Caetano Veloso cumple 75 años, activo y comprometido políticamente
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Río de Janeiro. - La biografía de Caetano Veloso se entremezcla en el último medio siglo con la historia de Brasil. Este lunes (7 de agosto) llega a los 75 años, pero el compositor de canciones inolvidables, ícono de la contracultura e intelectual provocador, sigue estando dispuesto a dar opiniones punzantes sobre cualquier tema, sin escapar a las polémicas.
Es difícil encontrar un músico en Brasil que no haya sido influenciado por Caetano -así a secas, como se lo conoce en su país-, desde que que el cantaautor nordestino lanzó en 1965 su primer sencillo, "Cavaleiro/ Samba em Paz", inspirado por la bossa nova de Joao Gilberto, la principal referencia musical de su juventud.
El músico nacido en la pequeña ciudad de Santa Amaro, vecina a Salvador en el estado de Bahía, es junto a su gran compañero artístico y amigo Gilberto Gil la cara más famosa del "Tropicalismo", la vanguardia artística que en la segunda mitad de la década de los 60 reinterpretó la influencia del pop y del rock en la música brasileña.
Innovador desde el inicio de su carrera, en la que editó 30 discos de estudio y 16 en vivo, ya en su primer LP de 1967 ("Caetano Veloso") el cantante redefinió el concepto de música en Brasil con canciones como "Tropicália", "Soy loco por ti América" o "Alegria, alegria". Los temas se convirtieron en pilares del tropicalismo, el movimiento que transformó a la música brasileña en un género en sí, de exportación mundial.
"El tropicalismo se transformó en un mito. Hicimos cosas consecuentes, pero nada llegó a ser, para mí, satisfactorio", declaró Veloso en mayo a la edición portuguesa de la revista "Time Out" al recordar su obra de aquellos años.
A pesar de que las características del movimiento eran fundamentalmente estéticas y contraculturales, éstas no impidieron que Veloso expresara sus críticas a la dictadura militar (1964-1985). Sus canciones sufrieron primero una fuerte censura por parte del régimen, y el músico fue detenido finalmente en diciembre de 1968 junto a Gil, acusados ambos de haberles faltado el respeto al himno nacional.
Después de dos conciertos de despedida, Veloso partió en 1969 al exilio en Londres, junto con Gil. En la capital británica grabó uno de sus discos más icónicos: "Transa". Editado en 1972, año de su vuelta definitiva a Brasil, el álbum mezclaba canciones en inglés y portugués, y le dieron a Veloso el definitivo renombre internacional.
Revolucionario e innovador como artista, Veloso se ha mostrado a lo largo de sus cinco décadas de carrera como un intelectual mordaz y provocador.
Crítico de la realidad social y política de su país, su posición frente la dictadura le valió el cartel de artista asociado al progresismo. Sus cuestionamientos puntuales en la década pasada al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), principal referente de la izquierda en Brasil, le valieron sin embargo también el "enojo" de una parte de su público, que entendió que el músico se había transformado en una figura conservadora.
En 2013, más controversias: Veloso lideró a un grupo de artistas -entre ellos otros íconos de la música brasileña como Chico Buarque, Roberto Carlos y Gilberto Gil- contrario a la publicación de biografías no autorizadas, por considerar que esas publicaciones violan el derecho a la intimidad.
La polémica, que se extendió durante meses, ocasionó un fuerte rechazo a la postura de los artistas por cercenar, en ojos de sus críticos, el derecho a la libertad de expresión.
Casado dos veces y padre de tres hijos, el músico no edita un disco de canciones inéditas desde "Abraçaço" de 2012, aunque eso no significa que esté retirado del mundo artístico ni de las controversias.
Justo en los días previos al cumpleaños 75 de Veloso, su esposa y representante, Paula Lavigne, anunció en Twitter un concierto para octubre junto a sus tres hijos, Moreno, de 44 años (de una sólida carrera musical de más de 15 años), Zeca de 25 y Tom, de 20.
