Hasta el Arzobispo de París, André Veintitrés, quien no ha visto la obra de García -que es una reflexión crítica sobre diferentes episodios de la Biblia- ha sumado su voz a los ultracatólicos, llamando a una velada de oración en la catedral de Nôtre Dame "para protestar contra una pieza que insulta la persona de Cristo en la cruz".
Para prevenir incidentes, el director del teatro de Rond-Point, Jean-Michel Ribes, incrementó el dispositivo de seguridad alrededor del teatro -que incluyó hasta rondas de perros en la noche-, al tiempo que lanzó llamamientos a la calma.
"El Teatro de Rond-Point no es un lugar anticristiano, antiislámico, antijudaico. Es un lugar de creación, de libre expresión, donde los artistas vienen para expresarse sobre la sociedad y sobre su voluntad de cambiarla", afirmó Ribes.
El fin de semana, dos hombres, cercanos al movimiento integrista católico, fueron interpelados cuando se disponían a dañar las alarmas del teatro Rond Point, en los Campos Eliseos, indicó Ribes.
Por su parte, el alcalde de París, Bertrand Delanoé, manifestó su preocupación y su idignación por las amenazas que pesan sobre la representación de "Golgota Picnic" por parte de organizaciones como el Instituto Civitas, France Action Jeunesse y Action français, que proclaman el carácter católico de Francia.
Las manifestaciones contra la polémica pieza de Rodrigo García son similares a las que organizaron en noviembre los integristas católicos frente al Thêatre de la Ville, donde se representó "Sobre el concepto del rostro del hijo de Dios", del italiano Romeo Castellucci, a la que acusaron de tener escenas "blasfemas".
Cientos de personas convocados por esas organizaciones de católicos ultraconservadores aigitaron durante varias semanas iconografías religiosas e intentaron impedir la representación de la pieza, lanzando bombas fétidas, intentando impedir la entrada, e incluso saltando al escenario.
Los ultracatólicos ya protestaron contra la pieza de García y su compañía Teatro de La Carnicería cuando se estrenó en Toulouse (sudoeste de Francia), a mediados de noviembre.
En una de las escenas de esa pieza, que los integristas no han visto, la cabeza de un actor echado en el suelo con los brazos en cruz se recubre poco a poco de carne picada, y en una pantalla gigante aparecen las palabras de Cristo a la Virgen, escritos en bloques de carne de hamburguesa: "Mujer, he aquí tu hijo" refiriéndose a Juan.
El dramaturgo, director y escenógrafo argentino, radicado en Madrid, ha afirmado que "Golgota Picnic" nació de su interés por la Biblia como literatura, con su fabuloso despliegue de imaginación, de demonios y ángeles, y también por su lado ético.
Esta no es la primera vez que los integristas cristianos intentan ejercer una censura, señaló en una reciente entrevista con la AFP el historiador de cultura y medios de comunicación, Christian Delporte, que recordó el incendio en 1988 de un cine parisino que proyectaba "La última tentación de Cristo" de Martin Scorsese.
Para Caroline Fourest, los "nuevos inquisidores" plantean "un riesgo muy serio a la democracia y al debate de ideas", sobre todo porque "los soldados integristas" católicos, pero también musulmanes, usan Internet y las redes sociales para sus fines de censura.
Además, "no sólo no sienten ningún respeto por la libertad de pensar y de crear, sino que no tienen ningún (sentido del) humor", afirmó Fourest.
Rodrigo García concuerda, al anunciar, desde los primeros monólogos de "Golgota Picnic", su propósito: "El que no tiene sentido del humor, no entiende nada de la vida", dice uno de los actores.