Catástrofe de Rio provocó más de 500 muertos y se esperan más lluvias
AFP ( Agence France-Presse)
RIO DE JANEIRO, Michel Leclercq, (AFP) - Los pobladores de la región montañosa de Rio de Janeiro, devastada por las torrenciales lluvias que dejaron más de 500 muertos, enfrentaban nuevas búsquedas de cuerpos este viernes y la ansiedad de una jornada en la que se anuncian fuertes precipitaciones que amenazan con más derrumbes.
Esta región serrana ubicada 100 km al norte de la ciudad de Rio de Janeiro fue escenario de la peor catástrofe natural provocada por lluvias en Brasil, un escenario de devastación donde familias y equipos de rescate continuaban rastreando la zona este viernes para recuperar los cuerpos que aumentan el saldo fatal hora a hora.
Torrenciales lluvias la madrugada del miércoles provocaron deslizamientos de tierra y ríos de barro que arrastraron todo lo que encontraron a su paso, incluidas casas donde los pobladores dormían.
Al menos 506 personas murieron en los municipios de Nova Friburgo, Teresopolis, Petropolis y Sumidouro, según informaron las alcaldías y servicios de Defensa Civil; y los cuerpos debían comenzar a ser enterrados.
La región fue puesta en estado de alerta después de que los servicios meteorológicos previnieron a los bomberos de que esperaban fuertes lluvias, reportó un fotógrafo de la AFP en Teresopolis.
La noche del martes al miércoles, la zona recibió en apenas ocho horas el volumen de agua esperado para todo el mes, el más lluvioso del año, lo que desató la catástrofe, explicó a la AFP el coordinador del laboratorio de Hidrología de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, Paulo Canedo.
"Lo que nos está angustiando a la presidenta (Dilma Rousseff) y a mí son las próximas horas, los próximos días. Porque la previsión de lluvias no es tranquilizadora", advirtió el gobernador de Rio, Sergio Cabral, en rueda de prensa junto a la mandataria brasileña, con la que visitó el área el jueves.
El gobernador llamó a la población a dejar sus casas en las zonas de peligro, "porque hay áreas donde hay riesgo de deslizamientos, de desbordamiento de ríos, y ese es un llamamiento que hacemos en función de una previsión para los próximos días que no es tranquilizadora", dijo.
Y mientras cientos de personas todavía buscaban a sus familiares o intentaban reconocerlos en morgues improvisadas en locales públicos como una Iglesia y una comisaría, en la ciudad de la catástrofe, una de las más afectadas, comenzaron el jueves los entierros de los cuerpos de los primeros muertos, que se extendieron en la noche.
Entre las víctimas hay "muchos niños y también ancianos", que son los que más difícilmente podían protegerse cuando las trombas de agua y lodo se llevaron las casas por delante, dijo el alcalde, Jorge Mario Selacek.
"No tienen noción de lo duro que es ver llegar tantos cuerpos de niños... Es horrible", dijo a la AFP un bombero.
Gimnasios deportivos se han convertido en centros de acogida de las personas que lo perdieron todo. Se estima que 10.400 personas tuvieron que dejar sus casas en la región, mientras comenzaban a llegar a la zona ayudas y alimentos. Los servicios de salud de todo el país pidieron donación de sangre y la Marina anunció un hospital de campaña.
El saldo de fallecidos no es definitivo, ya que las búsquedas bajo capas de lodo son arduas y continúan. "A algunos lugares del interior no se consiguió llegar todavía", informó a la AFP una portavoz de la alcaldía, donde al menos 15 barrios de casas de montaña sufrieron por inundaciones y aludes desde las altas montañas.
Torrenciales lluvias la madrugada del miércoles provocaron deslizamientos de tierra y ríos de barro que arrastraron todo lo que encontraron a su paso, incluidas casas donde los pobladores dormían.
Al menos 506 personas murieron en los municipios de Nova Friburgo, Teresopolis, Petropolis y Sumidouro, según informaron las alcaldías y servicios de Defensa Civil; y los cuerpos debían comenzar a ser enterrados.
La región fue puesta en estado de alerta después de que los servicios meteorológicos previnieron a los bomberos de que esperaban fuertes lluvias, reportó un fotógrafo de la AFP en Teresopolis.
La noche del martes al miércoles, la zona recibió en apenas ocho horas el volumen de agua esperado para todo el mes, el más lluvioso del año, lo que desató la catástrofe, explicó a la AFP el coordinador del laboratorio de Hidrología de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, Paulo Canedo.
"Lo que nos está angustiando a la presidenta (Dilma Rousseff) y a mí son las próximas horas, los próximos días. Porque la previsión de lluvias no es tranquilizadora", advirtió el gobernador de Rio, Sergio Cabral, en rueda de prensa junto a la mandataria brasileña, con la que visitó el área el jueves.
El gobernador llamó a la población a dejar sus casas en las zonas de peligro, "porque hay áreas donde hay riesgo de deslizamientos, de desbordamiento de ríos, y ese es un llamamiento que hacemos en función de una previsión para los próximos días que no es tranquilizadora", dijo.
Y mientras cientos de personas todavía buscaban a sus familiares o intentaban reconocerlos en morgues improvisadas en locales públicos como una Iglesia y una comisaría, en la ciudad de la catástrofe, una de las más afectadas, comenzaron el jueves los entierros de los cuerpos de los primeros muertos, que se extendieron en la noche.
Entre las víctimas hay "muchos niños y también ancianos", que son los que más difícilmente podían protegerse cuando las trombas de agua y lodo se llevaron las casas por delante, dijo el alcalde, Jorge Mario Selacek.
"No tienen noción de lo duro que es ver llegar tantos cuerpos de niños... Es horrible", dijo a la AFP un bombero.
Gimnasios deportivos se han convertido en centros de acogida de las personas que lo perdieron todo. Se estima que 10.400 personas tuvieron que dejar sus casas en la región, mientras comenzaban a llegar a la zona ayudas y alimentos. Los servicios de salud de todo el país pidieron donación de sangre y la Marina anunció un hospital de campaña.
El saldo de fallecidos no es definitivo, ya que las búsquedas bajo capas de lodo son arduas y continúan. "A algunos lugares del interior no se consiguió llegar todavía", informó a la AFP una portavoz de la alcaldía, donde al menos 15 barrios de casas de montaña sufrieron por inundaciones y aludes desde las altas montañas.