El terrorismo en el norte de Malí es "una amenaza global que no tiene nacionalidad, ni región o religión de pertenencia", dijo el jefe del Estado argelino.
"Es normal que Malí se beneficie del apoyo de la comunidad internacional para su erradicación", estimó en una de las pocas entrevistas que concede.
La AFP recibió la entrevista el domingo, a pocos días de la primera visita del presidente francés François Hollande a Argelia, donde estará el 19 y 20 de diciembre.
Argelia -dijo- "sigue trabajando en el límite de sus posibilidades, en movilizar a los países de la región y suministrar una ayuda apropiada para luchar contra esta plaga".
Buteflika respondía a una pregunta sobre si Argelia, fronteriza con Malí, aceptaría que Francia y Estados Unidos aporten su ayuda para neutralizar a los islamistas radicales de Al Qaida en el Magreb Islámico (Aqmi) y el Movimiento por la Unicidad y la Yihad en África del Oeste (Mujao) que ocupan junto con otros rebeldes malíes el norte del país desde hace ocho meses.
Argelia, mediadora en Malí, siempre ha defendido el principio de no injerencia, pero apoyó una resolución de la ONU que autoriza la eventual intervención de una fuerza africana en el caso de que fracase el diálogo.
El jefe del Estado argelino recordó que era favorable a una "solución política negociada entre el gobierno malí y los rebeldes malíes que se desmarcan considerablemente de las actividades terroristas y criminales".
Estos rebeldes malíes son el grupo islamista Ansar Din y el Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA, independentistas) que comenzaron a negociar con Bamako.
También reiteró que Argel apoyaba a Bamako para que refuerce "sus propias capacidades con el objetivo inmediato de ayudar a ser el actor principal de su propio destino".
Bamako y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) sometieron a la ONU sus planes de una fuerza internacional de 3.300 efectivos para expulsar a los islamistas y piden al Consejo que autorice su despliegue. El Consejo debe pronunciarse sobre la base de una resolución preparada por Francia, que espera que se adopte antes de la Navidad.
Por otro lado, Buteflika abogó por "una relación fuerte y dinámica con Francia", de la que Argelia se independizó hace 50 años.
Para Buteflika, hay que "construir una alianza que resista a las contingencias y que vaya más allá de las relaciones comerciales".
Más de medio millón de argelinos viven en Francia y otros cientos de miles tienen la nacionalidad francesa.