Bo Xilai asumió responsabilidad en malversación de fondos y reconoció errores en investigación de asesinato

AFP (Agencia France-Presse)

JINAN. - El dirigente chino Bo Xilai asumió este sábado por primera vez desde el comienzo de su juicio parte de responsabilidad en un caso de malversación de dinero público y reconoció que cometió errores en la investigación del asesinato de un empresario británico a manos de su esposa.

Bo Xilai, durante el juicio
Bo Xilai, durante el juicio
"Siento que debo asumir cierta responsabilidad en (el hecho) de que este dinero", unos 5 millones de yuanes (612.000 euros)" llegara a la cuenta (bancaria) de Gu Kailai", su esposa, declaró el ex alto cargo al tribunal de Jinan (este) en el tercer día de proceso.
El dinero estaba en un principio destinado a un proyecto de construcción en la ciudad de Dalian (nordeste), donde Bo era alcalde.
"Fui demasiado negligente, eran fondos estatales", añadió Bo, según las transcripciones del juicio facilitadas por el tribunal ante el que comparece desde el jueves.
Bo, quien negó tajantemente los hechos imputados desde el comienzo del juicio, reconoce así por primera vez ante el tribunal una parte de responsabilidad en uno de ellos.
No obstante, el ex dirigente de las metrópolis de Dalian (nordeste) y Chongqing (suroeste) negó "haber querido malversar estos fondos" públicos y replicó a uno de los principales testigos.
Wang Zhengguang, responsable de la oficina de urbanismo de la ciudad de Dalian (nordeste) cuando Bo era alcalde, declaró al tribunal haber estado en contacto con el dirigente y su esposa para ofrecerles este dinero.
Además, Wang aseguró haber escuchado cómo el ex alto cargo telefoneaba a su mujer para solicitarle la recogida de 5 millones de yuanes destinados a un proyecto de construcción pública.
"¿Una persona corrupta y sensata haría eso? ¿Me imaginan hablando de este tipo de asunto sensible al teléfono?", replicó Bo, para quien incluso los altos cargos "más estúpidos" no hablarían de corrupción por teléfono.
Bo, exmiembro de la poderosa oficina política del Partido Comunista, está acusado de aceptar sobornos con su esposa, Gu Kailai, y su hijo, Bo Guagua, por valor de 2,67 millones de euros por parte de dos hombres de negocios, Tang Xiaolin y Xu Ming, amigos del matrimonio.
Bo está acusado también de abuso de poder por entorpecer una investigación criminal contra su esposa, reconocida culpable en agosto de 2012 del asesinato de un empresario británico.
En este sentido, Bo Xilai tuvo que enfrentarse este sábado a Wang Lijun, su antiguo brazo derecho y exjefe de policía de Chongqing, en una comparecencia sorpresa que aumentó el interés de millones de chinos interesados en este proceso al que muchos califican en Internet de hollywoodiense.
Bo admitió errores relacionados con la investigación del asesinato de Neil Heywood, empresario británico cercano a la pareja que murió envenenado en noviembre de 2011, aunque negó las acusaciones de abuso de poder.
"Cometí errores en este caso que empañaron la reputación del partido y del país, siento verdadera vergüenza (...) pero esto no tiene nada que ver con el hecho de ser culpable", admitió Bo.
"Nunca tuve la intención de proteger a Gu, no intenté falsificar los informes de la autopsia" de la víctima, afirmó Bo.
El exdirigente chino reconoció que abofeteó a Wang y lo destituyó de su cargo después de que éste le dijera que Gu era responsable de la muerte de Heywood.
Días después, Wang, que fue condenado a 15 años de cárcel por una serie de delitos relacionados con este caso, acudió al consulado de Estados Unidos para pedir asilo y desvelar este escándalo, que provocó la caída de Bo Xilai y perjudicó a las más altas esferas del Partido Comunista.
El expolicía afirmó en el juicio que Gu le informó de que había matado a Heywood el día antes de que su cuerpo fuera descubierto, que el político le golpeó y le hizo sangrar y que creía que Bo lo destituyó para proteger a su mujer.
Gu Kailai fue condenada en agosto de 2012 a la pena capital por el asesinato de Heywood, pero la ejecución de la pena fue suspendida y debería ser conmutada por cadena perpetua.
Las autoridades controlan con firmeza este proceso que finalizará, según los expertos, con el anuncio de un veredicto decidido de antemano por la dirección comunista.


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