AFP (Agencia France-Presse)
Quito, Ecuador. - Los cancilleres suramericanos iniciaron este sábado una reunión en Quito para examinar la denuncia de Venezuela sobre una "injerencia imperial" de Estados Unidos, tras las sanciones impuestas por Washington a funcionarios venezolanos.
Reunidos de forma extraordinaria, los ministros darán una "respuesta regional ante esta nueva y grotesca injerencia de Estados Unidos en un país soberano", anticipó el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en la antesala del encuentro.
Ecuador, Bolivia y Argentina han cuestionado con especial énfasis la orden ejecutiva bajo la cual Washington adoptó las medidas contra Caracas a inicios de esta semana.
Estados Unidos tildó el caso de Venezuela de "amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional" y declaró una "emergencia nacional" para hacerle frente.
Los funcionarios venezolanos son acusados por la Casa Blanca de violaciones de los derechos humanos durante las protestas que hace un año dejaron 43 muertos.
A la cita de este sábado, que debía cumplirse el jueves en Montevideo, asisten los cancilleres de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, que integran la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
El encuentro se inició después de las 14H30 (19H00 GMT) y se espera que concluya hacia las 18H00 locales (23H00 GMT). La prensa no tendrá acceso a las deliberaciones, y sólo al final de la cita habrá una conferencia con los medios de comunicación.
Ecuador, que acoge el encuentro en la sede de la secretaría de la Unasur en las afueras de Quito, espera que la reunión de cancilleres dé paso a una cumbre presidencial del bloque sudamericano.
- "Grotesca injerencia" -
El sábado, Correa llamó a Latinoamérica a rechazar las sanciones estadounidenses contra Venezuela, a las que consideró un intento de "desestabilización" y una "grotesca injerencia".
"Estemos o no estemos de acuerdo con el gobierno de Maduro, por elemental dignidad, América Latina debe levantar su voz unánime rechazando tanta prepotencia, tanto unilateralismo, tanto imperialismo", declaró el mandatario en su informe semanal de labores.
Golpeado por la caída de los precios del petróleo, Venezuela sufre la escasez de algunos productos y una alta inflación, además de una creciente tensión política por la detención de líderes opositores acusados de complotar contra Maduro.
El país petrolero, que cuenta con las mayores reservas mundiales de crudo, aguarda el apoyo unánime de la Unasur.
El viernes en Managua, el gobernante venezolano anunció que levantará una "ola de protesta y de exigencia mundial" para exigir a Washington que revierta las "infames" sanciones.
"Mandemos millones de cartas a (Barack) Obama diciéndole que retire el decreto, que rectifique el decreto infame que declara a Venezuela una amenaza para Estados Unidos", instó Maduro.
Por su parte, el secretario del organismo sudamericano y expresidente colombiano, Ernesto Samper, criticó la decisión estadounidense.
"No es el camino del unilateralismo, la confrontación y la polarización mediática los que conseguirán que Venezuela salga adelante", dijo antes de la reunión del sábado.
Los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador integran una comisión de la Unasur que intenta reabrir el diálogo entre Maduro y la oposición, que está congelado desde mayo pasado.
Tras la visita de la misión a Caracas de hace una semana, que incluyó a Samper, el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, manifestó que la Unasur se opone a cualquier intento de desestabilización en Venezuela.
La oposición reiteró por su parte que solo aceptará hablar con Maduro cuando sean excarcelados dos de sus líderes, Antonio Ledezma y Leopoldo López.