"Catar es un estado esclavista" afirmó la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, al margen de un congreso de la Organización Internacional de Trabajo (OIT).

"Aún no hemos descubierto lo peor" advirtió Burrow. "El peligro ahora es que con las acusaciones de corrupción (sobre la atribución del Mundial) que evidentemente son graves, la situación de los obreros va a quedar eclipsada", estimó.

Catar obtuvo la organización del Mundial 2022 en 2010, y desde entonces han ido cayendo las críticas sobre las condiciones laborales en el país, hasta el punto en que en febrero pasado tuvo que aceptar cambios en su legislación para aumentar la protección de los trabajadores.

La adjudicación del Mundial a ese rico emirato es objeto también de acusaciones de compra de votos y sobornos en el seno de la FIFA.