Y siempre polémico al fin y al cabo, Veloso continúa además activo políticamente, ahora ofreciendo su casa en Río de Janeiro como lugar de encuentro para un grupo de artistas críticos con el actual presidente, el conservador Michel Temer.
En los encuentros se reúnen con políticos que consideran como una alternativa con vistas a las elecciones presidenciales de 2018.
"Es el momento de las nuevas generaciones, claro, lo que no quiere decir que me deba callar", dice Veloso, mordaz.
El músico nacido en la pequeña ciudad de Santa Amaro, vecina a Salvador en el estado de Bahía, es junto a su gran compañero artístico y amigo Gilberto Gil la cara más famosa del "Tropicalismo", la vanguardia artística que en la segunda mitad de la década de los 60 reinterpretó la influencia del pop y del rock en la música brasileña.
Innovador desde el inicio de su carrera, en la que editó 30 discos de estudio y 16 en vivo, ya en su primer LP de 1967 ("Caetano Veloso") el cantante redefinió el concepto de música en Brasil con canciones como "Tropicália", "Soy loco por ti América" o "Alegria, alegria". Los temas se convirtieron en pilares del tropicalismo, el movimiento que transformó a la música brasileña en un género en sí, de exportación mundial.
"El tropicalismo se transformó en un mito. Hicimos cosas consecuentes, pero nada llegó a ser, para mí, satisfactorio", declaró Veloso en mayo a la edición portuguesa de la revista "Time Out" al recordar su obra de aquellos años.
A pesar de que las características del movimiento eran fundamentalmente estéticas y contraculturales, éstas no impidieron que Veloso expresara sus críticas a la dictadura militar (1964-1985). Sus canciones sufrieron primero una fuerte censura por parte del régimen, y el músico fue detenido finalmente en diciembre de 1968 junto a Gil, acusados ambos de haberles faltado el respeto al himno nacional.
Después de dos conciertos de despedida, Veloso partió en 1969 al exilio en Londres, junto con Gil. En la capital británica grabó uno de sus discos más icónicos: "Transa". Editado en 1972, año de su vuelta definitiva a Brasil, el álbum mezclaba canciones en inglés y portugués, y le dieron a Veloso el definitivo renombre internacional.
Revolucionario e innovador como artista, Veloso se ha mostrado a lo largo de sus cinco décadas de carrera como un intelectual mordaz y provocador.
Crítico de la realidad social y política de su país, su posición frente la dictadura le valió el cartel de artista asociado al progresismo. Sus cuestionamientos puntuales en la década pasada al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), principal referente de la izquierda en Brasil, le valieron sin embargo también el "enojo" de una parte de su público, que entendió que el músico se había transformado en una figura conservadora.
En 2013, más controversias: Veloso lideró a un grupo de artistas -entre ellos otros íconos de la música brasileña como Chico Buarque, Roberto Carlos y Gilberto Gil- contrario a la publicación de biografías no autorizadas, por considerar que esas publicaciones violan el derecho a la intimidad.
La polémica, que se extendió durante meses, ocasionó un fuerte rechazo a la postura de los artistas por cercenar, en ojos de sus críticos, el derecho a la libertad de expresión.
Casado dos veces y padre de tres hijos, el músico no edita un disco de canciones inéditas desde "Abraçaço" de 2012, aunque eso no significa que esté retirado del mundo artístico ni de las controversias.
Justo en los días previos al cumpleaños 75 de Veloso, su esposa y representante, Paula Lavigne, anunció en Twitter un concierto para octubre junto a sus tres hijos, Moreno, de 44 años (de una sólida carrera musical de más de 15 años), Zeca de 25 y Tom, de 20.
Y siempre polémico al fin y al cabo, Veloso continúa además activo políticamente, ahora ofreciendo su casa en Río de Janeiro como lugar de encuentro para un grupo de artistas críticos con el actual presidente, el conservador Michel Temer.
En los encuentros se reúnen con políticos que consideran como una alternativa con vistas a las elecciones presidenciales de 2018.
"Es el momento de las nuevas generaciones, claro, lo que no quiere decir que me deba callar", dice Veloso, mordaz.