Cambio de estrategia en Cataluña: ¿una brecha en el independentismo?
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Madrid. - Las palabras de la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, el jueves ante el Tribunal Supremo en Madrid fueron interpretadas hoy como una retractación de la línea seguida hasta ahora, un posible cambio de estrategia que podría abrir las primeras brechas en las filas del independentismo en Cataluña.
Al acatar la actuación del Gobierno español de Mariano Rajoy en Cataluña -que intervino la autonomía destituyendo al Gobierno regional, disolviendo el Parlamento y convocando elecciones- y reconocer el carácter "simbólico" y sin validez jurídica de la declaración de independencia del 27 de octubre que la motivó, "Forcadell contradice de cierta manera al ex presidente catalán, Carles Puigdemont", considera Oriol Bartomeus, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Puigdemont, que lleva más de una semana junto con cuatro consejeros en la capital belga -desde donde evadió la actuación de la Justicia española, aunque se entregó a la belga y espera su decisión sobre su entrega a España-, sigue considerándose líder de un Gobierno "legítimo" y en el "exilio".
Las principales cabeceras de la prensa española destacaban hoy el giro de Forcadell señalando que Forcadell "renegó de la secesión", "se retractó" o "acató la legalidad". Muchos criticaban, sin embargo, su giro: "Cae el telón de una gran mentira", señalaba en un editorial el diario "El Mundo", mientras las redes sociales se mofaban de sus declaraciones, mostrándola envuelta en una bandera de España, bajo el lema ¡Viva España! o en forma de perrita que mueve la cabeza negando cada pregunta del juez.
Forcadell, que como presidenta del Parlamento regional desempeñó un papel clave al aprobar la tramitación de las leyes que llevaron a la declaración independentista, "parece romper la estrategia unitaria que Puigdemont dirige desde Bruselas, que defiende que el 27 de octubre se proclamó una república catalana", señala a dpa Bartomeus.
"Estamos ante un posible cambio de estrategia de una parte del independentismo que contrasta con la de Puigdemont" y que puede leerse también en clave electoral: Forcadell y Puigdemont pertenecen a dos partidos políticos diferentes -la primera a Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y el segundo al Partido Democrático Europeo Catalán (PDeCAT)- que no concurrirán juntos a las elecciones del 21 de diciembre, como sí hicieron en 2015.
"Estamos ya en ánimo preelectoral y vamos a ver un enfrentamiento fratricida entre ambos partidos", adelanta Bartomeus.
Es ahora una incógnita si parte del sector independentista considerará la declaración de Forcadell, al igual que la del resto de la Mesa del Parlamento que compareció el jueves ante el Tribunal Supremo, una traición. "Porque el sector independentista no puede permitirse perder una figura así", matiza el politólogo.
Pero tampoco puede olvidarse que ese sector ya no está tan unido y lo estará cada vez menos según se acerca el 21-D: "Al no concurrir juntos a los comicios, también se resquebrajará la lógica plebiscitaria del sí o no a la independencia", apunta Bartomeus.
Pero de momento esa brecha no se ha escenificado del todo: Puigdemont manifestó a Forcadell su apoyo en Twitter y la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que moviliza a los ciudadanos independentistas en las calles, también la respaldó pagando hoy su fianza para que saliera en libertad, tras pasar la primera noche en la cárcel.
Lo hizo después de que el Tribunal Supremo decretara el jueves su envío a la prisión eludible bajo fianza. Al no poderse reunir el monto de 150.000 euros anoche, tuvo que ingresar en el centro penitenciario de Alcalá-Meco en Madrid, donde solo ha pasado una noche.
No tuvieron que ingresar en la cárcel los otros cuatro miembros enviados a prisión bajo fianza de 25.000 euros -Lluís Corominas, Lluís Guinó, Anna Simó y Ramona Barrufet-, al dar el juez un plazo de una semana para realizar el pago, ni tampoco Joan Josep Nuet, que quedó en libertad. Todos son acusados de malversación, secesión y rebelión derivados de su papel en el proceso independentista.
"¡No estáis solos!", les prometió la ANC la noche del jueves al anunciar que también pagaría la fianza del resto con fondos de una caja de solidaridad reunida con donaciones voluntarias del sector independentista.
Sin embargo, el respaldo con el que cuenta en la ciudadanía podría verse más claro mañana sábado en la marcha convocada en Barcelona por las entidades civiles independentistas ANC y Ómnium para pedir la libertad de los "presos políticos", como consideran a los que sí siguen en prisión: los ocho ex consejeros del Gobierno catalán destituido y los presidentes de esas dos organizaciones, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Ninguno de ellos tiene el beneficio de poder salir bajo fianza.
