El año pasado se vendieron 119,9 millones de álbumes, nueve millones menos que en 2009. La caída es todavía mayor si se compara con 2006, cuando las ventas totalizaron 154,7 millones de unidades, lo que representa un desplome del 22,5% en cuatro años, anunció el miércoles la British Phonographic Industry (BPI).
Por formatos, el mercado de los álbumes digitales se incrementó en un 30,6% hasta los 21 millones de unidades y representa ya casi una quinta parte de las ventas totales, pero esta subida no bastó para compensar la caída del 12,4% de la ventas de CD hasta los 98,5 millones, precisó en un comunicado el organismo de las discográficas que operan en el Reino Unido.
El último álbum de Take That, "Progress", que marca el regreso de Robbie Williams a la popular banda británica, fue el más vendido del año, con alrededor de 1,8 millones de copias.
Por su parte, los sencillos establecieron un récord histórico por tercer año consecutivo con 161,8 millones de unidades vendidas en 2010, lo que supone un aumento del 5,9% con respecto al año anterior.
Esta cifra incluye tanto los temas lanzados especialmente como sencillos como las canciones que se pueden adquirir individualmente en las plataformas legales de distribución de la música digital.
Los responsables del BPI consideraron "alentadoras" las cifras del mercado digital, pero subrayaron los problemas que todavía persisten con las descargas ilegales de música.
"A pesar de una demanda de música sin precedentes y de las continuas innovaciones que ofrecen a los consumidores nuevas maneras de acceder a la música en internet, las descargas legales no pueden contrarrestar el declive de las ventas de CD porque están eclipsadas por la competencia ilegal", estimó Geoff Taylor, el consejero delegado de BPI.
Y su presidente, Tony Wasdworth, consideró "crucial que se pongan en práctica de manera decisiva y urgente medidas para detener las descargas ilegales, incentivando la continuación de la inversión en este popular medio de expresión artística".