"Electro kif" se presentó en el marco del festival "Suresnes Cités Danse", que desde 1993 acoge espectáculos de danza moderna a las puertas de la capital francesa y no duda en mezclar en su programa perlas de ilustres desconocidos junto con valores seguros como la brasileña Sonia Destri o la propia Blanca Li.
Protagonizado por ocho bailarines espectaculares de 18 a 22 años "reclutados" en los barrios periféricos de París, el espectáculo recrea diferentes momentos de un día cualquiera en una clase de un instituto de enseñanza media como aquellos que a principios de los años 2000 acogieron el nacimiento de la tecktonic.
Por el crisol de este baile inspirado en los gestos de todos los días con un movimiento fulgurante de brazos que tiene tanta importancia como el juego de piernas, pasan desde una hilarante clase de matemáticas hasta un examen con todas las picardías posibles para copiar, un partido de baloncesto y la contemplación de una película porno por la pequeña pantalla, un concierto de percusiones con los pupitres o un momento de música clásica.
Como complemento lógico de la inspiración de este baile que contiene ingredientes de hip hop, breakdance y techno, Blanca Li incorpora a la banda sonora trabajada con el músico Tao Gutiérrez elementos distorsionados a partir de ruidos familiares en las clases: el sonido de la tiza en el pizarrón, los bips de los juegos electrónicos, el ruido de los teclados informáticos, la musiquilla del popular come-cocos, los cantos desafinados de melómanos con los cascos puestos...
Todo a un ritmo desenfrenado a lo largo de una hora que pasa volando, con buenas dosis de humor y una intensidad contagiosa. El público del Teatro de Suresnes acabó batiendo palmas que derivaron en ovación. No quería dejar marchar a los jóvenes bailarines. Tampoco ellos se querían ir y después de un bis generoso aún se les oía bailar y desfogarse detrás del telón cerrado.
Blanca Li, amante de la mezcla iconoclasta y dotada de una curiosidad insaciable, descubrió este estilo de baile en un concurso de jóvenes del que aceptó ser jurado en un barrio de las afueras de París. "Aluciné con estos jóvenes que no son profesionales, bailan en las calles y sobre todo en las discotecas, se entrenan, organizan competiciones entre ellos... Son la bomba. Ahí tuve la idea de hacer un espectáculo con ellos", explica la coreógrafa y bailarina granadina a la AFP después del espectáculo.
A pesar de su aparente espontaneidad, el "día en el liceo" que sirve de hilo conductor está atado y bien atado. "Nada está improvisado. Han sido meses de trabajo, a partir de situaciones que íbamos definiendo. Les dejaba que me fueran proponiendo cosas, ideas de movimientos, y yo iba componiendo con elementos suyos, otros que me inventaba yo", detalla.
"Mucho del material viene de su manera de bailar porque hay que construir con lo que ellos saben hacer, no son bailarines profesionales de contemporáneo", agrega, convencida de que ahora "van a vivir de esto profesionalmente durante un par de años".
Después de esta "première" y una segunda representación en Suresnes este miércoles, "Electro Kif" empezará una gira por Francia y en marzo tiene prevista una escala en el Instituto Francés de Madrid.