Muchos creen, sin embargo, que los hechos de la víspera podrían favorecerles: Forcadell se mostró más cooperadora al responder directamente al juez, como no habían hecho los ex consejeros, pero también el Supremo se mostró más flexible que la Audiencia Nacional, que instruye las causas del resto de investigados. Si el Supremo asumiera la causa conjunta, se podría abrir un camino para su salida en libertad, señalaba el diario "La Vanguardia" en un editorial.
Puigdemont, que lleva más de una semana junto con cuatro consejeros en la capital belga -desde donde evadió la actuación de la Justicia española, aunque se entregó a la belga y espera su decisión sobre su entrega a España-, sigue considerándose líder de un Gobierno "legítimo" y en el "exilio".
Las principales cabeceras de la prensa española destacaban hoy el giro de Forcadell señalando que Forcadell "renegó de la secesión", "se retractó" o "acató la legalidad". Muchos criticaban, sin embargo, su giro: "Cae el telón de una gran mentira", señalaba en un editorial el diario "El Mundo", mientras las redes sociales se mofaban de sus declaraciones, mostrándola envuelta en una bandera de España, bajo el lema ¡Viva España! o en forma de perrita que mueve la cabeza negando cada pregunta del juez.
Forcadell, que como presidenta del Parlamento regional desempeñó un papel clave al aprobar la tramitación de las leyes que llevaron a la declaración independentista, "parece romper la estrategia unitaria que Puigdemont dirige desde Bruselas, que defiende que el 27 de octubre se proclamó una república catalana", señala a dpa Bartomeus.
"Estamos ante un posible cambio de estrategia de una parte del independentismo que contrasta con la de Puigdemont" y que puede leerse también en clave electoral: Forcadell y Puigdemont pertenecen a dos partidos políticos diferentes -la primera a Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y el segundo al Partido Democrático Europeo Catalán (PDeCAT)- que no concurrirán juntos a las elecciones del 21 de diciembre, como sí hicieron en 2015.
"Estamos ya en ánimo preelectoral y vamos a ver un enfrentamiento fratricida entre ambos partidos", adelanta Bartomeus.
Es ahora una incógnita si parte del sector independentista considerará la declaración de Forcadell, al igual que la del resto de la Mesa del Parlamento que compareció el jueves ante el Tribunal Supremo, una traición. "Porque el sector independentista no puede permitirse perder una figura así", matiza el politólogo.
Pero tampoco puede olvidarse que ese sector ya no está tan unido y lo estará cada vez menos según se acerca el 21-D: "Al no concurrir juntos a los comicios, también se resquebrajará la lógica plebiscitaria del sí o no a la independencia", apunta Bartomeus.
Pero de momento esa brecha no se ha escenificado del todo: Puigdemont manifestó a Forcadell su apoyo en Twitter y la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que moviliza a los ciudadanos independentistas en las calles, también la respaldó pagando hoy su fianza para que saliera en libertad, tras pasar la primera noche en la cárcel.
Lo hizo después de que el Tribunal Supremo decretara el jueves su envío a la prisión eludible bajo fianza. Al no poderse reunir el monto de 150.000 euros anoche, tuvo que ingresar en el centro penitenciario de Alcalá-Meco en Madrid, donde solo ha pasado una noche.
No tuvieron que ingresar en la cárcel los otros cuatro miembros enviados a prisión bajo fianza de 25.000 euros -Lluís Corominas, Lluís Guinó, Anna Simó y Ramona Barrufet-, al dar el juez un plazo de una semana para realizar el pago, ni tampoco Joan Josep Nuet, que quedó en libertad. Todos son acusados de malversación, secesión y rebelión derivados de su papel en el proceso independentista.
"¡No estáis solos!", les prometió la ANC la noche del jueves al anunciar que también pagaría la fianza del resto con fondos de una caja de solidaridad reunida con donaciones voluntarias del sector independentista.
Sin embargo, el respaldo con el que cuenta en la ciudadanía podría verse más claro mañana sábado en la marcha convocada en Barcelona por las entidades civiles independentistas ANC y Ómnium para pedir la libertad de los "presos políticos", como consideran a los que sí siguen en prisión: los ocho ex consejeros del Gobierno catalán destituido y los presidentes de esas dos organizaciones, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Ninguno de ellos tiene el beneficio de poder salir bajo fianza.
Muchos creen, sin embargo, que los hechos de la víspera podrían favorecerles: Forcadell se mostró más cooperadora al responder directamente al juez, como no habían hecho los ex consejeros, pero también el Supremo se mostró más flexible que la Audiencia Nacional, que instruye las causas del resto de investigados. Si el Supremo asumiera la causa conjunta, se podría abrir un camino para su salida en libertad, señalaba el diario "La Vanguardia" en un editorial.