AFP (Agencia France-Presse)
SLAVIANSK. - Varios blindados con banderas rusas circulaban este miércoles en el este de Ucrania controlado en parte por insurgentes prorrusos, en la víspera de una reunión en Ginebra sobre la crisis entre Moscú y Kiev, que se acusan de instigar una guerra civil.
Un periodista de la AFP vio tres blindados ligeros y un camión con la bandera rusa en la ciudad de Kramatorsk que transportaba a hombres armados Y vestidos de camuflaje pero sin insignias. El convoy se dirigía a Slaviansk, unos kilómetros más al norte, ciudad controlada desde el domingo por activistas prorrusos armados.
Según la prensa rusa se trata de tanques ucranianos que habrían decidido unirse a los insurgentes, aunque las autoridades ucranianas dijeron a la AFP que no faltaba ningún vehículo militar.
El ministro ucraniano de Defensa, Mijailo Koval, viajó este miércoles al este del país para hacer un "informe" sobre lo que ocurre, anunció el viceprimer ministro ucraniano Vitali Yarema citado por la agencia Interfax-Ucrania.
En Donetsk, una veintena de hombres armados y encapuchados entraron en el ayuntamiento. Desde el 6 de abril los insurgentes separatistas ocupan la sede de la administración regional en esta ciudad.
Según los servicios de seguridad (SBU) de Kiev, los comandantes separatistas que actúan en el este tienen órdenes del Kremlin de "disparar a matar".
En total los separatistas ocupan edificios públicos en al menos diez ciudades de la región.
Desde que en febrero fue destituido el presidente prorruso de Ucrania, Viktor Yanukovich, y fue sustituido por un gobierno prooccidental, la tensión ha ido creciendo en el este del país, donde Rusia prometió hacer "todo lo posible" para proteger a la población rusohablante.
Ucrania formó parte de la Unión Soviética hasta su independencia en 1991.
- Riesgo de guerra civil -
La escalada coincide con la reunión prevista el jueves en Ginebra, donde representantes de Rusia, Ucrania, la Unión Europea y Estados Unidos intentarán buscar una salida a este conflicto que se ha convertido en el más grave entre Moscú y Occidente desde la Guerra Fría.
Rusia quiere una "federalización" del país, que daría una gran autonomía a las regiones del este, pero Kiev rechaza esta solución por miedo a que sea el primer paso hacia una disolución del país.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, que acusó este miércoles a Rusia de estar construyendo un nuevo "muro de Berlín", dijo que Ucrania pedirá a Moscú que deje de apoyar a los separatistas.
"El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores sólo tiene una directiva, retirar de inmediato sus comandos, condenar a los terroristas y pedirles que abandonen las instalaciones" que ocupan, afirmó.
El martes las autoridades de Kiev lanzaron una "operación antiterrorista" y enviaron veinte tanques a Slaviansk, bajo control de comandos armados prorrusos, una operación condenada por Moscú pero que tiene el apoyo de Estados Unidos.
El presidente ruso Vladimir Putin acusó el martes al gobierno ucraniano de instigar una "guerra civil" en la región durante una conversación con la jefa del gobierno alemán Angela Merkel, según un comunicado del Kremlin.
Rusia también pidió "una clara condena por parte de Naciones Unidas y de la comunidad internacional" de lo que considera acciones "anticonstitucionales".
El gobierno interino ucraniano, que tras la destitución de Yanukovich tiene la misión de organizar unas elecciones el próximo 25 de mayo, no ha logrado hasta ahora controlar la situación en el este de este país de 46 millones de habitantes donde conviven ucranianos y rusos.
Las autoridades temen que se repita lo que pasó en Crimea, un península de mayoría rusa que fue tomada primero por comandos prorrusos y luego anexada a Rusia tras un referéndum considerado ilegal por los occidentales.