Jeremy Irons, ordena que a la mañana siguiente, al abrirse los mercados bursátiles, sus corredores se desembaracen de todas las acciones "tóxicas". Esa operación tendrá consecuencias catastróficas no sólo para Wall Street.
"En mi guión intenté cierta moderación, ningún personaje sobrepasa a los otros. Es evidente que la función de los banqueros es ganar dinero, lo máximo que puedan. Es fácil criticarlos, por eso quise mostrar que son gente común y corriente, su lado humano, por ejemplo, el dolor que siente uno de ellos cuando se le muere su perra", declaró Chandor.
"Había una avidez excesiva, se decía. Lo que ocurre es que en Estados Unidos hay miles, millones de pequeñas codicias. El consumismo se desencadenó a paso de gigante", añadió.
El actor británico Paul Bettany, cuyo personaje, un ambicioso corredor que ha ganado millones de dólares, pero que los ha gastado, dijo que "hay cierta hipocresía en criticar a los banqueros ambiciosos. Su objetivo es ganar lo máximo. Ahora que he trabajado en esta película dudo más en juzgar".
Jeremy Irons declaró por su lado que el mundo de los bancos "es lo menos moral que hay. Es un mundo en que el que cada uno de nosotros debe sobrevivir. Y mientras unos se enriquecen hay gente que va a perder su casa, que han contraído préstamos que superan sus capacidades de reembolso".
"Lo peor es que en el mundo del cine no sólo es difícil conseguir dinero para hacer buenas películas independientes, sino que los productores sólo se interesan por historias que les permitan ganar millones", añadió.
JC Chandor analizó las causas que llevaron a la desenfrenada especulación diciendo que "ha habido una orientación errónea de los mejores cerebros de nuestra generación. Miles de personas muy capacitadas, con una refinada educación universitaria, utilizan mal sus cerebros, desperdician sus vidas haciendo lo que hacen. Me parece que es hora de rectificar".