Candidatura de presidente Nkurunziza para un tercer mandato en Burundi no se negocia
AFP (Agencia France-Presse)
Buyumbura, Burundi. - La candidatura del presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, a un tercer mandato consecutivo "no se negocia", declaró el martes el portavoz y secretario general del gobierno, Philippe Nzobonariba.
"El gobierno de Burundi agradece a los que quieren ayudarnos a encontrar una solución a la crisis que atraviesa nuestro país, pero recuerdo que hay temas que no pueden ser discutidos", dijo Nzobonariba en un mensaje radial.
"Con respecto a la candidatura del presidente Nkurunziza" el "respeto y la independencia de las instituciones previstas por la Constitución son intocables", agregó Nzobonariba.
Por otra parte, Nzobonariba destacó el martes que el nuevo calendario electoral que se determine será "definitivo" y que "no habrá un enésimo aplazamiento de las elecciones".
El lunes, la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) propuso organizar el lunes 26 de junio las elecciones legislativas, inicialmente previstas el 26 de mayo y aplazadas dos veces, y aplazar para el 15 de julio las presidenciales que estaban programadas para el 26 de junio.
Por otra parte, la ONU denunció el martes en Ginebra las acciones "cada vez más violentas y amenazantes" de una milicia progubernamental.
"Hemos recibido testimonios inquietantes de refugiados que huyeron de Burundi" sobre "graves violaciones de los derechos humanos cometidos por una milicia adjunta al movimiento progubernamental conocido como Imbonerakure", dijo un responsable de la ONU.
Las presuntas violaciones incluyen "ejecuciones sumarias, secuestros y torturas", agregó.
Burundi atraviesa una grave crisis política desde que Nkurunziza anunció su intención de presentarse a las elecciones presidenciales.
Su anuncio suscitó protestas populares en la capital Buyumbura, que siguieron adelante a pesar de una dura represión policial.
Los manifestantes consideran que un tercer mandato del actual presidente es anticonstitucional y contrario a los acuerdos de paz de Arusha, que pusieron fin a la guerra civil de Burundi (1993-2006).
Los partidarios del gobierno afirman, por su parte, que la candidatura es legal, ya que Nkurunziza no fue votado para acceder al poder en 2005, sino designado por el Parlamento.
En un poco más de un mes, los disturbios han dejado más de 30 muertos, a menudo víctimas de los disparos de la policía.
Asesinatos de opositores, palizas, jóvenes del partido presidencial acusados de formar una milicia, algunos incidentes recuerdan los años anteriores a la guerra civil que asoló el país.
"Con respecto a la candidatura del presidente Nkurunziza" el "respeto y la independencia de las instituciones previstas por la Constitución son intocables", agregó Nzobonariba.
Por otra parte, Nzobonariba destacó el martes que el nuevo calendario electoral que se determine será "definitivo" y que "no habrá un enésimo aplazamiento de las elecciones".
El lunes, la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) propuso organizar el lunes 26 de junio las elecciones legislativas, inicialmente previstas el 26 de mayo y aplazadas dos veces, y aplazar para el 15 de julio las presidenciales que estaban programadas para el 26 de junio.
Por otra parte, la ONU denunció el martes en Ginebra las acciones "cada vez más violentas y amenazantes" de una milicia progubernamental.
"Hemos recibido testimonios inquietantes de refugiados que huyeron de Burundi" sobre "graves violaciones de los derechos humanos cometidos por una milicia adjunta al movimiento progubernamental conocido como Imbonerakure", dijo un responsable de la ONU.
Las presuntas violaciones incluyen "ejecuciones sumarias, secuestros y torturas", agregó.
Burundi atraviesa una grave crisis política desde que Nkurunziza anunció su intención de presentarse a las elecciones presidenciales.
Su anuncio suscitó protestas populares en la capital Buyumbura, que siguieron adelante a pesar de una dura represión policial.
Los manifestantes consideran que un tercer mandato del actual presidente es anticonstitucional y contrario a los acuerdos de paz de Arusha, que pusieron fin a la guerra civil de Burundi (1993-2006).
Los partidarios del gobierno afirman, por su parte, que la candidatura es legal, ya que Nkurunziza no fue votado para acceder al poder en 2005, sino designado por el Parlamento.
En un poco más de un mes, los disturbios han dejado más de 30 muertos, a menudo víctimas de los disparos de la policía.
Asesinatos de opositores, palizas, jóvenes del partido presidencial acusados de formar una milicia, algunos incidentes recuerdan los años anteriores a la guerra civil que asoló el país.